Vea una imagen detallada y aprenda sobre la función de los riñones. Obtenga una lista de las afecciones que los afectan, las pruebas que se les practican y los tratamientos para ellos.
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Los riñones son un par de órganos con forma de judía situados a ambos lados de la columna vertebral, debajo de las costillas y detrás del vientre. Cada riñón mide unos 10 o 15 centímetros de largo, aproximadamente el tamaño de un puño grande.
La función de los riñones es filtrar la sangre. Eliminan los desechos, controlan el equilibrio de líquidos del cuerpo y mantienen los niveles adecuados de electrolitos. Toda la sangre del cuerpo pasa por ellos unas 40 veces al día.
La sangre entra en el riñón, se eliminan los desechos y se ajustan la sal, el agua y los minerales, si es necesario. La sangre filtrada vuelve al cuerpo. Los residuos se convierten en orina, que se acumula en la pelvis del riñón, una estructura en forma de embudo que drena por un tubo llamado uréter hasta la vejiga.
Cada riñón tiene alrededor de un millón de pequeños filtros llamados nefronas. Es posible que sólo funcione el 10% de los riñones y que no note ningún síntoma o problema.
Si la sangre deja de llegar a un riñón, una parte o la totalidad del mismo puede morir. Eso puede provocar una insuficiencia renal.
Afecciones renales
Pielonefritis (infección de la pelvis renal): Las bacterias pueden infectar el riñón, generalmente causando dolor de espalda y fiebre. La propagación de bacterias procedentes de una infección de la vejiga no tratada es la causa más común de la pielonefritis.
Glomerulonefritis: Un sistema inmunitario hiperactivo puede atacar el riñón, causando inflamación y algunos daños. La sangre y las proteínas en la orina son problemas comunes que se producen con la glomerulonefritis. También puede provocar insuficiencia renal.
Cálculos renales (nefrolitiasis): Los minerales de la orina forman cristales (piedras), que pueden crecer lo suficiente como para bloquear el flujo de orina. Se considera una de las afecciones más dolorosas. La mayoría de los cálculos renales se eliminan solos, pero algunos son demasiado grandes y necesitan tratamiento.
Síndrome nefrótico: El daño en los riñones hace que éstos derramen grandes cantidades de proteínas en la orina. La hinchazón de las piernas (edema) puede ser un síntoma.
Enfermedad renal poliquística: Enfermedad genética que da lugar a grandes quistes en ambos riñones que dificultan su funcionamiento.
Insuficiencia renal aguda (insuficiencia renal): Un empeoramiento repentino del funcionamiento de los riñones. La deshidratación, una obstrucción en las vías urinarias o un daño renal pueden causar una insuficiencia renal aguda, que puede ser reversible.
Insuficiencia renal crónica: Pérdida parcial y permanente del funcionamiento de los riñones. La diabetes y la hipertensión arterial son las causas más comunes.
Enfermedad renal terminal (ESRD): Pérdida completa de la fuerza del riñón, generalmente debida a una enfermedad renal crónica progresiva. Las personas con ESRD requieren diálisis periódicas para sobrevivir.
Necrosis papilar: Los daños graves en los riñones pueden hacer que trozos de tejido renal se desprendan internamente y obstruyan los riñones. Si no se trata, el daño resultante puede provocar una insuficiencia renal total.
Nefropatía diabética: El alto nivel de azúcar en la sangre provocado por la diabetes daña progresivamente los riñones y acaba provocando una enfermedad renal crónica. También puede producirse una presencia de proteínas en la orina (síndrome nefrótico).
Nefropatía hipertensiva: Daño renal causado por la presión arterial alta. Con el tiempo puede producirse una insuficiencia renal crónica.
Cáncer de riñón: El carcinoma de células renales es el cáncer más común que afecta al riñón. El tabaquismo es la causa más común de cáncer de riñón.
Nefritis intersticial: Inflamación del tejido conectivo del interior del riñón, que suele provocar una insuficiencia renal aguda. Las reacciones alérgicas y los efectos secundarios de los medicamentos son las causas habituales.
