El médico explica las razones por las que se puede padecer cáncer de pulmón aunque no se tenga el hábito del tabaco, y lo que se puede hacer para reducir el riesgo.
La verdad es que puede contraer la enfermedad aunque nunca se haya puesto un cigarrillo en los labios. Hay muchas razones por las que esto puede ocurrir, pero tú... puedes ayudar a reducir tu riesgo.
En primer lugar, presta atención a algunas de las cosas que provocan el cáncer de pulmón cuando no tienes el hábito del tabaco.
El humo de segunda mano.
Hay dos tipos: el que exhala el fumador y la nube que sale de un cigarrillo, una pipa o un puro. Ambos son malos para ti.
Así que, aunque no se te ocurra encender un cigarrillo, ingieres sustancias químicas nocivas cuando estás cerca de alguien que lo hace. Hay al menos 70 tipos de humo de segunda mano que pueden provocar cáncer.
No hay cantidades seguras, así que intenta evitar el humo de segunda mano en la medida de lo posible. Comprométete a hacer de tu casa y tu coche zonas libres de tabaco.
Radón.
Es un gas que se forma de forma natural a partir del suelo y la roca. No se puede ver, oler ni saborear. Los niveles bajos de esta sustancia son parte natural del aire exterior, pero es más probable que sea un problema dentro de las casas y los edificios. Puede introducirse desde el suelo a través de grietas en el suelo o las paredes.
Si se respira radón durante largos periodos de tiempo, se puede acabar padeciendo cáncer de pulmón. Esto se debe a que se descompone en pequeñas partículas que pueden llegar a los pulmones y dañar las células. El radón es la segunda causa más común de esta enfermedad, además del tabaco.
Puedes comprobar la cantidad que hay en tu casa con un kit de detección o contratar a un profesional para que lo haga. Si los niveles son demasiado altos, es una buena idea trabajar con un contratista que tenga experiencia en este tema. Pueden sellar las grietas de tus suelos y paredes y utilizar otras técnicas para ayudar a reducir la cantidad de gas en tu casa.
Amianto.
Es un grupo de minerales que se utilizaba en muchos suministros y productos de construcción hasta que los investigadores descubrieron que era perjudicial.
Cuando lo respiras, las fibras se quedan atrapadas en lo más profundo de los pulmones y, con el tiempo, pueden provocar cáncer de pulmón. Cuanto más contacto tenga con el amianto, mayor será el riesgo.
A veces, el amianto está presente en las casas más antiguas, en lugares como las tuberías de vapor o los azulejos. No es un peligro a menos que el material se dañe y libere fibras. Contrate a un profesional capacitado si necesita repararlo o retirarlo.
Genes.
A veces, los cambios en el ADN de sus células pulmonares, conocidos como "mutaciones", pueden provocar cáncer. Esto puede ocurrir de varias maneras.
Por ejemplo, puede nacer con problemas en el cromosoma número 6 que le hagan más propenso a padecer cáncer de pulmón. O puede tener una menor capacidad natural para eliminar las sustancias químicas de su cuerpo que pueden causar la enfermedad.
Otra posibilidad: Su cuerpo puede ser incapaz de reparar el ADN dañado, lo que le pone en mayor riesgo cuando entra en contacto con sustancias químicas que pueden causar cáncer de pulmón.
No existe ninguna prueba para comprobar si tiene alguno de estos problemas genéticos. Lo mejor es evitar las cosas que se sabe que aumentan las probabilidades de contraer la enfermedad.
La contaminación del aire.
En Estados Unidos, el polvo, el humo y las sustancias químicas presentes en el aire causan entre el 1% y el 2% de los cánceres de pulmón.
Los investigadores sospechan que el aire contaminado puede causar cambios en su ADN que pueden preparar el terreno para un mayor riesgo de la enfermedad. Cuanta más contaminación atmosférica se respire, mayores serán las posibilidades de padecer este tipo de cáncer.
La dieta.
Lo que pones en tu plato podría afectar a la salud de tus pulmones. Un nuevo estudio analizó cómo el índice glucémico, que mide la rapidez con la que un carbohidrato eleva el azúcar en la sangre, puede estar relacionado con el riesgo de cáncer de pulmón.
Los investigadores de un estudio descubrieron que las personas que seguían una dieta con el índice glucémico más alto tenían un mayor riesgo de contraer la enfermedad. Los alimentos que pueden ser problemáticos son el pan blanco, los cereales azucarados, el arroz blanco, los pretzels y las palomitas de maíz. Las opciones más saludables son el pan integral, la avena, los boniatos, las lentejas y la mayoría de las frutas.
Los expertos no saben con exactitud por qué una dieta hiperglucémica puede estar relacionada con el cáncer de pulmón. Una posible razón es que eleva el azúcar en sangre, lo que aumenta los niveles de unas proteínas llamadas factores de crecimiento similares a la insulina. Estudios anteriores sugieren que pueden desempeñar un papel en el desarrollo de la enfermedad.