El médico explica el tratamiento de las cefaleas en racimo, dolores de cabeza relativamente cortos pero muy dolorosos alrededor del ojo que se producen todos los días durante semanas o meses.
Los expertos no saben qué las causa, pero un nervio de la cara está implicado, creando un dolor intenso alrededor de uno de los ojos. Es tan intenso que la mayoría de la gente no puede quedarse quieta y a menudo se pasea durante un ataque. Las cefaleas en racimo pueden ser más graves que las migrañas, pero no suelen durar tanto.
Es el tipo de cefalea menos frecuente, ya que afecta a menos de una de cada 1.000 personas. Los hombres las padecen más que las mujeres. Suelen empezar a producirse antes de los 30 años. Las cefaleas en racimo pueden desaparecer por completo (lo que se denomina entrar en remisión) durante meses o años, pero pueden reaparecer sin previo aviso.
Lo que ocurre
La cefalea en racimos se produce cuando se activa una vía nerviosa en la base del cerebro. Esa señal parece proceder de una parte más profunda del cerebro llamada hipotálamo, sede del "reloj biológico interno" que controla tus ciclos de sueño y vigilia.
El nervio afectado, el trigémino, es responsable de sensaciones como el calor o el dolor en la cara. Está cerca del ojo y se ramifica hasta la frente, pasando por la mejilla, la mandíbula y la oreja del mismo lado.
Una afección cerebral, como un tumor o un aneurisma, no causará estos dolores de cabeza.
Características de las cefaleas en racimo
Hay algunas cosas que distinguen a este tipo de cefalea. Incluyen:
-
Rapidez. Las cefaleas en racimo suelen alcanzar toda su fuerza rápidamente, en 5 o 10 minutos.
-
Dolor. Está casi siempre en un lado de la cabeza, y se mantiene en el mismo lado durante un período, el tiempo en el que tienes ataques diarios. (Cuando comienza un nuevo período de dolor de cabeza, puede cambiar al lado opuesto, pero eso es raro). Suele describirse como un ardor o una punzada. Puede ser punzante o constante. Lo sentirás detrás o alrededor de un ojo. Puede extenderse a la frente, la sien, la nariz, la mejilla o la encía superior de ese lado. El cuero cabelludo puede estar sensible. A menudo puede sentir el pulso de la sangre.
-
Duración corta. Las cefaleas en racimo suelen durar sólo entre 30 y 90 minutos. Pueden ser tan breves como 15 minutos o tan largas como 3 horas, pero luego desaparecen. Es probable que tengas de uno a tres de estos dolores de cabeza al día. Algunas personas tienen tan sólo uno cada dos días, mientras que otras los padecen hasta ocho veces al día.
-
Previsible. Los ataques parecen estar relacionados con el ritmo circadiano, el reloj de 24 horas de tu cuerpo. Ocurren con tanta regularidad, generalmente a la misma hora cada día, que se les ha llamado "dolores de cabeza de despertador". Incluso pueden despertarte una o dos horas después de acostarte. Los ataques nocturnos pueden ser más graves que los diurnos.
-
Frecuentes. La mayoría de las personas tendrán dolores de cabeza diarios durante 2 semanas a 3 meses; entre estos períodos, no tendrán dolor durante al menos 2 semanas.
Síntomas
El dolor suele comenzar repentinamente,... a menudo alrededor o detrás del ojo... Puede notar:
-
Malestar o una leve sensación de ardor?
-
Un ojo hinchado o caído.
-
Una pupila más pequeña en el ojo
-
Enrojecimiento o lagrimeo de los ojos
-
Goteo o congestión nasal
-
Cara roja y caliente
-
Sudoración
-
Sensibilidad a la luz
-
Inquietud o agitación, ritmo de vida.
Las cefaleas en racimo son más frecuentes en personas que fuman o que beben mucho. Durante un periodo de cefalea en racimos, serás más sensible al alcohol y a la nicotina. Un poco de alcohol puede desencadenar una cefalea. Pero beber no desencadenará uno durante los períodos sin dolor de cabeza.
