Los fumadores son más propensos a desarrollar hipertensión arterial y enfermedades del corazón. He aquí algunos consejos del médico para ayudarle a dejar de fumar.
La nicotina del humo del cigarrillo es una parte importante del problema. Aumenta la presión arterial y el ritmo cardíaco, estrecha las arterias y endurece sus paredes, y hace que la sangre sea más propensa a coagularse. Esfuerza su corazón y le prepara para un ataque al corazón o un derrame cerebral.
Si fuma, deje de hacerlo y conviértalo en su prioridad sanitaria número 1. Podría salvarle la vida. Podría salvarle la vida. ¿No es fumador? Recuerde que el humo de segunda mano también le pone en peligro.
Cómo dejar de fumar
Debe prepararse y obtener apoyo. Utilice estos consejos para empezar:
Elija una fecha para dejar de fumar. Comuníqueselo a su médico.
Escriba los motivos por los que quiere dejar de fumar. Lee la lista a diario.
Anote también lo que le provoca fumar. Sólo en determinadas situaciones? Con personas concretas? Cuando sientes emociones específicas?
Haz una lista de actividades que puedes hacer en lugar de fumar. Guárdala en tu teléfono, para tenerla a mano.
Pregunta a tu médico por los chicles o parches de nicotina. A algunas personas les resultan útiles.
Únase a un grupo o programa para dejar de fumar. Llame a la sección local de la Asociación Americana del Pulmón.
No lleves mechero, cerillas o cigarrillos. Mantén todos estos recordatorios fuera de la vista.
¿Vives con alguien que fuma? Pídele que no fume cerca de ti.
No te centres en lo que has dejado. Piensa en lo más sano que estarás.
Cuando tengas ganas de fumar, respira profundamente. Retén la respiración un momento y luego exhala lentamente. Hazlo unas cuantas veces, hasta que se te pase el impulso de fumar.
Mantén las manos ocupadas. Haz garabatos, juega con un lápiz o una pajita, tamborilea en el salpicadero de tu coche o navega por tu teléfono.
Da un paseo o lee un libro en lugar de fumar.
Cuando pueda, evite los lugares, las personas y las situaciones que le den ganas de fumar.
Cuando tenga ganas de fumar, coma alimentos bajos en calorías (como palitos de zanahoria o apio, o caramelos duros sin azúcar) o mastique chicle sin azúcar.
Limite las bebidas que tengan alcohol o cafeína. Pueden desencadenar el impulso de fumar.
Hacer ejercicio. Es una buena forma de relajarse. Es posible que quieras empezar un programa de fitness antes de dejarlo.
Consigue apoyo. Diga a los demás que su objetivo es dejar el hábito.
Con su médico, elabore un plan que utilice productos de sustitución de nicotina de venta libre o con receta.
Cómo me sentiré cuando deje de fumar?
Es difícil al principio. Es probable que tengas ganas de fumar, estés irritable, sientas más hambre de lo normal, tosas a menudo, tengas dolores de cabeza o te cueste concentrarte. Estos son los síntomas de la abstinencia de la nicotina. Son más fuertes cuando se deja de fumar por primera vez y desaparecen en 10 ó 14 días.
En esos primeros días, trabaja para mantener el control. Piense en su objetivo. Recuérdese a sí mismo que son señales de que su cuerpo se está curando y adaptando a su nueva vida sin fumar.
La mayoría de las personas intentan dejar de fumar tres veces antes de que les dure. Aguante. Merecerá la pena cuando pueda decir con confianza que antes fumaba.