La lesión de rodilla conocida como rotura de menisco puede ser dolorosa y debilitante. Obtenga más información de los expertos de Doctor.
¿Qué es el menisco? Es un trozo de cartílago de la rodilla que amortigua y estabiliza la articulación. Protege los huesos del desgaste. Pero basta con un buen giro de la rodilla para que el menisco se rompa. En algunos casos, un trozo del cartílago desgarrado se suelta y se engancha en la articulación de la rodilla, provocando su bloqueo.
Las roturas de menisco son comunes en los deportes de contacto, como el fútbol, así como en los deportes sin contacto que requieren saltos y cortes, como el voleibol y el fútbol. Pueden producirse cuando una persona cambia de dirección repentinamente mientras corre, y a menudo se producen al mismo tiempo que otras lesiones de rodilla, como una lesión del ligamento cruzado anterior (LCA). Las roturas de menisco suponen un riesgo especial para los deportistas de edad avanzada, ya que los meniscos se debilitan con la edad. Más del 40% de las personas de 65 años o más los padecen.
Cómo se siente un desgarro de menisco?
Los síntomas de una rotura de menisco incluyen:
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Dolor en la rodilla
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Hinchazón
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Una sensación de estallido durante la lesión
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Dificultad para doblar y enderezar la pierna
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Tendencia a que la rodilla se "atasque" o se bloquee
Al principio, el dolor puede no ser malo. Puede que incluso juegues con la lesión. Pero una vez que la inflamación se instala, es probable que la rodilla te duela bastante.
Para diagnosticar una rotura de menisco, tu médico te hará un examen exhaustivo. Querrá conocer los detalles de cómo se produjo la lesión. Es posible que sea necesario realizar radiografías para descartar la existencia de huesos rotos u otros problemas. También es posible que necesite una resonancia magnética, que permite una evaluación más detallada del cartílago de la rodilla.
Cuál es el tratamiento de una rotura de menisco?
El tratamiento de los desgarros de menisco depende del tamaño y la ubicación del desgarro. Otros factores que influyen en el tratamiento son la edad, el nivel de actividad y las lesiones relacionadas. La parte exterior del menisco, a menudo denominada zona roja, tiene un buen suministro de sangre y a veces puede curarse por sí sola si el desgarro es pequeño. Por el contrario, los dos tercios interiores del menisco, conocidos como la zona blanca, no tienen un buen suministro de sangre. Los desgarros en esta región no se curan por sí solos, ya que esta zona carece de vasos sanguíneos que aporten nutrientes para la curación.
Afortunadamente, no todos los desgarros de menisco requieren cirugía. Si su rodilla no se bloquea, está estable y los síntomas se resuelven, puede ser suficiente un tratamiento no quirúrgico. Para acelerar la recuperación, puede:
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Descansa la rodilla.
Limitar las actividades para incluir el caminar si la rodilla es dolorosa. Utilice muletas para ayudar a aliviar el dolor.
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Ponerle hielo a la rodilla
para reducir el dolor y la hinchazón. Hazlo durante 15-20 minutos cada 3-4 horas durante 2-3 días o hasta que el dolor y la hinchazón desaparezcan.
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Comprime la rodilla.
Utilice una venda elástica o una manga tipo neopreno en la rodilla para controlar la hinchazón.
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Elevar la rodilla
con una almohada bajo el talón cuando estés sentado o acostado.
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Tomar medicamentos antiinflamatorios
. Los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como Advil, Aleve o Motrin, te ayudarán con el dolor y la hinchazón. Sin embargo, estos medicamentos pueden tener efectos secundarios, como un mayor riesgo de hemorragias y úlceras. Sólo deben usarse ocasionalmente, a menos que su médico diga específicamente lo contrario.
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Utilice ejercicios de estiramiento y fortalecimiento para ayudar a reducir la tensión en su rodilla
. Pida a su médico que le recomiende un fisioterapeuta para que le oriente.
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Evita las actividades de impacto como correr y saltar.
Sin embargo, estos tratamientos conservadores no siempre son suficientes. Si un desgarro es grande, inestable o causa síntomas de bloqueo, puede ser necesaria la cirugía para reparar o eliminar los bordes inestables. El procedimiento suele ser bastante sencillo y, a menudo, puedes volver a casa el mismo día. Es posible que necesite un corsé después para protegerse si se realiza una reparación.
Para el 85% al 90% de las personas que se operan de una rotura de menisco, los resultados a corto plazo son de buenos a excelentes. Pero a largo plazo, las personas que tienen una gran lesión de menisco irreparable pueden tener un mayor riesgo de desarrollar artritis de rodilla.
Cuándo se sentirá mejor mi rodilla?
El tiempo de recuperación de su rodilla depende de varios factores, entre ellos la gravedad de su rotura de menisco. La recuperación total de la cirugía puede llevar de 4 a 6 semanas, dependiendo del tipo de procedimiento realizado así como de otros factores. Pero tenga en cuenta que las personas también se recuperan a ritmos diferentes. En la mayoría de los casos se recurre a la fisioterapia después de la cirugía para minimizar las complicaciones y acelerar la recuperación.
Si su equipo médico está de acuerdo, podría empezar una nueva actividad que no agravara el dolor de rodilla mientras se recupera. Por ejemplo, los corredores podrían probar a nadar.
Haga lo que haga, no se precipite. No intentes volver a tu antiguo nivel de actividad física hasta que:
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Pueda doblar y enderezar completamente la rodilla sin dolor.
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No siente dolor en la rodilla cuando camina, trota, esprinta o salta.
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La rodilla ya no está hinchada.
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Su rodilla lesionada es tan fuerte como su rodilla no lesionada.
Si empiezas a usar la rodilla antes de que esté curada, podrías causar más lesiones.
Cómo puedo prevenir un desgarro de menisco?
Los desgarros de menisco son difíciles de prevenir, ya que suelen ser el resultado de un accidente. Pero algunas precauciones podrían disminuir los riesgos de una lesión de rodilla. Deberías:
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Mantén los músculos de los muslos fuertes con ejercicios regulares.
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Calienta con actividades ligeras antes de participar
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Dale a tu cuerpo tiempo para descansar entre los entrenamientos. Los músculos fatigados pueden aumentar el riesgo de lesiones.
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Asegúrate de que tus zapatos tienen suficiente apoyo y se ajustan correctamente.
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Mantenga la flexibilidad.
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Nunca aumente bruscamente la intensidad de su entrenamiento. Haz los cambios poco a poco.