¿Tienes un niño quisquilloso? Así puedes ayudar a tu hijo a ampliar sus horizontes alimentarios

Muchos niños tienen fases en las que se vuelven quisquillosos con la comida. He aquí cómo ayudarles.

Ser quisquilloso es habitual en los niños pequeños y no suele ser motivo de gran preocupación. Sin embargo, hay algunas cosas que puede hacer como padre o cuidador para ayudar a su hijo a ampliar sus horizontes alimentarios.

Aunque la mayoría de los niños superan sus fases de picoteo sin intervención, un pequeño número de niños necesita ayuda profesional. Alrededor del uno o el dos por ciento de los niños necesitan una intervención médica para favorecer su bienestar nutricional. Si le preocupa la alimentación de su hijo, póngase en contacto con su médico.

Mantenga la calma

Es fácil sentirse frustrado o desencadenado por el picoteo de tu hijo. Recuerda que, en la mayoría de los casos, ser quisquilloso es completamente normal. Si te enfadas o gritas, puedes causar más estrés y empeorar el problema.

Tanto si le preguntas a tu hijo si quiere probar algo nuevo en la cena como si le limpias la comida que no ha tocado, hazlo con la mayor paciencia posible. No avergüence a su hijo ni le llame quisquilloso.

También puedes demostrarle a tu hijo que está bien que no le guste un determinado alimento y apartarlo con calma. Tanto si se trata de pepinillos en la hamburguesa que prefieres no comer como de una rodaja de cebolla de más en la ensalada, aprovecha la oportunidad para demostrarle a tu hijo que puedes apartar ese alimento sin mayor problema.

No fuerces ni sobornes

Exigir u obligar a tu hijo a comer cuando no quiere hacerlo puede causar más daño que beneficio. Este tipo de lucha de poder puede provocar conflictos y estrés familiar, lo que puede crear asociaciones negativas en torno a la comida. Obligar a tu hijo a comer cuando no quiere también le enseña a no seguir sus propias señales corporales y de hambre, lo que puede causar problemas de por vida...

Aunque puede ser tentador ofrecer un postre como recompensa por terminar las verduras, los expertos recomiendan no utilizar sobornos para motivar a los niños a comer cosas que no quieren. Al igual que la táctica de forzar, puede generar estrés y frustración.

Haz que una comida compartida forme parte de tu rutina

Comer juntos en familia sin pantallas de televisión, tableta o teléfono crea una oportunidad para modelar una alimentación saludable a su hijo. Prepare una sola comida en la que todos coman. Resista la tentación de hacer una comida separada para su hijo quisquilloso.

Una comida familiar también es una gran oportunidad para dar ejemplo de alimentación saludable. Te des cuenta o no, eres un modelo para tu hijo, y si te ve disfrutar de una variedad de alimentos saludables, es más probable que pruebe alguno.

Sirve las comidas y los tentempiés más o menos a la misma hora cada día. De este modo, si tu hijo quisquilloso decide saltarse una comida, habrá una hora de merienda regular que le dará otra oportunidad. Ofrézcale mucha agua, pero asegúrese de que su niño quisquilloso no se llene de leche o zumo entre las comidas.

Haz que la comida sea divertida

A veces, encontrar nuevas formas de presentar y comer los alimentos puede ser suficiente para hacer cambiar de opinión a un comedor quisquilloso. Cortar los alimentos en formas únicas y divertidas, ofrecer alimentos para comer con los dedos y presentar algún tipo de salsa de acompañamiento son formas creativas de hacer que los niños participen en las comidas...

Algunas formas de añadir un toque de tontería al plato de tu hijo son:

  • Coloca en el plato de tu hijo frutas y verduras cortadas con formas o caritas tontas.

  • Utiliza cortadores de galletas para hacer formas divertidas, siempre que tengan un tamaño seguro para evitar que se ahogue.

  • Invite a su hijo a nombrar un alimento o una combinación de alimentos que haya ayudado a crear.

  • Deje que su hijo juegue con su comida (un poco). Prueba a apilar galletas o a hacer formas y letras con los cereales secos.

Involucrar a los niños

Incluir a tu niño quisquilloso en el proceso de planificación de las comidas, la compra de alimentos y la cocina puede ayudar a que se entusiasme con lo que hay en su plato. Invite a su hijo a elegir algo nuevo en el supermercado que le parezca bien. Hojee un libro de cocina y pida a su hijo que le ayude a seleccionar una nueva receta para probarla.

Permita que su hijo participe en tareas de cocina seguras mientras usted prepara la comida. En el caso de los niños pequeños, intente hacer cosas como remover, contar los ingredientes, romper la lechuga o las hierbas frescas, o "pintar" el aceite de oliva en una sartén. Evite las tareas que impliquen calor o cuchillas que puedan causar lesiones.

Otra forma sencilla de involucrar a su hijo en la preparación de la comida es ofrecerle opciones. En lugar de preguntarle: "¿Quieres brócoli?", prueba con algo como: "¿Comemos guisantes o brócoli con la cena de esta noche?".

Sigue intentándolo y celebra las victorias

Si a tu niño quisquilloso no le gusta un nuevo alimento la primera vez que lo prueba, no te estreses. Muchas veces, es necesario repetir la exposición a un nuevo alimento antes de que empiece a explorar, probar y aceptar algo nuevo en su plato...

Cuando tu hijo pruebe algo nuevo, le guste o no, celebra su voluntad de probar algo nuevo. Este refuerzo positivo les ayudará a estar más dispuestos a probar el siguiente plato nuevo que encuentren.

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