Cómo equilibrar el lupus y el trabajo

Los síntomas del lupus pueden interferir con su carga de trabajo. Aprenda a ser productivo cuando tiene lupus y los derechos que le otorga la ley.

Puede que decida o no informar a su jefe y a sus compañeros de trabajo sobre su enfermedad. Pero si lo hace, las leyes federales sobre discapacidades exigen que su empleador le ofrezca adaptaciones razonables para ayudarle a realizar su trabajo.

Cómo gestionar su carga de trabajo con lupus

Los síntomas del lupus, como la niebla cerebral, la fatiga y el dolor, pueden obstaculizar tu carga de trabajo. Para minimizarlos, primero trabaja con tu médico para elaborar un plan de tratamiento eficaz. No hay cura para el lupus, pero el tratamiento adecuado puede reducir los brotes, tratar los síntomas y prevenir las complicaciones.

Un estilo de vida saludable también influye en cómo se siente. Esto incluye hacer ejercicio, comer bien, dormir lo suficiente y mantenerse alejado del sol (para evitar la sensibilidad al sol que afecta a muchas personas con esta enfermedad).

Además, prueba estos trucos para controlar la niebla cerebral en el trabajo:

  • Minimizar las distracciones y evitar la multitarea. Concentrarse en una cosa a la vez facilita la concentración. Puedes poner en pausa los correos electrónicos cuando estés trabajando en un proyecto. O usar auriculares con cancelación de ruido cuando no tengas que interactuar con clientes o compañeros de trabajo.

  • Tómate tu tiempo. Dedica un tiempo extra cuando trabajes en algo que requiera concentración. Ayuda a planificar por escrito los proyectos de varios pasos. Avisa a tu jefe o a tus compañeros de trabajo si necesitas ayuda.

  • Las señales visuales pueden ayudar. Si sueles olvidar cosas, déjate recordatorios visuales. Por ejemplo, pon los auriculares sobre el teclado para recordarte una grabación que tienes que transcribir.

La fatiga es uno de los síntomas más comunes que afectan a las personas con lupus. Para hacer frente a la fatiga en el trabajo, podrías:

  • Establecer prioridades. Planifica tu horario de trabajo con antelación, si puedes. Destaca las tareas más importantes para poder centrarte en ellas primero. Si tiendes a cansarte a ciertas horas del día, programa las tareas de alta prioridad para los momentos en que tengas más energía.

  • No escatimes en descanso. Una buena noche de sueño te ayuda a empezar el día con la mayor energía posible. Programe descansos a lo largo del día, si es posible.

  • Cambia de entorno o de horario. Pregunta a tu jefe si puedes teletrabajar los días que te sientas especialmente fatigado. Si sueles estar de pie para hacer tu trabajo, comprueba si puedes estar sentado al menos una parte del tiempo. Un horario flexible puede ayudarte si tienes menos energía a ciertas horas del día.

  • Consigue ayuda. Piensa en las tareas que puedes delegar para poder centrarte en las tareas críticas que requieren tu atención. Y no subestimes el valor de una buena red de apoyo en casa. Así tendrás más tiempo para relajarte y podrás ir al trabajo bien descansado.

Es difícil concentrarse en el trabajo cuando se tiene dolor. Habla con tu médico sobre el tratamiento del dolor. Y tómate los días de baja cuando los necesites. Otras cosas que puedes probar son:

  • Equipamiento útil. Una silla más cómoda puede marcar la diferencia. Si teclear te duele los dedos, prueba la tecnología de voz a texto. Un scooter de movilidad puede ser una opción si se camina mucho en el trabajo.

  • Descansos con movimiento. Incluso un poco de ejercicio puede reducir el dolor. Incorpora a tu día varias pausas de movimiento. No te sientes en una posición durante mucho tiempo.

  • Terapia de frío o calor. Algunas personas consiguen aliviar el dolor con almohadillas térmicas. Otros encuentran que una bolsa de hielo ayuda. Intenta tener una de ellas a mano en tu lugar de trabajo.

Mantener el estrés bajo control

El estrés puede desencadenar un brote o empeorar sus síntomas. Para reducir el estrés laboral, haz del autocuidado una prioridad. Los descansos ayudan a ello. Cuando no estés trabajando, reserva tiempo para actividades que alivien el estrés, como el yoga, la meditación, el ejercicio, un paseo al aire libre o lo que mejor te venga.

Si tienes una situación de trabajo que te pone de los nervios, como hacer una presentación, planificarla con antelación puede hacer que te resulte menos estresante.

Qué debes decirle a tu empleador?

La ley no le obliga a decir a su empleador que tiene lupus. Sus síntomas y el tipo de trabajo que realiza pueden determinar cuánto decide compartir. Pero informar a su empleador y a sus compañeros de trabajo sobre su enfermedad significa que pueden proporcionarle ayuda cuando la necesite.

Dado que el lupus afecta a tantas partes del cuerpo y de tantas maneras diferentes, la situación de cada uno es distinta. Algunas personas con lupus sistémico pueden trabajar durante años con pocos problemas. Pero otras necesitan algún tipo de adaptación, como horarios de trabajo flexibles o descansos más frecuentes.

La Ley Federal de Estadounidenses con Discapacidades (ADA) exige a las empresas con 15 o más empleados que realicen ajustes razonables para un empleado con una discapacidad o una enfermedad crónica como el lupus. Un ajuste razonable es algo que su empleador puede proporcionar sin dificultades excesivas. En otras palabras, no es significativamente caro o difícil.

Algunos ejemplos del tipo de adaptaciones que pueden ayudarle a manejar los síntomas del lupus en el trabajo son:

  • Proporcionar equipos de trabajo diseñados para ser más cómodos y menos estresantes para su cuerpo

  • Permitirle trabajar a la sombra o disponer su puesto de trabajo para evitar la luz solar directa

  • Poner un deshumidificador, ya que la humedad puede empeorar los síntomas del lupus

  • Establecer una zona de trabajo tranquila que minimice la sobrecarga sensorial

Cuándo y cómo decírselo a su empleador

Puede empezar con una conversación informal con su supervisor poco después de su diagnóstico. Incluso si tus síntomas son leves en ese momento, esto mantiene a tu empleador al tanto para que no te tome por sorpresa si necesitas adaptaciones más adelante.

Si pides adaptaciones, no tienes que hacerlas por escrito. Puedes hacerlas durante una conversación con tu jefe, si lo prefieres.

Su empleador puede documentar su solicitud por escrito. (Si no lo hace, puede pedirles que lo hagan para tener un registro oficial de su solicitud). También pueden pedirte que aportes documentación que demuestre que necesitas esas adaptaciones debido a tu condición.

Su privacidad está protegida

Su empleador debe mantener la confidencialidad de su información médica. Si decide contar a sus compañeros de trabajo que tiene lupus o hablar de sus síntomas, es su decisión. Pero tu jefe y otras personas de la empresa no pueden revelar nada sobre tu situación sin tu permiso.

Si tu empleador no cumple las normas

Si crees que tu empleador no está proporcionando las adaptaciones requeridas por la ADA o está violando tus derechos de otra manera, puedes obtener ayuda.

La Comisión Federal de Igualdad de Oportunidades en el Empleo se encarga de hacer cumplir la normativa de la ADA. Puedes presentar una queja ante la EEOC explicando cómo crees que se han violado tus derechos. Investigarán y, si consideran que tu queja es válida, decidirán qué reparación debes obtener.

Hot