El VIH y los ojos

Cuando se tiene el VIH, la salud de los ojos está estrechamente relacionada con la salud general. También debes ser consciente de estas amenazas oculares para proteger tu visión.

Retinopatía por VIH. Se produce cuando el VIH daña la retina, el revestimiento de la parte posterior del ojo. Cuando se tiene el VIH, ese daño suele provenir de infecciones, inflamaciones y daños en los vasos sanguíneos.

Durante un examen ocular, el médico puede encontrar vasos sanguíneos rotos o manchas de algodón, llamadas así porque tienen un aspecto blanco y esponjoso. No suelen afectar a la vista ni necesitan tratamiento, pero puedes notar un campo de visión más estrecho y cambios en la percepción de los colores y los contrastes.

Retinitis por CMV. Esta enfermedad se produce cuando el citomegalovirus (CMV) provoca una inflamación que daña la retina. Suele afectar a personas cuyo VIH ha progresado hasta las fases más avanzadas del SIDA. Es una enfermedad grave, pero gracias a los modernos medicamentos contra el VIH, es mucho menos frecuente que antes.

Ponte en contacto con tu oftalmólogo de inmediato si notas los signos: manchas flotantes, destellos, visión borrosa o puntos ciegos. El CMV no siempre causa síntomas, pero el oftalmólogo puede ver signos reveladores durante un examen. La retinitis por CMV se puede controlar con medicamentos antivirales como el ganciclovir y el valganciclovir.

Uveítis de recuperación inmunitaria (URI). Se trata de una inflamación de la úvea, la capa media del ojo. Es un efecto secundario del tratamiento para hasta el 60% de las personas con VIH que han tenido retinitis por CMV. La IRU puede provocar otros problemas oculares como cataratas, glaucoma e hipertensión ocular (presión arterial alta en los ojos). La IRU leve suele desaparecer por sí sola, pero si tienes una inflamación grave o síntomas como ver manchas flotantes, visión borrosa y dolor ocular, es posible que necesites un tratamiento con esteroides.

Herpes zóster oftálmico (HZO). Cualquier persona que haya tenido el virus de la varicela puede contraer esta infección. Afecta a entre el 5% y el 15% de las personas con VIH. Provoca ampollas dolorosas que forman costras, a menudo en los ojos y la cara. Suele provocar la inflamación de una o varias partes del ojo, como el iris -la parte coloreada del ojo- y, rara vez, la córnea. Los medicamentos antivirales, como el aciclovir, el famciclovir o el valaciclovir, pueden ayudar.

El sarcoma de Kaposi es una forma de cáncer relacionada con el VIH y conocida por sus crecimientos de color rojo púrpura en la piel. Aproximadamente 1 de cada 5 personas que lo padecen presenta crecimientos en los párpados o en la parte blanca de los ojos. Por lo general, no son dolorosos ni dañinos para el ojo, pero si le molestan o le causan cambios en la visión, puede someterse a una cirugía para extirparlos. Para tratar el sarcoma de Kaposi propiamente dicho, su médico le recomendará una terapia antirretroviral (TAR), quimioterapia, productos biológicos o una combinación de estos medicamentos.

Carcinoma de células escamosas. Este tipo de cáncer puede formarse en el tejido que cubre la parte delantera de los ojos y el interior de los párpados. El tratamiento con fluorouracilo, un fármaco de quimioterapia que se puede poner directamente en el ojo, da buenos resultados, especialmente en las primeras fases.

Ojos secos. Alrededor del 20% de las personas con VIH tienen los ojos secos. El virus daña las glándulas que producen las lágrimas. La blefaritis, una inflamación de los párpados que también es común en el VIH, puede empeorar la sequedad. Las lágrimas artificiales y los lubricantes oculares pueden ayudar.

Infecciones. Puedes ser más propenso a contraer otros tipos de infecciones que afectan a los ojos, como:

  • Sífilis

  • Herpes

  • Gonorrea

  • Clamidia

  • Toxoplasmosis

  • Cándida

  • Pneumocystis

  • Microsporidia

Proteger la salud ocular

No espere a que aparezcan los síntomas para acudir a su oftalmólogo. Hazte revisiones periódicas. Algunas infecciones oculares relacionadas con el VIH no siempre presentan signos externos al principio, pero pueden provocar la pérdida de visión. El VIH también puede provocar cambios relacionados con la edad, como las cataratas, a una edad más temprana de lo habitual. Los exámenes oftalmológicos periódicos pueden detectarlas a tiempo.

La frecuencia de las visitas al oftalmólogo depende de tu estado de salud. Por ejemplo, una vez al año puede ser suficiente si tu VIH está bajo control, pero puede que necesites ir cada 3 meses si tu recuento de células T CD4 es bajo. Un recuento bajo y una carga vírica elevada suponen una mayor probabilidad de sufrir problemas oculares.

Entre las visitas, llame a su médico si nota:

  • Visión borrosa o doble.

  • Ver flotadores, puntos ciegos o destellos

  • Dolor de ojos

  • Sensibilidad a la luz

  • Ojos llorosos

  • Cambios en la forma de ver el color

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