La hidroxicloroquina aumenta la tasa de supervivencia de los enfermos de lupus

Todo lo que necesita saber sobre la hidroxicloroquina, un medicamento antipalúdico utilizado para tratar el lupus.

Otros fármacos antipalúdicos utilizados habitualmente para tratar el lupus son la cloroquina (Aralen) y la quinacrina (Atabrine). La cloroquina puede recetarse cuando no se dispone de hidroxicloroquina. Sin embargo, no es el medicamento preferido debido a sus graves efectos secundarios. La quinacrina también se utiliza raramente porque puede provocar una decoloración amarilla de la piel. Puede utilizarse junto con la hidroxicloroquina si no se responde al tratamiento con hidroxicloroquina sola.

Además de reducir los brotes, el uso de hidroxicloroquina para el lupus tiene otros beneficios:

  • Disminuye la tasa de absorción de los rayos ultravioleta.

  • Disminuye el número de células presentadoras de antígenos en la piel.

  • Reduce los daños del lupus en el organismo.

Su cuerpo puede tardar en acostumbrarse a la hidroxicloroquina. También puede causar algunos efectos secundarios, aunque algunos pueden desaparecer con el tiempo. Estos incluyen:

  • Malestar estomacal

  • Diarrea

  • Náuseas

  • Vómitos

  • Dolor de cabeza

  • Calambres

  • Pérdida de apetito

  • Debilidad corporal

Complicaciones de la hidroxicloroquina

Las complicaciones derivadas de la toma de hidroxicloroquina son muy raras. La principal preocupación al tomar este medicamento es el riesgo de toxicidad en la retina. Su médico debe vigilarle periódicamente para detectar cualquier síntoma temprano de esta enfermedad.

La hidroxicloroquina tiene menos probabilidades de causar toxicidad en la retina que la cloroquina. Esto hace que sea el fármaco antipalúdico preferido y más utilizado. Pueden tomarlo las personas embarazadas o en periodo de lactancia, así como las personas con casos de lupus de leves a graves.

La mayoría de las complicaciones conocidas del uso de la hidroxicloroquina han afectado a personas que utilizaron el fármaco durante más de cinco años. Sin embargo, las personas con afecciones renales y hepáticas subyacentes pueden ser más propensas a la toxicidad retiniana.

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