La caja torácica los protege, pero los pulmones pueden lesionarse. Conozca las causas más comunes de las lesiones pulmonares y su tratamiento.
Las costillas proporcionan protección, pero pueden producirse lesiones pulmonares. Los traumatismos hacen que se filtre líquido (y a menudo aire) a los pulmones. Cuando esto ocurre, los pulmones no pueden dar al cuerpo el oxígeno que necesita para sobrevivir.
¿Qué causa las lesiones pulmonares?
Las causas de las lesiones pulmonares se dividen en dos categorías: directas o indirectas.
Las lesiones pulmonares directas pueden ser provocadas por:
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Aspiración (respirar el contenido del estómago en el pulmón)
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Hematomas por un traumatismo, como un accidente de tráfico
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Gran altitud
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A punto de ahogarse
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Neumonía grave
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Shock
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Inhalación de humo de un incendio
Las lesiones pulmonares indirectas pueden ser consecuencia de:
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Transfusiones de sangre
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Quemaduras
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Sobredosis de drogas
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Inflamación del páncreas
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Reacciones a los medicamentos
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Infección grave (sepsis)
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Antecedentes de transporte de pulmón y de células madre
¿Estoy en riesgo?
Los médicos no pueden decir realmente quiénes desarrollan lesiones pulmonares. Pero han señalado algunas cosas que pueden aumentar su riesgo. Entre ellas se encuentran:
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Un historial de fumar cigarrillos
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Abuso de alcohol
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Una condición pulmonar preexistente que requiere el uso de oxígeno
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Una cirugía reciente de alto riesgo
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Quimioterapia
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Bajo nivel de proteínas en la sangre
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Obesidad
Cuáles son los síntomas?
Según la causa de la lesión pulmonar, los síntomas pueden ser leves o intensos. Busque estas señales de alerta:
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Coloración azulada alrededor de las uñas y los labios, lo que significa que hay una falta de oxígeno en la sangre
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Dolor en el pecho, a menudo cuando se inhala
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Tos
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Fiebre
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Frecuencia cardíaca rápida
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Falta de aliento
Si notas algún síntoma, llama a tu médico. Si son graves, llama al 911.
Cómo se diagnostica?
La mayoría de las veces, los médicos descubren las lesiones pulmonares después de que los pacientes hayan ingresado en el hospital por un traumatismo o una enfermedad.
No hay una prueba específica para identificar las lesiones pulmonares. Tras comprobar los síntomas y las constantes vitales, el médico puede solicitar una radiografía de tórax. Esto determinará la cantidad de líquido en diferentes partes de sus pulmones. Dado que las lesiones pulmonares y los problemas cardíacos suelen compartir síntomas, esta prueba también puede mostrar si su corazón está agrandado.
También es posible que le hagan un TAC. Esto permitirá a los médicos ver mejor su corazón y sus pulmones.
Con la sangre de una arteria (en la muñeca, el codo o la ingle), los médicos pueden comprobar su nivel de oxígeno. Otros análisis de sangre pueden mostrar si tienes una infección o anemia (bajo recuento de glóbulos rojos).
¿Cómo se trata?
El objetivo es dar al cuerpo todo el apoyo posible para que el pulmón pueda sanar. Los órganos necesitan oxígeno para funcionar bien. Si tienes lesiones pulmonares leves, puedes recibir oxígeno a través de una mascarilla o de un tubo llamado cánula nasal. Si sus lesiones son más graves, necesitará un respirador para introducir aire en los pulmones y expulsar el líquido.
Dependiendo de la lesión, los médicos le colocarán boca arriba o boca abajo. Esto puede mejorar los niveles de oxígeno en la sangre.
Puede recibir medicación para el dolor, las infecciones, los coágulos o el reflujo gástrico. Si está conectado a un respirador, puede estar incómodo e inquieto. Su médico puede darle medicamentos para ayudarle a mantenerse quieto y tranquilo.
Cómo es la recuperación?
Ya sea leve o grave, cualquier lesión pulmonar es grave. Los pacientes más jóvenes y aquellos cuyas lesiones fueron causadas por un traumatismo o por infusiones de sangre suelen tener más posibilidades de recuperación.
Incluso después del tratamiento, la debilidad puede ser un problema. Siga estos consejos para mantener sus pulmones tan sanos y fuertes como sea posible:
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No fumes ni respires el humo de segunda mano
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Evitar el alcohol
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Manténgase al día con las vacunas. Puede prevenir futuras infecciones pulmonares vacunándose cada año contra la gripe y la neumonía.