Desencadenantes
Cuando estás en un periodo de racimos, cualquiera de estos puede provocar un dolor de cabeza:
-
El humo del cigarrillo
-
Alcohol
-
Olores fuertes
-
Cambio a una altitud elevada
-
Luz brillante
-
Ejercicio o esfuerzo
-
Calor
-
Alimentos que contienen nitratos, como el tocino o la carne de almuerzo
-
Cocaína
Migraña frente a cefalea en racimos
Ambos tipos de cefaleas provocan un dolor intenso. Pero la forma en que duelen y el lugar donde se sienten son diferentes.
Las migrañas comienzan lentamente y pueden durar de unas horas a unos días. Es posible que recibas algunas señales de advertencia hasta un día antes de que comience el dolor, como antojos de ciertos alimentos o cambios en tu estado de ánimo. También puedes ver auras justo antes de que aparezca la migraña.
La migraña produce un dolor punzante. Una cefalea en racimos suele doler en un solo lado de la cabeza, pero puedes sentir una migraña en ambos lados, en un solo lado o a lo largo de la frente. Es probable que empeore al mover la cabeza. También puedes tener:
-
Náuseas y vómitos
-
Sensibilidad a la luz, al sonido y a los olores
-
Manchas de colores, líneas, luces intermitentes o destellos en su visión, llamados auras
-
Entumecimiento u hormigueo
-
Debilidad
-
Problemas para hablar o escuchar
Después de que termine una migraña, puedes tener una especie de "resaca", en la que te sientes cansado o confundido. Es posible que escuches a tu médico llamar a esto un periodo postdromo.
Muchas cosas pueden desencadenar una migraña, como:
-
Cambios en el clima
-
Demasiado o muy poco sueño
-
Olores fuertes
-
Estrés
-
Ruidos fuertes
-
Muy poca comida
-
Ansiedad o depresión
-
Ciertos medicamentos
-
Cambios hormonales
-
Cafeína, ciertos alimentos y aditivos alimentarios
Tratamiento
Tienes varias opciones a la hora de tratar las cefaleas en racimo:
Medicamentos
Los tratamientos para los ataques agudos ayudan cuando el dolor de cabeza ataca:
-
Triptanes. Estos fármacos están entre las mejores formas de tratar el dolor. Podrías recibir:
-
Sumatriptán (Imitrex, Onzetra Xsail, Sumavel, Zecuity, Zembrace SymTouch), que funciona tanto en forma de inyección como inhalado
-
Zolmitriptán (Zomig)
-
-
Dihidroergotamina (DHE 45). Este medicamento de prescripción se basa en el hongo del cornezuelo.
-
Octreotida. Se trata de una forma de somatostatina, una hormona del crecimiento, fabricada en laboratorio. Se toma por vía intravenosa en la vena.
-
Lidocaína. Se trata de un analgésico, en forma de spray nasal.
-
Oxígeno. Su médico puede llamarlo oxígeno inhalado. Lo respirarás a través de una máscara facial durante 15 minutos.
La medicina preventiva a menudo puede detener un dolor de cabeza antes de que comience. Su médico puede recetar medicamentos para hacer que un racimo sea más corto y que los ataques sean menos severos, incluyendo:
-
Corticosteroides como la prednisona
-
Divalproex sódico (Depakote)
-
Galcanezumab (Emgality)
-
Tartrato de ergotamina (Cafergot, Ergomar)
-
Gabapentina (Gralise, Neurontin)
-
Carbonato de litio
-
Topiramato (Qudexy XR, Topamax, Trokendi XR)
-
Verapamilo (Calan, Verelan)
Bloqueo del nervio occipital (su médico también puede llamarlo inyección del nervio occipital). El médico inyectará una mezcla de anestesia y esteroides en estos nervios. Están en la base del cráneo y suelen ser el punto de partida de los dolores de cabeza. Se trata de un tratamiento temporal hasta que un preventivo pueda empezar a funcionar.
Estimulación nerviosa. Si la medicación no funciona, algunas personas tienen éxito con:
-
Estimulación del nervio occipital. El médico implanta quirúrgicamente un dispositivo que envía impulsos eléctricos a este grupo de nervios en la base del cráneo.
-
Neuromodulación. Estos dispositivos no invasivos aprobados por la FDA incluyen:
-
Cefaly. Se colocan electrodos en la frente y se conectan a un controlador similar a una diadema que envía señales al nervio supraorbital.
