La culpa excesiva puede abrir la puerta a una serie de problemas. Puede conducir a la ansiedad, la depresión, los problemas de salud física, y más.
La culpa es difícil de precisar, pero todos la sentimos. Puedes sentirte culpable por un pensamiento que has tenido o por algo que has hecho. También puedes sentirte culpable de que tus pensamientos y acciones no coincidan con tu cultura, tu familia o tus creencias. Aunque su asociación con la culpa puede ser negativa, tiene una función positiva.
A menudo, el sentimiento de culpa sirve para ayudarte a tomar una decisión moralmente correcta. Si tus actos provocan resultados o emociones negativas, el sentimiento de culpa te informará más tarde de que fue algo incorrecto, y hacerlo de nuevo te hará sentir culpable. A menudo verás la culpa y la vergüenza en la misma conversación porque te ayudan a tomar decisiones morales.
Sin embargo, la culpa excesiva es cuando el sentimiento de culpa se vuelve amargo. Puede conducir a obsesiones ansiosas, tendencias depresivas y síntomas físicos si no se aborda. Aunque la mayor parte de la culpa es interna, a menudo está condicionada por factores externos, lo que significa que, con los hábitos adecuados, puede desaprenderse. Para desaprender el sentimiento de culpa excesivo, hay que conocer las señales.
El sentimiento de culpa está entrelazado con otros trastornos, y separarlos puede ser un reto. Comprender el papel de la culpa en trastornos como el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) y la depresión, junto con sus síntomas físicos, puede ayudarle a notar sus signos y a aprender a superar la culpa excesiva.
Señales de culpabilidad
La relación de la culpa con el TOC, la ansiedad y la depresión suele conllevar una serie de síntomas. Algunos de los síntomas físicos de la culpa son los problemas de sueño, de estómago y de digestión, y la tensión muscular...
Los síntomas sociales y emocionales del sentimiento de culpa suelen estar ocultos en tus acciones cotidianas. Puedes encontrar justificación a ciertos pensamientos, pero la culpa podría ser perfectamente la causa. Algunos síntomas de la culpa son:
-
Ser sensible a los efectos de cada acción
-
Abrumado por la posibilidad de tomar una decisión equivocada
-
Baja autoestima
-
Poner a los demás antes que a uno mismo hasta que sea perjudicial
-
Evitar toda su gama de emociones
La culpa y el TOC
La relación de la culpa con otros trastornos es bidireccional. Puede provocar un trastorno o perpetuarlo. El TOC y la depresión son dos importantes aliados de la culpa. El TOC consiste en pensamientos (obsesiones) y acciones (compulsiones) recurrentes e incontrolables. El sentimiento de culpa puede actuar como predecesor o facilitador del TOC.
Si te sientes culpable por un pensamiento o una acción, puede quedarse en el primer plano de tu mente durante mucho tiempo. Esta culpa puede provocar una obsesión en relación con la acción que realizaste o el pensamiento que se te pasó por la cabeza. Entonces, para compensarlo, empiezas a reparar tu culpa. Sin embargo, es posible que el enfoque constante en la culpa y la compulsión por enmendarla nunca terminen.
La alternativa es una tendencia obsesivo-compulsiva ya arraigada. Por ejemplo, si te obsesiona tener la casa limpia y lavar los platos todas las noches, puede que te invada la culpa si te olvidas de lavar los platos. Este tipo de culpa surge porque has roto un código que dicta tus creencias...
Culpa y depresión
Al igual que ocurre con la culpa y el TOC, la culpa y la depresión se alimentan mutuamente. La culpa permite los síntomas de la depresión. Se manifiesta como un sentimiento de malestar por sentirse deprimido, y se agrava con el tiempo. Esta relación, conocida como meta-emociones, no siempre es negativa. A veces, uno puede sentirse culpable porque se siente bien.
Las emociones de culpa suelen ser irracionales. Tú creas estas percepciones de tus propios fracasos que fermentan en tu mente. Tus acciones reflejan estas emociones, que hacen que estas percepciones continúen...
La relación entre la culpa y la depresión forma un remolino de pensamientos negativos. A menudo pueden salirse de control, alimentándose mutuamente hasta consumirse. Detectar esta relación parasitaria es el primer paso para liberarse del ciclo.
Cómo lidiar con la culpa
No hay una cura mágica para el exceso de culpa. Superarla requiere mucho trabajo emocional constante, como ocurre con cualquier emoción fuerte. El reconocimiento y la reflexión frecuentes son dos piedras de toque para superar el sentimiento de culpa. Hágase preguntas como: ¿Qué es lo que me hace sentir culpable? y ¿Qué acciones o pensamientos se producen debido a mi sentimiento de culpa?
Además, el pensamiento positivo y el refuerzo pueden ayudar a superar el sentimiento de culpa. Cambiar la verborrea de sus pensamientos puede alterar su punto de vista sobre el origen de su sentimiento de culpa. Cambie "debería" o "podría" por algo más positivo, como "puedo", "merezco" o "puedo", cuando corresponda.
Además, intente hacer una lista de los motivos por los que se siente culpable. Utilizando esa lista, considera lo siguiente:
-
Escribe una carta a alguien que sea la fuente de tu culpa.
-
Ofrézcase para enmendar algo de lo que se siente culpable.
-
Convierte un sentimiento de culpa en algo positivo aprendiendo una lección de él y cómo seguir adelante.
Aunque la culpa de cada uno es única, no eres el único que se siente culpable. Hablar de tu culpa puede abrirte las puertas al perdón y a la curación.