Lesiones del ligamento cruzado anterior (LCA): Síntomas, tratamiento y recuperación

Ciertos tipos de lesiones deportivas pueden hacer que el LCA se estire o se rompa. Descubra cómo se produce y cómo se trata.

¿Cómo se produce?

Los deportistas suelen lesionarse el LCA cuando se detienen y cambian rápidamente de dirección mientras corren. Las personas que juegan al fútbol, al fútbol americano, al tenis, al baloncesto o al voleibol, o que hacen gimnasia son más propensas a torcerse las rodillas por error cuando compiten que, por ejemplo, los corredores de campo a través, que simplemente avanzan a un ritmo constante. Su velocidad, combinada con la forma en que se tuerce o gira la rodilla, hace que sea probable que se estire o rompa el LCA.

Las lesiones del LCA son más frecuentes entre las mujeres que entre los hombres.

¿Cuáles son los síntomas?

Muchas personas oyen un ruido de chasquido en la rodilla cuando se lesionan. Pero no le ocurre a todo el mundo. Los síntomas más comunes son:

Dolor. Si tiene una lesión menor, es posible que no sienta dolor. Es posible que sienta dolor a lo largo de la línea articular de la rodilla. Algunas personas tienen problemas para ponerse de pie o para ejercer presión sobre la pierna lesionada.

Hinchazón. Es más probable que esto ocurra durante las primeras 24 horas. Puedes reducir la hinchazón poniéndote hielo en la rodilla y elevando (levantando) la pierna apoyándola en una almohada.

Dificultad para caminar. Si puede ejercer presión sobre la pierna lesionada, puede notar que le cuesta más de lo normal caminar. Algunas personas notan que la articulación de la rodilla está más suelta de lo que debería.

Menos amplitud de movimiento. Después de dañar el LCA, es muy probable que no pueda doblar y flexionar la rodilla como lo haría normalmente.

¿Cómo se diagnostica?

Tu médico querrá saber exactamente cómo te has lesionado la rodilla. Mirarán ambas rodillas para ver si la dolorida tiene un aspecto diferente. También es posible que le pida alguna de las siguientes cosas:

Pruebas. Su médico puede pedirle que se acueste sobre su espalda y doblar las caderas y / o las rodillas en ciertos ángulos. A continuación, le colocará las manos en distintas partes de la pierna y le desplazará suavemente. Si alguno de sus huesos se mueve de forma no normal, podría ser un signo de que su LCA está dañado.

Radiografías. Los tejidos blandos como el LCA no aparecen en las radiografías, pero el médico puede querer descartar la existencia de huesos rotos.

Resonancia magnética o ecografía. Estos exámenes pueden mostrar tanto los tejidos blandos como los huesos. Si tiene un LCA dañado, debería aparecer en las imágenes.

Artroscopia. Esto significa literalmente mirar dentro de la articulación. Durante el examen, un cirujano ortopédico hace un pequeño corte en la piel. Introduce un instrumento del tamaño de un lápiz que contiene un sistema de iluminación y una lente (artroscopio) en la articulación. La cámara proyecta una imagen de la articulación en una pantalla de televisión. El médico puede ver qué tipo de lesión tiene y repararla o corregirla, si es necesario.

Cuál es el tratamiento?

Depende de la gravedad de la lesión. Estas son algunas de las opciones que puede darte tu médico:

Primeros auxilios. Si la lesión es leve, tal vez sólo tengas que ponerte hielo en la rodilla, elevar la pierna y no ponerte de pie durante un tiempo. Puedes reducir la hinchazón colocando un vendaje alrededor de la rodilla. Las muletas pueden ayudar a mantener el peso de la rodilla.

Medicamentos. Los medicamentos antiinflamatorios pueden ayudar a reducir la hinchazón y el dolor. Su médico puede sugerirle medicamentos de venta libre o recetarle algo más fuerte. En caso de dolor intenso, el médico puede inyectar la rodilla con esteroides.

Rodillera. Algunas personas con el LCA dañado pueden arreglárselas llevando una rodillera cuando corren o hacen deporte. Esto proporciona un apoyo adicional.

Fisioterapia. Es posible que la necesites unos días a la semana para que la rodilla vuelva a funcionar. Durante las sesiones, harás ejercicios para fortalecer los músculos que rodean la rodilla y te ayudarán a recuperar toda la amplitud de movimiento. Es posible que se le envíe a casa con ejercicios para hacer por su cuenta.

Cirugía. El médico puede indicarle que la necesita si el LCA está muy roto, si la rodilla cede al caminar o si es un deportista. El cirujano extirpará el LCA dañado y lo sustituirá por tejido para ayudar a que crezca un nuevo ligamento en su lugar. Con la fisioterapia, las personas operadas suelen volver a practicar deporte en 12 meses.

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