médico explica las causas, los síntomas y el tratamiento del trastorno negativista desafiante, o TOD, que afecta a niños y adolescentes.
El Trastorno Oposicionista Desafiante (TOD) es un trastorno de la conducta en el que el niño muestra un patrón de humor colérico o malhumorado, un comportamiento desafiante o combativo y una actitud vengativa hacia las personas con autoridad. El comportamiento del niño suele perturbar su rutina diaria, incluidas las actividades en la familia y en la escuela.
No es inusual que los niños -especialmente los que están en los "terribles dos años" y los primeros años de la adolescencia- desafíen a la autoridad de vez en cuando. Pueden expresar su rebeldía discutiendo, desobedeciendo o contestando a sus padres, profesores u otros adultos. Cuando este comportamiento dura más de 6 meses y es más extremo de lo que es habitual para la edad del niño, puede significar que el niño tiene TOD.
Se estima que entre el 2% y el 16% de los niños y adolescentes tienen TOD. En los niños más pequeños, el TOD es más frecuente en los varones. En los niños mayores, se da por igual en niños y niñas. Suele empezar a los 8 años.
Muchos niños y adolescentes con TOD también tienen otros problemas de comportamiento, como el trastorno por déficit de atención, problemas de aprendizaje, trastornos del estado de ánimo (como la depresión) y trastornos de ansiedad. Algunos niños con TOD llegan a padecer un trastorno del comportamiento más grave, llamado trastorno de la conducta.
Síntomas del TOD
Los síntomas del TOD pueden incluir:
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Hacer rabietas repetidas.
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Discutir excesivamente con los adultos, especialmente con los que tienen autoridad
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Negarse activamente a cumplir las peticiones y las normas
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Tratar de molestar o disgustar a los demás, o dejarse molestar fácilmente por los demás
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Culpar a los demás de sus errores
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Tener frecuentes estallidos de ira y resentimiento
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Ser rencoroso y buscar la venganza
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Decir palabrotas o utilizar un lenguaje obsceno
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Decir cosas malas y odiosas cuando se está molesto
Además, muchos niños con TOD son malhumorados, se frustran fácilmente y tienen baja autoestima. A veces también pueden abusar de las drogas y el alcohol.
Causas y factores de riesgo del TOD
No se conoce la causa exacta del TOD, pero una combinación de factores biológicos, genéticos y ambientales puede contribuir a la condición.
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La química del cerebro: El TOD se ha relacionado con ciertos tipos de sustancias químicas del cerebro, o neurotransmisores, que no funcionan correctamente. Los neurotransmisores ayudan a las células nerviosas del cerebro a comunicarse entre sí. Si estas sustancias químicas no funcionan correctamente, los mensajes pueden no llegar a través del cerebro, lo que conduce a los síntomas del TOD y otras enfermedades mentales. Además, muchos niños y adolescentes con TOD también padecen otras enfermedades mentales, como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), trastornos del aprendizaje, depresión o un trastorno de ansiedad, que pueden contribuir a sus problemas de comportamiento.
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Otras diferencias cerebrales: Algunos estudios sugieren que los defectos o las lesiones en ciertas áreas del cerebro pueden provocar graves problemas de comportamiento en los niños.
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El temperamento: Los niños que tienen problemas para controlar sus emociones son más propensos a tener TOD.
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Antecedentes familiares: Muchos niños y adolescentes con TOD tienen familiares cercanos con enfermedades mentales, incluyendo trastornos del estado de ánimo, trastornos de ansiedad y trastornos de la personalidad. Esto sugiere que el riesgo de padecer TOD puede ser hereditario.
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Problemas familiares: Cosas como una vida familiar disfuncional, el abuso de sustancias y una disciplina inconsistente por parte de los padres u otras figuras de autoridad pueden contribuir al desarrollo de los trastornos de conducta.
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Compañeros: La atención de los compañeros u otras personas puede a veces reforzar las conductas del TOD.
Diagnóstico ODD
Al igual que en el caso de los adultos, las enfermedades mentales en los niños se diagnostican en función de los signos y síntomas que sugieren una enfermedad concreta como el TOD. Si los síntomas están presentes, el médico comenzará una evaluación haciendo una historia clínica completa y un examen físico. Aunque no hay pruebas de laboratorio para diagnosticar específicamente el TOD, el médico puede utilizar a veces pruebas como estudios de neuroimagen o análisis de sangre si sospecha que puede haber una razón médica para los problemas de comportamiento que se producen. El médico también buscará signos de otras afecciones que suelen acompañar al TOD, como el TDAH y la depresión.
