Descubre los diferentes tipos de humidificadores, cómo utilizarlos de forma segura y cómo limpiarlos y guardarlos.
Un humidificador introduce humedad en el aire. Eso puede ser especialmente útil en invierno, cuando el clima y los sistemas de calefacción interior pueden hacer que el aire sea seco, y que se resequen los ojos, la nariz, los labios y la piel...
El objetivo es que la humedad de tu casa esté entre el 30% y el 50%. Puedes medir el nivel con un instrumento llamado higrómetro que se puede adquirir en la mayoría de las ferreterías. Considere la posibilidad de instalar un humidificador si el nivel es inferior al 30%, sobre todo si le duele la garganta, le sangra la nariz o tiene la piel seca.
Una vez instalado el humidificador, es importante vigilar los niveles de humedad. Todo lo que supere el 50% puede ser un caldo de cultivo para bacterias, hongos y otros gérmenes. Un nivel superior al 60% puede provocar condensación en las ventanas y otras superficies, lo que también invita a los microorganismos a entrar en la casa.
Algunos humidificadores tienen un humidostato que detecta la humedad de la habitación y apaga la máquina cuando alcanza el nivel adecuado.
Beneficios del humidificador
El aire reseco extrae líquido de los senos paranasales, lo que puede hacer más probable que tengas hemorragias nasales o infecciones de los senos. Además de ayudar a prevenir esas cosas, un humidificador también puede facilitar la respiración si tienes un resfriado u otra condición que afecte a tus pulmones.
Los humidificadores también pueden ayudar con lo siguiente:
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Ojos secos o irritados
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Piel seca
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Tos seca
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Dolor de garganta
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Alergias
Tipos de humidificadores
Los vaporizadores funcionan de la misma manera que una olla de agua en la estufa. Hacen hervir el agua para producir vapor, y éste se evapora en el aire. Algunos médicos desaconsejan su uso si tienes niños por el riesgo de quemaduras.
Los humidificadores evaporativos utilizan un ventilador para soplar aire sobre un material húmedo y absorbente como una mecha que envía la humedad al aire. No sólo es sencillo y relativamente seguro, sino que además es menos probable que otros tipos de humidificadores liberen bacterias y minerales en el aire. Pero eso sólo si lo limpias y secas regularmente y cambias los filtros.
Los humidificadores centrales están conectados a las tuberías y a la calefacción y el aire acondicionado de tu casa, y cubren toda la casa. Es cómodo porque no hay que rellenar el suministro de agua, pero hay que mantener bien el sistema para evitar que ciertos alérgenos entren en el aire.
Los humidificadores ultrasónicos utilizan vibraciones superrápidas para convertir el agua en vapor. Son silenciosos, eficientes y no cuestan mucho.
Los humidificadores de impulsor tienen un disco que gira a gran velocidad y convierte el agua en vapor.
Qué tipo de agua utilizar
El agua del grifo tiene diferentes cantidades de minerales, dependiendo del lugar donde vivas. Pueden atascar tu humidificador y criar bacterias que se expulsan al aire junto con el vapor de agua. Los minerales también pueden formar un fino polvo blanco que puede dar lugar a depósitos costrosos en la máquina, otro caldo de cultivo para las bacterias. Estos problemas son más comunes con los humidificadores ultrasónicos y de impulsores.
El agua destilada, disponible en las tiendas de comestibles, tiene menos minerales, pero no está claro que sea mejor que el agua del grifo, siempre que se limpie el humidificador con regularidad.
Riesgos del humidificador
Aunque los humidificadores pueden ser útiles de muchas maneras, es importante mantenerlos limpios y bien mantenidos. Un humidificador sucio puede ser un caldo de cultivo para las bacterias y el moho, y si empiezan a crecer en un humidificador, son enviados al aire y puedes respirarlos. Lo mismo ocurre con los diminutos minerales del agua embotellada o del grifo.
Y no dejes que el aire sea demasiado húmedo, ya que puede provocar condensación en las paredes y el suelo y convertirse en un hogar para las bacterias, el moho y los ácaros del polvo. Éstos pueden provocar alergias y ser especialmente perjudiciales si tienes problemas respiratorios, como el asma. Un acondicionador de aire o un deshumidificador pueden ayudar a igualar la humedad.
Ten especial cuidado si tienes un humidificador a base de vapor, que hierve el agua. Se calientan mucho y pueden causar quemaduras si no se manejan con cuidado.
Limpieza del humidificador
Lo mejor es limpiar su humidificador al menos una vez a la semana:
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Desenchufe siempre su humidificador antes de limpiarlo. El agua y la electricidad pueden ser peligrosos juntos.
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Vacíe, enjuague y seque la base y el depósito todos los días.
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Una vez a la semana, deshazte de cualquier acumulación de minerales con vinagre u otra solución sugerida por el fabricante, y desinfecta el humidificador con una solución de lejía al 10% (sigue las instrucciones de tu modelo específico). Asegúrate de enjuagar el depósito con varios cambios de agua si utilizas lejía o cualquier otro producto químico de limpieza para que la máquina no los ponga en el aire la próxima vez que lo utilices.
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Revisa tus filtros o cartuchos regularmente, y cámbialos según las instrucciones del fabricante.
Realiza todos estos pasos justo antes de guardar tu humidificador y también justo después de sacarlo del almacén para volver a utilizarlo.