Los mejores alimentos para el cáncer de pulmón

¿Cómo pueden afectar los alimentos que consume a su cáncer de pulmón? Descubra más sobre los nutrientes que necesita para ayudar a su cuerpo a superar el tratamiento, los efectos secundarios y mucho más.

No hay un plan de menú especial que cure o incluso trate el cáncer de pulmón. Pero sí puede dar un paso adelante durante el tratamiento y más allá eligiendo alimentos inteligentes que ayuden a su cuerpo y a mantener su fuerza.

En lugar de pensar en la comida como un luchador contra el cáncer, puede ser útil -y tal vez menos abrumador- dar un paso atrás y pensar en conseguir una buena nutrición general, dice Alicia Romano, dietista registrada en el Centro Médico Tufts y portavoz de la Academia de Nutrición y Dietética.

Seguir una dieta equilibrada tiene el potencial de ayudar a tolerar el tratamiento, mantener la fuerza durante el mismo y acelerar la recuperación, dice.

Sin embargo, un punto clave que hay que recordar es que la dieta correcta no es una receta única para todos. Los alimentos que funcionan bien para su tipo y etapa de cáncer de pulmón pueden no funcionar para todos los demás con la enfermedad.

Cada cáncer de pulmón es diferente, dice el doctor Zhaoping Li. Es jefa de la División de Nutrición Clínica de la Universidad de California, en Los Ángeles, e investigadora del Centro Oncológico Integral Jonsson de la UCLA.

La mejor dieta para usted depende de sus objetivos personales. Si está a punto de someterse a una operación de cáncer de pulmón, sus necesidades nutricionales son diferentes a las que tiene cuando se recupera del tratamiento.

Aun así, hay pautas generales que puede seguir al elegir su dieta.

Alimentos a elegir

Mientras planificas las comidas y haces la compra, aquí tienes algunos consejos de nutrición que debes tener en cuenta:

Consigue suficientes proteínas. Tu cuerpo necesita proteínas para la reparación de células y tejidos. La proteína es el componente básico de tu sistema inmunitario y es esencial para que tus órganos estén en buena forma, dice Li. Recomienda tomar unos 20 gramos por comida. En el caso de las carnes magras, como el pollo, el pescado o el pavo, esto significa un trozo del tamaño de una baraja. Otras fuentes de proteínas son:

  • Huevos

  • Lácteos bajos en grasa (leche, yogur, queso)

  • Frutos secos y mantequillas de frutos secos

  • Judías

  • Alimentos de soja (miso, tofu, edamame)

Pon plantas en tu plato. Las frutas y verduras de colores añaden poderosos antioxidantes y fitonutrientes a tu dieta, que pueden ayudar a prevenir el daño celular. Tanto si las frutas y verduras están crudas como cocinadas, la clave es la variedad. Consume unas cinco raciones diferentes al día. Para la mayoría de las frutas y verduras, una ración es de aproximadamente 1 taza; para las verduras de hoja verde, de 3 tazas.

Elige cereales integrales. Necesitas carbohidratos para mantener tu energía. Obtén tus carbohidratos de fuentes integrales en lugar de los refinados. Algunas buenas opciones son:

  • Pan integral

  • Harina de avena

  • Pastas integrales

  • Arroz integral

Incluya grasas saludables. No todas las grasas son iguales. Los ácidos grasos omega-3 y otras grasas saludables ayudan a mantener el cerebro y el sistema nervioso y reducen la inflamación del cuerpo. Estas opciones se ajustan a la ley:

  • Aguacates

  • Nueces

  • Semillas

  • Aceite de oliva

No te compliques. No es necesario revisar toda la dieta, dice Romano. Si te encuentras bien -sin efectos secundarios del tratamiento, sin pérdida de peso ni falta de apetito- céntrate en añadir a tu dieta alimentos de calidad nutricional. Sugiere cambios sencillos como añadir una pieza de fruta como tentempié, sustituir la mitad de los cereales por granos integrales o elegir pescado como opción proteica una vez a la semana en lugar de carne.

Consejos de alimentación para los efectos secundarios del tratamiento

Algunos de los efectos secundarios más comunes de los tratamientos contra el cáncer de pulmón son las náuseas, la falta de apetito, la pérdida de peso, la deshidratación y la fatiga.

Usted puede ayudar a controlar estas molestias con su dieta:

  • Para las náuseas: Coma con frecuencia comidas pequeñas. Si los olores fuertes desencadenan sus náuseas, elija alimentos suaves y bajos en grasa.

  • Para la falta de apetito: Coma porciones del tamaño de un bocadillo cada pocas horas, unas cuatro a seis veces al día. Añade alimentos calóricos a todas tus comidas, como mantequilla de cacahuete, aceite de oliva, aguacate, mantequilla o queso. Éstos le aportarán muchas calorías en un volumen reducido. Pregunte a su médico o dietista sobre la posibilidad de añadir suplementos nutricionales líquidos para ayudar a añadir calorías a su dieta.

  • Para la pérdida de peso/músculo: Obtener suficientes calorías es la clave. Las comidas pequeñas más a menudo y los alimentos densos en calorías ayudan, así como los alimentos ricos en proteínas como los huevos, las aves de corral, el pescado, los lácteos, las carnes, la mantequilla de cacahuete y el tofu.

  • Para el cansancio: Prepara comidas para el congelador cuando tengas energía, así tendrás platos preparados que simplemente puedes calentar y comer. Ten a mano tentempiés nutritivos para cuando las comidas te parezcan demasiado. Abastécete de barritas de granola, frutos secos, requesón o queso en tiras, mantequilla de cacahuete, yogur y fruta para conseguir calorías saludables en caso de apuro.

  • Para la deshidratación: Intenta tomar al menos 64 onzas de líquidos descafeinados cada día. Si parece que no puedes tolerar el agua sola, prueba con bebidas deportivas, zumo o leche.

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