El condicionamiento clásico es el aprendizaje por asociación. Descubra cómo se produce este método conductual de aprendizaje, qué puede esperar y mucho más.
En la década de 1890, Pavlov experimentaba con perros, haciendo sonar una campana cada vez que se les daba de comer. Con el tiempo, los perros aprendieron a asociar un estímulo neutro (el sonido de la campana) con uno positivo (la comida). Pavlov también se dio cuenta de que sus perros solían empezar a salivar cuando oían los pasos de su ayudante trayéndoles la comida. Esta asociación entre estímulos positivos y neutros se convirtió en la base de la teoría del condicionamiento clásico.
Con el tiempo, Pavlov relacionó estas asociaciones de comportamiento con los seres humanos y dedicó el resto de su carrera a estudiar el fenómeno...
¿Qué es la teoría del condicionamiento clásico?
La teoría del condicionamiento clásico afirma que los comportamientos se aprenden al conectar un estímulo neutro con uno positivo, como los perros de Pavlov que oyen una campana (neutra) y esperan comida (positiva). El comportamiento aprendido se denomina respuesta condicionada. Los procesos normales, como salivar cuando se huele la comida, es lo que se llama una respuesta incondicionada.
El condicionamiento clásico consta de tres etapas. A continuación, se presenta un breve resumen de cada una de ellas.
Etapa 1: Antes del condicionamiento. Algo en el entorno desencadena una respuesta natural en el sujeto. Durante esta etapa, todavía no se ha aprendido ningún comportamiento nuevo. Esta etapa también incluye un estímulo neutro, que no afecta al sujeto.
Etapa 2: Durante el condicionamiento. Es la etapa en la que el estímulo neutro se asocia con el estímulo positivo que provocó la respuesta durante la primera etapa. En el experimento de Pavlov, esta etapa consistía en hacer sonar una campana cuando se daba de comer a los perros. Tras una exposición repetida, los perros empezaron a asociar la campana con la comida y salivaban cuando la oían, aunque no hubiera comida.
Etapa 3: Después del condicionamiento. Durante la última etapa del condicionamiento, el estímulo neutro se asocia firmemente con la respuesta incondicionada. Esto crea un nuevo comportamiento, o lo que se conoce como la respuesta condicionada.
¿Qué es el experimento del pequeño Alberto?
Considerado uno de los "experimentos más dudosos desde el punto de vista ético", el experimento del pequeño Alberto fue desarrollado por los psicólogos John B. Watson y Rosalie Rayner, que aplicaron por primera vez los principios de condicionamiento clásico de Pavlov al comportamiento humano.
En 1920, Watson y Rayner comenzaron su experimento de aprendizaje conductual con un niño de 9 meses llamado Albert. Probaron las reacciones de Albert a varias cosas de su entorno, como una rata blanca, periódicos en llamas y un martillo que golpeaba una barra de acero de un metro y medio justo detrás de la cabeza de Albert. Como el sonido del martillo era lo que asustaba a Albert, se convirtió en el estímulo incondicionado y el miedo en la respuesta incondicionada.
Cuando Albert tenía 11 meses, le presentaron la rata blanca. Cuando intentó acariciarla, se golpeó con el martillo, lo que le provocó miedo. Los investigadores realizaron este mismo proceso durante las siguientes semanas hasta que la presentación de la rata a Albert provocó una respuesta de miedo.
Reprodujeron estos resultados con un conejo, un perro y varios otros estímulos que anteriormente eran neutros. Al final del experimento, Albert presentó una respuesta de miedo para todos ellos.
Cuáles son algunos ejemplos de condicionamiento clásico?
El condicionamiento clásico no sólo está relacionado con la comida o el miedo. Usted ve ejemplos de este tipo de condicionamiento todos los días, aunque no lo sepa o no piense conscientemente en ello. He aquí algunos ejemplos de condicionamiento clásico en la vida cotidiana.
-
Cada vez que te pones los zapatos, tu perro se excita y corre hacia la puerta principal. Tu perro asocia que te pongas los zapatos con un paseo, o quizá con ir a dar una vuelta en coche.
-
Siempre compras el mismo tipo de galletas para la merienda matutina de tu bebé. Cuando sacas la caja de galletas del armario, tu bebé se emociona y alarga la mano hacia la caja porque asocia esa caja con la hora de la merienda.
-
Un determinado perfume te recuerda a tu difunta abuela. Después de su fallecimiento, oler ese perfume o aromas similares te entristece por su asociación con tu abuela.
-
Tu exigente jefe reprende de vez en cuando a los empleados de bajo rendimiento en su oficina. Te sientes nervioso o agitado cada vez que tu jefe hace pasar a uno de tus compañeros a su despacho y cierra la puerta porque eso es lo que hace siempre que alguien tiene problemas.
-
Escuchas algo de tu música favorita cuando haces ejercicio. En general, no disfrutas haciendo ejercicio, pero con el tiempo, empiezas a relacionar las sensaciones positivas que te produce tu lista de reproducción con el ejercicio.