-
GammaCore. Este artilugio, también conocido como estimulador no invasivo del nervio vago (nVNS), utiliza electrodos para enviar señales a este nervio.
-
Cirugía
Si nada más funciona, la cirugía puede ser una opción para las personas que no consiguen descansar de las cefaleas en racimo.
La estimulación cerebral profunda, que implica la colocación de un electrodo en lo más profundo del cerebro, está perdiendo adeptos frente a opciones menos invasivas.
La mayoría de los procedimientos implican el bloqueo del nervio trigémino, una de las principales vías del dolor. Controla la zona que rodea el ojo, pero un paso en falso puede provocar debilidad en la mandíbula y pérdida de sensibilidad en la cara y la cabeza.
Cambios en el estilo de vida
Estos movimientos pueden ayudarte a evitar las cefaleas en racimo:
-
Mantén un horario de sueño regular. Un cambio en tu rutina puede desencadenar una cefalea.
-
Evita el alcohol. Cualquier tipo, incluso la cerveza y el vino, puede desencadenar un ataque de dolor de cabeza cuando se está en una serie de racimos.
Tratamientos alternativos
Hable con su médico sobre:
-
Capsaicina. Un spray nasal de este analgésico podría ayudar.
-
Melatonina. Este medicamento, conocido por aliviar problemas de sueño como el jet lag, podría disminuir el número de dolores de cabeza.
Ejercicios de respiración
Los ejercicios de respiración tienen efectos reales en el cuerpo que ayudan a mantener la calma y a controlar el estrés. Y para las personas que sufren cefaleas tensionales o migrañas, pueden ser una parte fundamental del tratamiento.
Pero, ¿son suficientes para el intenso dolor de una cefalea en racimos? Aunque no hay estudios que lo demuestren, algunos médicos creen que merece la pena probarlos. Al fin y al cabo, no hacen daño y no le costarán nada.
Los ejercicios de respiración pueden reducir la ansiedad. Así que si te preocupa tu próximo ataque, son una buena herramienta para ayudarte a estar tranquilo y relajado.
Puedes probar diferentes tipos de respiración. Independientemente de la que utilices, ayuda a:
-
Encontrar un espacio tranquilo donde no te molesten.
-
Siéntate y ponte cómodo.
-
Deja de lado tus preocupaciones durante unos minutos.
También es mejor reservar un tiempo para ello cada día. Esta práctica regular entrenará a tu cuerpo para caer en la respiración con más facilidad cuando la necesites. Si lo haces sólo cuando te duele, será mucho más difícil que te sumerjas realmente en ella.
Y ten en cuenta que estos ejercicios no pueden sustituir a los medicamentos. Son algo que debes utilizar junto con tu tratamiento normal.
Respiración profunda. Cuando estás estresado y ansioso, tiendes a respirar menos de lo habitual. Este ejercicio te ayuda a restablecerte. El objetivo es hacer respiraciones lentas, profundas y constantes:
-
Concéntrate en tu ombligo. Es posible que quieras poner una mano ahí para ayudarte.
-
Mientras inspiras por la nariz, tira del aire hacia tu vientre. Siente cómo se expande a medida que llenas los pulmones.
-
Exhala por la nariz con una respiración larga y lenta. Mete la barriga mientras vacías los pulmones. Incluso puedes pensar para ti mismo: "Relájate".
Con cada respiración completa y profunda, tu sistema nervioso baja de nivel.
Respiración rítmica. Si tu estilo de respiración suele ser corto y rápido, este ejercicio te ayudará a ralentizarlo un poco:
-
Inspira lentamente por la nariz mientras cuentas hasta cinco.
-
Exhala lentamente por la nariz mientras cuentas hasta cinco.
-
Repite y observa si puedes sentir que te relajas con cada respiración.
Al notar que te tranquilizas, le das a tu cuerpo una retroalimentación que te ayuda a relajarte aún más.
Respiración visualizada. Para esta, combinas la respiración con imágenes en tu mente:
-
Ponte cómodo, cierra los ojos y respira normalmente.
-
Mientras inspiras por la nariz, imagina un aire calmado que llena tus pulmones y expande el pecho y el vientre. Imagina que respiras cada vez más relajado.
-
Al exhalar, imagina que expulsas la tensión junto con tu respiración.
-
Repite, inspirando la calma y expulsando la tensión.
?