Si el médico no puede encontrar una causa física para los síntomas, es probable que remita al niño a un psiquiatra o psicólogo de niños y adolescentes, profesionales de la salud mental especialmente formados para diagnosticar y tratar enfermedades mentales en niños y adolescentes. Los psiquiatras y psicólogos utilizan herramientas de entrevista y evaluación especialmente diseñadas para evaluar a un niño en busca de una enfermedad mental. El médico basa su diagnóstico en los informes de los síntomas del niño y en la observación de su actitud y comportamiento. A menudo, el médico debe basarse en los informes de los padres del niño, los profesores y otros adultos, porque los niños suelen tener problemas para explicar sus problemas o entender sus síntomas.
Tratamiento del TOD y cuidados en el hogar
El tratamiento del TOD se basa en muchas cosas, como la edad del niño, la gravedad de los síntomas y la capacidad del niño para participar y tolerar terapias específicas. El tratamiento suele consistir en una combinación de lo siguiente:
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Psicoterapia: Este tipo de asesoramiento tiene como objetivo ayudar al niño a desarrollar habilidades de afrontamiento, sociales y de resolución de problemas más eficaces, así como formas de expresar y controlar la ira. Un tipo de terapia llamada terapia cognitivo-conductual pretende remodelar el pensamiento del niño (cognición) para mejorar su comportamiento.
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Terapia familiar: Puede utilizarse para ayudar a mejorar las interacciones familiares y la comunicación entre los miembros de la familia. Una técnica de terapia especializada llamada entrenamiento de manejo de los padres (PMT) enseña a los padres formas de alterar positivamente el comportamiento de su hijo. Los planes de gestión de la conducta también suelen implicar el desarrollo de contratos entre los padres y el niño que identifican recompensas para los comportamientos positivos y consecuencias (castigos) para los comportamientos negativos.
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Medicación: Aunque no hay ninguna medicación formalmente aprobada para tratar el TOD, a veces se pueden utilizar fármacos para tratar los síntomas (incluyendo ser impulsivo y estar de mal humor). A veces, un niño con TOD necesita medicación para otras enfermedades mentales que pueda tener, como el TDAH o la depresión.
Las estrategias que puede probar en casa si su hijo tiene ODD incluyen:
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Elogie conductas positivas específicas.
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Ofrezca recompensas por el buen comportamiento, especialmente a los niños más pequeños.
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Modele el comportamiento que quiere ver en su hijo.
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Evite las luchas de poder.
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Elige tus batallas.
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Establece límites y fronteras claras.
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Siga un horario y una rutina coherentes.
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Pasen tiempo juntos haciendo cosas que ambos disfruten.
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Asegúrese de que ambos padres u otros miembros de la familia trabajan juntos de forma constante.
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Prepare a su hijo para que tenga éxito en las tareas domésticas o en otras tareas.
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No se preocupe si no ve la mejora de inmediato.
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Busca apoyo para ti mismo.
Complicaciones ODD
Los niños o adolescentes con TOD suelen tener problemas en casa, en la escuela y en su vida personal. El TOD puede dar lugar a:
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Tener un mal desempeño en la escuela o en el trabajo
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Comportamiento antisocial
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Problemas para controlar los impulsos
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Problemas con el alcohol o las drogas
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Suicidio
Los niños con TOD a menudo tienen o desarrollan otras condiciones de salud mental, incluyendo:
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Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)
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Trastorno de la conducta
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Depresión
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Ansiedad
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Trastornos del aprendizaje
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Trastornos de la comunicación
Perspectiva ODD
Cuando se inicia tempranamente, el tratamiento suele ser eficaz. Si su hijo muestra signos de TOD, es importante que busque atención de un profesional de la salud mental cualificado de inmediato. Sin tratamiento, los niños con TOD pueden sufrir el rechazo de sus compañeros de clase y de otros compañeros debido a sus problemas de comportamiento y a su falta de habilidades sociales. Un niño con TOD también tiene más posibilidades de desarrollar un trastorno de comportamiento más grave llamado trastorno de conducta.
Prevención del TOD
Aunque no sea posible prevenir el TOD, reconocer y actuar sobre los síntomas cuando aparecen por primera vez puede aliviar la angustia del niño y la familia, y prevenir muchos de los problemas relacionados con la enfermedad. Los miembros de la familia también pueden aprender los pasos a seguir en caso de que aparezcan signos de recaída (un retorno de los síntomas). Proporcionar un entorno doméstico afectuoso, solidario y coherente, con un equilibrio de amor y disciplina, puede ayudar a aliviar los síntomas y prevenir los episodios de comportamiento desafiante.