Conozca el impacto de la dieta en su sistema inmunológico, y vea cómo el consumo de alimentos saludables puede darle energía y ayudarle a sentirse mejor.
Puede la dieta ayudar con la leucemia linfocítica crónica?
Cuando tienes leucemia linfocítica crónica (LLC), la enfermedad y su tratamiento pueden hacerte sentir cansado y débil. Pero comer los alimentos adecuados puede ayudar.
No existe una dieta específica para las personas con LLC. Sin embargo, ciertas pautas alimentarias pueden reforzar el sistema inmunitario -la defensa del organismo contra los gérmenes- y darle fuerza y energía. Pueden aliviar los efectos secundarios del tratamiento.
Los alimentos nutritivos pueden favorecer la curación más rápida del organismo. También pueden ayudarle a mantener un peso saludable y a reducir la posibilidad de padecer otros tipos de cáncer y enfermedades cardíacas.
Pruebe estas medidas para ayudar a controlar los síntomas y sentirse lo mejor posible mientras vive con LLC.
Reduzca los alimentos procesados. Suelen tener un alto contenido en sodio, azúcar y grasas saturadas poco saludables. Pueden alterar las bacterias intestinales, lo que, a su vez, desencadena una inflamación a largo plazo.
Esta inflamación puede desempeñar un papel en el desarrollo de la LLC. Un estudio muestra que una dieta rica en alimentos procesados, como los dulces, la comida rápida, los cereales refinados, las carnes procesadas y las bebidas azucaradas, aumenta las probabilidades de padecer LLC.
Otras investigaciones demuestran que comer más alimentos procesados aumenta las probabilidades de padecer cualquier tipo de cáncer. Esto es preocupante, ya que la LLC aumenta el riesgo de padecer algunos de ellos, como el cáncer de pulmón, el melanoma y el cáncer de colon.
Llena tu plato de frutas y verduras. Contienen las vitaminas y los minerales que tu cuerpo necesita para funcionar bien. Las frutas y verduras también aportan antioxidantes, que protegen contra el daño celular y la inflamación. Intenta consumir entre cinco y diez raciones de productos al día.
Para obtener los mayores beneficios, toma una gran variedad de frutas y verduras. Que al menos una ración sea de verduras crucíferas, como el brócoli, la col o la col rizada. Un estudio realizado en células de laboratorio sugiere que un compuesto de estas verduras, llamado sulforafano, puede ayudar a combatir ciertas células de leucemia.
Toma suficientes proteínas. El cuerpo utiliza las proteínas para reparar los tejidos y mantener sano el sistema inmunitario. Sin suficientes proteínas, utiliza los músculos para obtener energía. Esto puede restarle fuerza y aumentar las posibilidades de infección. También puede ralentizar tu recuperación.
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Es posible que necesite proteínas adicionales después de la cirugía, la quimioterapia o la radioterapia. Algunas buenas fuentes son el pescado, la carne de vacuno magra, las aves de corral, los huevos, los lácteos bajos en grasa, los frutos secos, las alubias y el tofu.
Elija grasas saludables. Las grasas ayudan a mantener el calor del cuerpo y a enviar nutrientes clave a todo el organismo. Pero algunas grasas son mejores que otras. Las grasas saturadas, que se encuentran sobre todo en los productos de origen animal, como los lácteos y la carne, aumentan el riesgo de padecer enfermedades cardíacas.
Obtenga la mayor parte de la grasa de las grasas insaturadas saludables, como las de los aceites vegetales y el marisco. Las investigaciones sugieren que las grasas omega-3 del pescado pueden frenar la actividad de la LLC.
Beba mucho líquido. Las células necesitan agua para funcionar correctamente. Si no bebe lo suficiente, se deshidrata. Esto puede provocar cansancio, mareos y confusión. Puede tener dolor de cabeza. Beber puede ayudar a aliviar los síntomas de la LLC, como el estreñimiento y la fatiga. Algunos tratamientos contra la LLC y sus efectos secundarios, como las náuseas y la diarrea, también pueden provocar deshidratación.
Necesita aproximadamente 8 vasos de agua al día, pero consulte con su equipo de atención médica. Es posible que le recomienden una bebida, como una bebida deportiva o un caldo, para reponer los electrolitos. Para tomar suficientes líquidos, no esperes a beber hasta que tengas sed. Bebe a sorbos regularmente.
Limite el consumo de alcohol. Beber demasiado alcohol puede contribuir a la deshidratación. También puede irritar las úlceras bucales causadas por el tratamiento. A largo plazo, el alcohol puede dañar las células y aumentar las probabilidades de padecer ciertos tipos de cáncer, como el de hígado, mama y boca.
Hable con su médico sobre el consumo de alcohol. Incluso cantidades moderadas pueden afectar al funcionamiento de la médula ósea, lo que puede repercutir en el tratamiento de la LLC.
Preste mucha atención a la seguridad alimentaria. El tratamiento de la LLC puede debilitar su sistema inmunitario y aumentar las posibilidades de contraer enfermedades transmitidas por los alimentos. Estas medidas pueden ayudarle a mantenerse a salvo:
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Cocine la carne hasta que esté bien cocida y los huevos hasta que las yemas estén duras.
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Evite los brotes crudos, las barras de ensalada y las bebidas y quesos no pasteurizados.
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Lava las frutas y verduras frescas.
Su equipo de atención médica puede sugerirle que siga pautas adicionales o una "dieta neutropénica", cuyo objetivo es limitar su exposición a bacterias potencialmente dañinas y otros organismos en los alimentos. ?
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Coma para controlar los efectos secundarios del tratamiento. Los tratamientos contra la LLC, incluyendo la quimioterapia y la radioterapia, pueden afectar a su forma de comer y beber. Su apetito y sus sentidos del gusto pueden cambiar. Puede tener la boca seca o llagas en la boca. O puede tener diarrea, náuseas o estreñimiento.
Es posible que tenga que cambiar su dieta para hacer frente a estos efectos secundarios. Los pasos pueden incluir:
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Comer de cuatro a seis comidas pequeñas cada día en lugar de tres grandes.
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Tenga a mano tentempiés ricos en calorías y proteínas y comidas pequeñas.
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Si la comida tiene un sabor insípido, condimenta tus platos con especias.
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Cuando se trate de llagas en la boca o dolor de garganta, aléjese de los alimentos ácidos o picantes.