Enfermedad de cambios mínimos: Forma de síndrome nefrótico en la que las células renales tienen un aspecto casi normal al microscopio. La enfermedad puede causar una importante hinchazón en las piernas (edema). Los esteroides se utilizan para tratar la enfermedad de cambios mínimos.
Diabetes insípida nefrogénica: Los riñones pierden la capacidad de concentrar la orina, generalmente debido a una reacción a un medicamento. Aunque no suele ser peligrosa, la diabetes insípida provoca sed constante y micción frecuente.
Quiste renal: Espacio hueco en el riñón. Los quistes renales aislados suelen aparecer con la edad y casi nunca causan problemas. Los quistes y masas complejas pueden ser cancerosos.
Pruebas renales
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Análisis de orina: Examen rutinario de la orina realizado por una máquina y, a menudo, por una persona que mira a través de un microscopio. El análisis de orina puede ayudar a detectar infecciones, inflamaciones, hemorragias microscópicas y daños renales.
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Ecografía renal: Una sonda colocada sobre la piel refleja las ondas sonoras de los riñones, creando imágenes en una pantalla. La ecografía puede revelar obstrucciones en el flujo de orina, cálculos, quistes o masas sospechosas en los riñones.
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Tomografía computarizada (TC): Un escáner de TC toma una serie de radiografías y un ordenador crea imágenes detalladas de los riñones.
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Escáner de resonancia magnética (MRI): Un escáner utiliza ondas de radio en un campo magnético para realizar imágenes de alta resolución de los riñones.
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Cultivos de orina y sangre: Si se sospecha de una infección, los cultivos de sangre y orina pueden identificar las bacterias responsables. Esto puede ayudar a orientar la terapia antibiótica.
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Ureteroscopia: Se pasa un endoscopio (tubo flexible con una cámara en su extremo) a través de la uretra hasta la vejiga y los uréteres. Por lo general, la ureteroscopia no puede llegar a los riñones propiamente dichos, pero puede ayudar a tratar las afecciones que también afectan a los uréteres.
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Biopsia renal: Mediante una aguja introducida en la espalda, se extrae un pequeño trozo de tejido renal. El examen del tejido renal bajo el microscopio puede ayudar a diagnosticar un problema renal.
Tratamientos renales
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Antibióticos: Las infecciones renales causadas por bacterias se tratan con antibióticos. A menudo, los cultivos de sangre u orina pueden ayudar a orientar la elección de la terapia antibiótica.
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Nefrostomía: Se coloca un tubo (catéter) a través de la piel hasta el riñón. La orina drena entonces directamente desde el riñón, sorteando cualquier obstrucción del flujo de orina.
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Litotricia: Algunos cálculos renales pueden romperse en pequeños trozos que pueden pasar por la orina. La mayoría de las veces, la litotricia se realiza mediante una máquina que proyecta ondas de choque de ultrasonidos a través del cuerpo.
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Nefrectomía: Cirugía para extirpar un riñón. La nefrectomía se realiza en caso de cáncer de riñón o de daño renal grave.
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Diálisis: Filtrado artificial de la sangre para sustituir el trabajo que los riñones dañados no pueden realizar. La hemodiálisis es el método más común de diálisis en Estados Unidos.
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Hemodiálisis: Una persona con insuficiencia renal completa se conecta a una máquina de diálisis, que filtra la sangre y la devuelve al organismo. La hemodiálisis se realiza normalmente 3 días a la semana en personas con insuficiencia renal terminal.
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Diálisis peritoneal: La colocación de grandes cantidades de un líquido especial en el abdomen a través de un catéter permite al cuerpo filtrar la sangre utilizando la membrana natural que recubre el abdomen. Al cabo de un tiempo, el líquido con los residuos se drena y se desecha.
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Trasplante de riñón: El trasplante de un riñón a una persona con enfermedad renal terminal puede restablecer la función renal. Un riñón puede ser trasplantado de un donante vivo, o de un donante de órganos recientemente fallecido.