La pérdida de masa ósea es un problema común del envejecimiento. Pero puede ocurrir con mayor frecuencia y gravedad en las personas con VIH.
La relación entre el VIH y los problemas óseos
Los huesos no son totalmente sólidos. En cambio, es un tejido vivo formado principalmente por un andamiaje en forma de panal lleno de fluidos. A medida que se envejece, el cuerpo puede dejar de producir hueso nuevo con la suficiente rapidez como para reemplazar completamente el hueso viejo.
Con el tiempo, los huesos se vuelven frágiles. Si pierde demasiada masa ósea, o densidad, su médico puede diagnosticarle osteoporosis. Un nivel menor de pérdida ósea se denomina osteopenia.
Aproximadamente la mitad de las personas con VIH padecerán osteoporosis u osteopenia. También tienen al menos el doble de probabilidades de romperse un hueso que los que no tienen el virus. Hay muchos factores que pueden contribuir a aumentar el riesgo de baja densidad ósea y de fracturas:
Las personas seropositivas tienen más probabilidades de presentar factores de riesgo de pérdida ósea, como el tabaquismo, el consumo de alcohol, el uso de opiáceos, el bajo nivel de testosterona y una menor ingesta de calcio y vitamina D.
El propio virus puede desempeñar un papel. Algunos estudios han demostrado una relación entre el VIH y la pérdida de masa ósea. Y problemas como las fracturas óseas pueden ser más comunes a medida que la enfermedad del VIH se agrava.
Algunos fármacos para el VIH pueden debilitar los huesos. En los estudios, el fármaco tenofovir disoproxil fumarato se ha relacionado con la pérdida de masa ósea. También se está estudiando un grupo de fármacos para el VIH llamados inhibidores de la proteasa, pero su riesgo para los huesos está menos claro.
Los seropositivos están envejeciendo. Gracias a la eficacia de muchos fármacos, casi la mitad de los estadounidenses que viven con el VIH tienen 50 años o más. Incluso sin el VIH, es probable que se pierda hueso al llegar a los 40 o 50 años. En el caso de las mujeres, la pérdida ósea se produce más rápidamente en los primeros años después de la menopausia.
Prevención
La osteoporosis suele denominarse una enfermedad silenciosa porque es posible que no se sepa que se tiene un problema hasta que se rompa la cadera o la muñeca. Y la enfermedad suele ser hereditaria.
Aun así, puedes tomar medidas para proteger mejor tus huesos:
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Si fumas, deja de hacerlo.
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Beba alcohol con moderación o no lo haga.
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Manténgase activo y haga ejercicio. Actividades como caminar y levantar pesas fortalecen los huesos.
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Consume alimentos ricos en calcio o vitamina D, como el yogur, los frutos secos, el tofu, el brócoli, las yemas de huevo y el queso.
Pregunte a su médico si los suplementos de calcio o vitamina D pueden ser adecuados para usted.
Detección y tratamiento
Se suele recomendar una prueba de densidad mineral ósea a las personas con VIH cuando se llega a la menopausia si se es mujer, o después de los 50 años si se es hombre. La prueba compara la fuerza de tus huesos con la de los adultos jóvenes sanos. La puntuación mostrará si tienes osteoporosis u osteopenia.
En general, el tratamiento de la osteoporosis para las personas con VIH no es diferente al de otras personas. El médico puede recomendar cambios en el estilo de vida y corregir cualquier deficiencia de vitamina D.
Si tienes osteoporosis, tu médico puede recetarte un tipo de fármaco llamado bifosfonato que puede detener la pérdida de masa ósea. Las mujeres que planean tener hijos no deben tomarlo. La mayoría de las personas no toman bifosfonatos durante más de 5 años debido a los efectos secundarios a largo plazo.