La falta de aire es un síntoma común de muchas afecciones. Estas pruebas pueden ayudar a su médico a diagnosticarla.
Se trata de un síntoma común, que suele ser inofensivo: el resultado de un entrenamiento duro o de un día estresante. Pero también puede ser una señal de que tiene otro problema de salud, como la ansiedad, una infección pulmonar como la neumonía, el asma o una enfermedad cardíaca.
¿Cómo se puede saber lo que ocurre? Tu médico puede hacerte algunas pruebas básicas para ayudarte a llegar al fondo de tu falta de aire.
¿Cuándo debo acudir al médico?
Si la falta de aire le impide realizar sus actividades diarias habituales, es motivo suficiente para llamar al médico. Pero, sin duda, concierte una cita si tiene problemas para respirar junto con alguno de estos síntomas:
-
Dificultad para respirar cuando está descansando o acostado
-
Fiebre, escalofríos, sudores nocturnos
-
Latidos del corazón rápidos y agitados
-
Sibilancias
Pruebas para diagnosticar la falta de aire
En su cita, su médico le hará algunas preguntas sobre su historial médico y le hará un examen físico. Esto podría incluir la escucha del corazón y los pulmones para detectar signos de congestión, soplos o cualquier otra cosa inusual.
Los resultados del examen pueden llevarle a solicitar algunas pruebas para ayudar a averiguar qué otra cosa podría estar causando sus problemas respiratorios.
Radiografía de tórax. Puede mostrar al médico signos de afecciones como la neumonía u otros problemas cardíacos y pulmonares. Es indolora y fácil: un técnico radiólogo puede hacer una en unos 15 minutos.
Prueba de oxígeno. También llamada oximetría de pulso, ayuda al médico a medir la cantidad de oxígeno en la sangre. Le colocarán en el dedo un sensor similar a una pinza de ropa, que utiliza la luz para detectar el oxígeno. Aparte de la presión del sensor, no sentirá nada.
Electrocardiografía (EKG). Esta prueba puede realizarse en la consulta del médico o en un hospital. Un técnico le colocará unos pequeños electrodos en el pecho con gel o cinta adhesiva, y una máquina medirá los impulsos eléctricos que hacen latir su corazón. Un electrocardiograma puede mostrar a su médico si el flujo sanguíneo al corazón está deteriorado.
Prueba de función pulmonar. Mide el funcionamiento de los pulmones y permite al médico saber si hay algo que los bloquea o impide el uso adecuado del aire. También puede mostrar la capacidad de los pulmones para transportar y utilizar el oxígeno. Un tipo de prueba de la función pulmonar se llama espirometría. Usted respira en una boquilla que se conecta a una máquina y mide su capacidad pulmonar y el flujo de aire. El médico también puede pedirle que se coloque en una caja parecida a una cabina telefónica para comprobar su capacidad pulmonar. Esto se llama pletismografía. Cada una de estas pruebas ayuda a su médico a diagnosticar problemas como el asma, el enfisema o la EPOC.
Análisis de sangre. Un médico o enfermera utilizará una aguja para extraer sangre de una vena del brazo y enviarla al laboratorio para que la analicen. Los resultados pueden indicar si hay afecciones como la anemia o la insuficiencia cardíaca que provocan la falta de aire.
Si la falta de aire es grave o viene acompañada de otros síntomas como confusión, dolor en el pecho, dolor en la mandíbula o dolor en el brazo, llame al 911 inmediatamente.