La teoría de Cannon Bard y su funcionamiento

La teoría de Cannon Bard es la teoría que propuso por primera vez la respuesta de lucha o huida. Aprenda más sobre ella y cómo puede afectar a su salud.

La teoría de Cannon-Bard afirma que la parte inferior del cerebro, también llamada tálamo, controla tu experiencia de la emoción. Al mismo tiempo, la parte superior del cerebro, también llamada corteza, controla la expresión de la emoción. Se cree que estas dos partes del cerebro reaccionan simultáneamente. Esta teoría fue propuesta en los años 20 y principios de los 30 por Walter B. Cannon y Philip Bard. También se conoce como la respuesta de lucha o huida.

Impacto de la lucha o la huida en su salud

El estrés comienza en tu cerebro y tus sentidos le comunican los peligros potenciales. Por ejemplo, puede ver un coche que se acerca a usted o escuchar un sonido fuerte y repentino. La teoría de Cannon-Bard propone que su amígdala procesa lo que ve y oye, traduciendo el posible peligro al hipotálamo.

La amígdala procesa las emociones. Cuando le comunica un peligro potencial, su cerebro da una respuesta de estrés para quedarse y luchar contra el peligro o huir.

Una vez que la amígdala inicia una señal de peligro, el hipotálamo alerta al sistema nervioso simpático enviando señales a las glándulas suprarrenales. La adrenalina comienza a bombear por sus venas, lo que rápidamente resulta en:

  • Latidos del corazón más rápidos

  • Mayor frecuencia del pulso

  • Aumento de la presión arterial

  • Respiración más rápida

  • Agudización de los sentidos

  • Estado de alerta

Cada una de estas respuestas fisiológicas se produce tan rápidamente que al principio no eres consciente de ello. En su lugar, actúas de forma instintiva. Hace cientos de años, nuestros instintos nos mantenían a salvo. Hoy en día, nos enfrentamos a menos peligros reales, pero nuestra respuesta de lucha o huida puede seguir siendo desencadenada por algo.

Ejemplos de la teoría de Cannon-Bard

La respuesta de lucha o huida se adapta a medida que lo hace tu entorno. Hace cientos de años, puede que tuvieras miedo de los animales salvajes que amenazaban con atacarte. En lugar de dedicar tiempo a tomar una decisión lógica en función de tu situación, tu cerebro decidió que huyeras o que te quedaras a luchar.

En el mundo actual, la respuesta de lucha o huida puede darse en situaciones menos peligrosas. Por ejemplo, tu jefe en el trabajo te pide que vayas a su oficina. Inmediatamente piensas que algo va mal y eso hace que tus glándulas liberen adrenalina. Te pones a la defensiva y puedes sentir la necesidad de entrar en la oficina con la guardia alta, preparado para luchar.

Por otro lado, los traumas del pasado o el TEPT pueden provocar una respuesta de lucha o huida. Tus recuerdos suelen basarse en tus sentidos. Recuerdas lo que viste, sentiste y oíste en un momento determinado. Si ves u oyes algo que te recuerda una experiencia traumática, tu cerebro puede desencadenar la respuesta de lucha o huida.

Esto sucede en un esfuerzo de autopreservación para protegerse del mismo trauma de nuevo. Afortunadamente, es probable que no se repita el trauma. Por lo tanto, tienes que centrarte en calmarte para que el estrés no siga afectando a tu día.

Consejos para gestionar una situación de lucha o huida

Técnicas de relajación. Al establecer la teoría de la lucha o la huida, se planteó la preocupación por la cantidad de tiempo que su cuerpo pasa bajo estrés. La teoría de Cannon-Bard establece que si te encuentras experimentando los síntomas de lucha o huida, tómate un minuto para calmarte.

Entrenar la mente. Con el tiempo, puedes entrenar a tu cerebro para que reaccione con menos afán si no hay ningún peligro alrededor.

Cuando luchar o huir se convierte en un problema

El estrés mental. Luchar o huir está muy bien porque es un mecanismo de supervivencia innato. Sin embargo, si te enfrentas constantemente a amenazas que te causan estrés, puede conducir a resultados de salud pobres. El estrés puede volverse crónico si no se gestiona adecuadamente.

Problemas del sistema nervioso. Cuando el cuerpo concentra su energía en responder a las amenazas, el sistema nervioso se resiente. Esto puede hacer que te sientas inestable y provocar problemas de salud crónicos.

Si prestas atención a tu respuesta subconsciente a las situaciones amenazantes, puedes aprender mucho. Si tus niveles de estrés siguen siendo demasiado altos, es una señal de que tus sistemas simpático y parasimpático no están trabajando juntos. Puedes pedir ayuda a un profesional de la salud mental para aprender a gestionar mejor el estrés.

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