Los problemas con las habilidades mentales como el pensamiento, la memoria y el aprendizaje son comunes después de una infección grave por COVID-19, según una nueva investigación.
La pandemia de COVID-19 podría aumentar las tasas de demencia a nivel mundial
Por Megan Brooks
9 de marzo de 2022 -- Los problemas con las habilidades mentales como el pensamiento, la memoria y el aprendizaje son comunes después de una infección grave por COVID-19, según una nueva investigación.
Estos efectos a largo plazo de la COVID-19 podrían "aumentar significativamente la carga de demencia en todo el mundo, dice el líder del estudio, el doctor Yan-Jiang Wang, director del Departamento de Neurología y del Centro de Neurociencia Clínica del Hospital Daping en Chongqing, China.
El estudio, que comparó las tasas de demencia y su precursor, el deterioro cognitivo leve, en personas que se recuperaron de la COVID-19 con las que no se infectaron, se publicó en línea el 8 de marzo en JAMA Neurology.
Los investigadores identificaron a casi 1.500 personas de 60 años o más que habían sido hospitalizadas por COVID-19 en Wuhan, China, 260 de las cuales tenían una enfermedad grave, y les hicieron un seguimiento 6 meses y 1 año después para evaluar su función cognitiva. Los investigadores también evaluaron la función cognitiva de más de 400 cónyuges de las personas hospitalizadas que no contrajeron el COVID-19, como grupo de comparación.
Antes de infectarse con COVID-19, ninguno de los participantes en el estudio tenía problemas cognitivos, un trastorno neurológico o antecedentes familiares de demencia, ni enfermedades cardíacas, hepáticas o renales graves o cáncer.
Un año después de salir del hospital, el 12,5% de los supervivientes del COVID-19 habían desarrollado problemas cognitivos.
La demencia y el deterioro cognitivo leve eran significativamente más frecuentes en las personas que habían padecido COVID-19 grave que en las que habían tenido casos que no eran graves o no habían contraído la enfermedad.
Alrededor del 15% de las personas con COVID-19 grave tenían demencia un año después de salir del hospital, y alrededor del 26% tenían un deterioro cognitivo leve.
Menos del 1% de las personas hospitalizadas con casos de COVID-19 que no eran graves y las que no contrajeron la enfermedad desarrollaron demencia, y alrededor del 5% de las personas de cada grupo desarrollaron un deterioro cognitivo leve.
Los problemas cognitivos son comunes cuando una persona está enferma de COVID-19. Sin embargo, las consecuencias a largo plazo de la COVID-19 sobre las capacidades mentales siguen sin estar claras. Este estudio añade nueva información sobre los cambios en la cognición de los supervivientes de la COVID-19, afirma Wang.
Según los investigadores, cabe destacar que el 21% de las personas con COVID-19 grave presentaron un deterioro cognitivo progresivo, lo que sugiere que la enfermedad puede causar daños duraderos en las capacidades mentales.
"Estos resultados implican que la pandemia puede contribuir sustancialmente a la carga de demencia mundial en el futuro", añaden.