¿Ausencia o Alzheimer?

La mayoría de nosotros tenemos más probabilidades de ser despistados que de padecer la enfermedad de Alzheimer, pero ¿cómo se puede diferenciar y cómo se puede superar el despiste? el doctor te da 6 consejos para afrontar este frustrante problema.

Despiste o alzheimer?

La mayoría de nosotros tenemos más probabilidades de ser despistados que de padecer la enfermedad de Alzheimer, pero ¿cómo se puede distinguir y cómo se puede superar el despiste? el doctor te da 6 consejos para afrontar este frustrante problema.

De los archivos del médico

Has vuelto a perder las llaves del coche, tus gafas han desaparecido en el olvido y el otro día estuviste dando vueltas por el aparcamiento del centro comercial durante media hora antes de poder recordar dónde habías aparcado el coche. ¿Está usted en una pendiente resbaladiza hacia la enfermedad de Alzheimer? ¿O es simplemente una víctima del ajetreado mundo actual, en el que todos tenemos demasiadas cosas en marcha a la vez, y los minúsculos detalles de nuestro día a día se olvidan con facilidad?

La mayoría de las veces, la culpa la tiene el frustrante problema de los despistes, y para solucionarlo, basta con limpiar el desorden de su vida que está provocando lapsos de memoria y entrenar a su cerebro para que recuerde las cosas que tan a menudo olvida. Pero, en ocasiones, las primeras fases del Alzheimer pueden ser las culpables. Los expertos explican al médico cómo se puede notar la diferencia, y cómo el despiste puede convertirse en una cosa del pasado que hace tiempo -y felizmente- has olvidado.

Cuando el despiste ataca

"La base del despiste es un fallo entre la memoria y la atención", dice el doctor Daniel Schacter, autor de Los siete pecados de la memoria. "Por lo general, cuando estás distraído, es que tu procesamiento consciente se centra en algo distinto a la tarea que tienes entre manos; estás pensando en otra cosa".

Cuando estás pensando en otra cosa, explica Schacter, los detalles, ya sean grandes o pequeños, se te escapan de la memoria.

"Por ejemplo, en mi libro, pongo el ejemplo de Yo Yo Ma, el chelista", dice Schacter. "Se sube a un taxi en Nueva York y mete su violonchelo de 2,5 millones de dólares en el maletero. Cuando llega a su destino, paga al taxista, se baja del taxi y se va, dejando el chelo en el maletero. En esta situación, se trata de un fallo de atención en el momento en que es necesario recuperar la memoria."

Para la mayoría de nosotros, no es un violonchelo de 2,5 millones de dólares al que debemos prestar atención, sino a pequeñas cosas que suelen costar mucho menos pero que pueden ser igual de importantes para la vida cotidiana.

"El despiste suele incluir cosas como: 'No encuentro mis gafas por la casa'", dice Schacter, que también es profesor y presidente del departamento de psicología de la Universidad de Harvard.

Tanto si se trata de unas gafas como de las llaves del coche o de un violonchelo, cuanto más ocupado estés, más probable será que te despistes.

"Todos vivimos en una sociedad multitarea", dice el doctor George T. Grossberg. "Muchas personas simplemente tienen una sobrecarga sensorial, en la que tienen demasiadas cosas a la vez, lo que les hace más propensos a estar distraídos".

El despiste, explica Grossberg, se asemeja a un rasgo de la personalidad; lo más probable es que una persona despistada diga que ha sido así toda su vida, tratando constantemente de hacer malabares con las tareas, e inevitablemente, algunas tareas se olvidan. Pero a medida que la gente envejece y tiende a estar más ocupada, ese rasgo parece más pronunciado al tener que lidiar con horarios cada vez más agitados.

"A medida que la gente envejece y está más ocupada con sus carreras y familias, puede ser más distraída, pero una característica que la define es que no interfiere en la capacidad de la persona para llevar su vida con éxito", dice Grossberg, que es el director de psiquiatría geriátrica de la Facultad de Medicina de la Universidad de St.

