La inmunoterapia ayuda al organismo a lanzar un ataque mortal contra las células cancerosas. Pero, ¿qué ocurre si este nuevo y potente tratamiento no funciona en su caso?
Si usted o un ser querido tiene linfoma, su médico puede sugerirle la inmunoterapia. Este nuevo tipo de tratamiento contra el cáncer refuerza, o aumenta, el sistema inmunitario para que pueda eliminar mejor las células cancerosas.
No funciona para todo el mundo. La eficacia de la inmunoterapia depende del tipo de linfoma que tengas, dice el doctor Jack Jacoub, oncólogo médico y director médico del Instituto del Cáncer MemorialCare del Centro Médico de Orange Coast en Fountain Valley, California.
Existen seis tipos de linfoma de Hodgkin (LH) y más de 90 tipos de linfoma no Hodgkin (LNH). Se ha descubierto que algunos tipos de linfoma responden mejor a la inmunoterapia que otros.
Si usted tiene uno de los tipos de linfoma que la inmunoterapia combate bien, y por lo demás goza de buena salud, Jacoub dice que hay muchas posibilidades de que le vaya bien este tratamiento.
Si no funciona, tiene otras opciones.
¿Cuándo lo sabrá?
A diferencia de la quimioterapia, los tratamientos de inmunoterapia no suelen funcionar rápidamente, dice el doctor Sean Fischer, oncólogo médico y hematólogo del Centro de Salud Providence Saint Johns de Santa Mónica, California.
Pueden pasar varios meses de tratamiento antes de que su médico pueda tomar esa decisión.
Su médico tendrá en cuenta los efectos secundarios que tenga. Estos pueden aparecer al principio o al final del tratamiento. Aunque a menudo no son tan intensos como los de la quimioterapia, hay veces en que esos efectos secundarios pueden ser bastante graves e incluso mortales si no se reconocen, dice Fischer.
Por ejemplo, algunas personas empiezan a tener problemas graves en los pulmones, el cerebro, el colon, los riñones o el hígado. Si su médico no puede controlar los efectos secundarios que tiene, es posible que también tenga que suspender la inmunoterapia.
¿Qué más puede probar?
Si su inmunoterapia actual no funciona o le causa graves problemas de salud, usted y su médico pueden hablar de otras opciones, que pueden incluir:
Un ensayo clínico. Se trata de estudios de investigación en los que se prueban nuevos tratamientos que aún no están disponibles para el público. En la actualidad hay muchos ensayos clínicos en curso que intentan abordar la resistencia a la inmunoterapia, dice Fischer. Por ejemplo, algunos ensayos pueden combinar la inmunoterapia con terapias dirigidas -fármacos que bloquean el crecimiento del cáncer- para ayudar a que la inmunoterapia funcione mejor. Su oncólogo puede ayudarle a buscar un ensayo clínico en el que pueda participar y a averiguar en qué consiste.
Terapia con células T de receptores de antígenos quiméricos (CAR). Se trata de un tipo diferente de inmunoterapia. Se trata de una forma totalmente diferente de actuar sobre el sistema inmunitario, explica Jacoub.
Para este tratamiento, se extrae sangre y un laboratorio la examina en busca de unas células inmunitarias especiales denominadas células T. El laboratorio modifica esas células T para que tengan pequeños receptores, denominados CAR, que les ayuden a buscar y atacar las células del linfoma. A continuación, se reintroducen en la sangre muchas de esas células T CAR, para que trabajen contra el cáncer.
La FDA ha aprobado una terapia con células T CAR para tratar algunos tipos de linfoma de células B grandes. Los investigadores están estudiando otras en ensayos clínicos.
Una dosis más baja. Puede que no sea la solución, pero es algo que su médico puede estudiar. Por lo general, las reducciones de dosis apenas suponen una diferencia con la inmunoterapia, afirma Jacoub. Pero si su tratamiento parece estar progresando y los efectos secundarios son el principal problema, retrasar o reducir una dosis del tratamiento podría ayudar.
Otros tipos de tratamiento. Podrían incluirse dosis elevadas de quimioterapia (y a veces de radiación) para eliminar las células cancerosas del organismo, seguidas de un trasplante de células madre. Hay ocasiones en las que la quimioterapia es más eficaz que la inmunoterapia, dice el doctor Eric D. Jacobsen, médico jefe del Instituto Oncológico Dana-Farber. Este puede ser un buen plan si tienes un linfoma no Hodgkin.
Si estás pensando en probar tratamientos alternativos, como hierbas o una dieta especial, habla primero con tu médico. Necesitas saber qué es seguro probar y qué muestran las investigaciones. Desconfía de cualquier cosa que prometa una cura y recuerda que incluso los productos naturales tienen riesgos. Un plan mejor podría ser hablar con tu médico sobre la incorporación de enfoques complementarios o integradores que te ayuden a sentirte mejor durante tu atención médica habitual. Estos pueden incluir la acupuntura, la meditación, el masaje y la nutrición.