En un estudio de 2019 en el que participaron 7.000 jóvenes estadounidenses de entre 18 y 24 años, más de uno de cada cinco de ellos declaró tener problemas de alimentación relacionados con su deseo de tener un cuerpo musculoso.
En las últimas décadas, las figuras de acción para niños, como GI Joe y Superman, se han vuelto más musculosas. Y, más recientemente, Facebook, Instagram y otras redes sociales se han convertido en lugares que celebran estos extremos, a través de imágenes de celebridades e influencers destrozados.
Parece haber tenido un impacto. En un estudio de 2019 en el que participaron 7.000 jóvenes estadounidenses de entre 18 y 24 años, más de uno de cada cinco de ellos declaró tener problemas de alimentación relacionados con su deseo de tener un cuerpo musculoso. Para abultar, comían en exceso y tomaban esteroides anabólicos o suplementos dietéticos.
"Animamos a la gente a ser físicamente activa y a vigilar lo que come", dice el autor principal, Jason Nagata, MD, MSc, pediatra de la Universidad de California en San Francisco, que atiende a adolescentes y adultos jóvenes con trastornos alimentarios. "Pero hay un subgrupo de personas que llevan esos objetivos y comportamientos al extremo, y empieza a apoderarse de sus vidas".
Además de los patrones alimentarios problemáticos, obsesionarse con la imagen corporal puede llevar a una condición llamada dismorfia muscular, que te convence de que no eres ni tan musculoso ni tan delgado como crees que deberías ser.
"No ser capaz de alcanzar estos ideales provoca mucha angustia y retraimiento de las actividades que uno disfruta en pos de esta imagen corporal", dice Nagata. "Algunas personas pueden dejar de salir con sus amigos por estar todo el día en el gimnasio".
Además del daño psicológico, se corre el riesgo de dañar el cuerpo que se quiere perfeccionar. Esas horas en el gimnasio requieren comida como combustible, pero si no te alimentas bien para mantener la energía que has gastado, tu corazón puede ralentizarse y tu presión arterial podría bajar. Ambas cosas son peligrosas. También puedes poner en peligro la salud de tus huesos.
Los esteroides anabólicos también causan problemas. Pueden frenar el crecimiento y, con el tiempo, pueden provocar enfermedades cardíacas, problemas renales y daños en el hígado, dice Nagata.
Tanto a los chicos como a los hombres les cuesta hablar de los trastornos alimentarios, en parte porque se asocian más a las chicas y a las mujeres. Si estás preocupado por un ser querido, Nagata dice que puedes estar atento a las señales, como el aumento repentino de peso y el aumento del tiempo frente al espejo o en la báscula, así como pasar menos tiempo con los amigos. "Estos comportamientos causan mucha angustia", dice Nagata. "Hay que buscar un terapeuta o consejero capacitado para tratar los trastornos alimentarios".
Nagata aconseja a los hombres que quieren aumentar su musculatura que centren sus objetivos en unos hábitos alimentarios y de ejercicio sostenibles que puedas mantener a largo plazo, y que presten menos atención a su aspecto que a cómo se sienten. Su mensaje para el nuevo año: "Reencuadra tu régimen hacia objetivos orientados a la salud frente a la apariencia física".
Pregúntale a tu médico
Son seguros los suplementos dietéticos que tomo?
Esa es una gran incógnita, porque no están regulados como los medicamentos por la FDA y, en la mayoría de los casos, sus consecuencias para la salud no han sido bien estudiadas.
¿Cómo puedo empezar a hacer ejercicio de forma segura?
Establezca objetivos realistas y graduales en lugar de pasar de no realizar ninguna actividad física a pasar tres horas en el gimnasio todos los días.
¿Cuánto ejercicio es demasiado?
Intente hacer 150 minutos de ejercicio moderado a la semana. También está bien hacer más, pero si empieza a sentirse como una obligación u obsesión, reduzca la intensidad.
¿Cómo puedo saber si tengo un problema?
Los signos de advertencia son la preocupación u obsesión por la apariencia personal, el tamaño del cuerpo, el peso, la comida o el ejercicio de forma que empeora la calidad de vida.
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