Cuando el despiste sí interfiere en la capacidad de una persona para desenvolverse en el día a día, entonces es una señal de que algo más allá de una agenda apretada o la falta de atención a los detalles puede ser el culpable.

Enfermedad de Alzheimer

"Nos preocupa el individuo que no es capaz de recordar piezas de información previamente aprendidas y almacenadas, no sólo a demanda, sino más tarde, cuando esas cosas no vuelven a aparecer", dice Grossberg. "Por ejemplo, alguien que pierde las llaves y se frustra y corre a buscarlas puede ser despistado. En cambio, el individuo que extravía sus llaves, no sabe que se han perdido y luego olvida para qué sirven, eso es un nivel de deterioro muy diferente."

En las personas que pueden estar sufriendo los primeros signos de Alzheimer, explica Grossberg, se hace evidente que el despiste no es el único problema.

"Además de los olvidos, ocurren otras cosas que pueden ser señales de alerta de la enfermedad de Alzheimer", dice Grossberg al médico. "Hay dificultades con el habla, la resolución de problemas y la planificación. Hay cambios en la capacidad de escribir, o de comprender instrucciones".

En el caso del Alzheimer, estos cambios se producen de tal manera que afectan a la capacidad de la persona para llevar a cabo su vida cotidiana con éxito.

"Hace poco vi a una paciente que fue traída por su familia", dice Grossberg. "Tenía unos 80 años. La primera señal de alerta de Alzheimer fue que no dejaban de recibir llamadas telefónicas, varias semanas seguidas, de grandes almacenes y restaurantes. Su madre se dejaba el bolso en los distintos lugares a los que iba. La alarma sonó porque su madre no sólo no sabía dónde estaba el bolso, sino que ni siquiera sabía que había desaparecido."

Señales como éstas indican la existencia de la enfermedad de Alzheimer y suelen justificar una visita a la consulta del médico para una evaluación y un tratamiento adicionales, explica Grossberg. Pero para el despiste general, hay soluciones fáciles que pueden ayudar a resolver este frustrante problema.

Cómo resolver los despistes

Para atajar el molesto problema del despiste, prueba estos sencillos consejos que te ayudarán a recordar:

  • Simplifica tu vida. "No te sientas abrumado por demasiadas cosas a la vez, y haz las tareas de una en una", dice Grossberg.

  • Descansa y aliméntate adecuadamente para estar en un estado de ánimo bien descansado.

  • Mantén un horario. "Las personas que se ciñen a un horario son menos despistadas que las que no lo hacen", dice Grossberg.

  • Haz mucho ejercicio, tanto físico como mental. "Desafía al cerebro de formas nuevas y creativas a lo largo de la vida", dice Grossberg al médico. "Únase a un club de lectura, aprenda a jugar al ajedrez o utilice la mano derecha en lugar de la izquierda si es zurdo".

  • Guarda los objetos que utilizas a diario en el mismo lugar siempre. "Encuentra un lugar en tu casa y pon allí constantemente tus llaves o tus gafas, como en la repisa de la chimenea o en la mesa junto a la puerta", dice Schacter. "Si eres rígido al respecto, siempre los encontrarás en sus lugares cuando vayas a buscarlos".

  • Haz un uso eficaz de las pistas y los recordatorios, como las notas adhesivas o un calendario. "La mayoría de los errores por despiste pueden superarse teniendo acceso a recordatorios", dice Schacter. "En el caso de Yo Yo Ma, si hubiera anotado que tenía que sacar su chelo del maletero del taxi, no lo habría olvidado".

  • Por muy molesto que sea el despiste, también puede superarse fácilmente. Empieza por hacerte la vida un poco más fácil, y verás que puedes olvidarte de volver a tener problemas de memoria.

    Publicado el 23 de junio de 2003.

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