VIH y hepatitis: La relación explicada

Si eres seropositivo, tienes más probabilidades de contraer hepatitis B o C y de sufrir daños hepáticos graves. Descubre la relación entre estas coinfecciones.

Se calcula que una de cada 10 personas con VIH tiene también hepatitis B (VHB). Aproximadamente 1 de cada 4 personas seropositivas tiene hepatitis C (VHC). Pero si tienes el VIH y además te inyectas drogas, tienes un 75% de posibilidades de ser seropositivo a la hepatitis C.

Cuando se tienen dos o más virus a la vez, se denomina coinfección.

Síntomas de la coinfección

La hepatitis es la inflamación del hígado. El VIH es el virus que causa el SIDA. Tanto el VIH como la hepatitis B se transmiten a través de la sangre, el semen, las mucosas y otros fluidos corporales. La hepatitis C se transmite a través de la sangre.

Puedes tener el VIH y no saberlo. La hepatitis B y la hepatitis C también pueden ser asintomáticas. Los signos de la hepatitis pueden incluir:

  • Orina oscura

  • Dolor de estómago

  • Piel u ojos amarillos (ictericia)

  • Caca pálida

  • Fiebre baja

  • Falta de apetito

  • Cansancio

  • Articulaciones doloridas

Es importante tratar la hepatitis de inmediato, incluso si se siente bien. Puede dañar tu hígado de forma más grave si tienes el VIH. La hepatitis es una de las principales causas de muerte no relacionadas con el SIDA entre los seropositivos. La hepatitis no tratada puede provocar cirrosis, insuficiencia hepática y cáncer de hígado.

Pruebas de hepatitis

Las pruebas para detectar la hepatitis B permiten saber si está infectado. También buscan proteínas llamadas anticuerpos en su sangre para ver si usted estaba infectado antes pero ahora es inmune al virus.

La prueba de la hepatitis C funciona de forma un poco diferente. Un resultado positivo significa que ha estado infectado por el VHC en algún momento. Pero no puede decir si tienes hepatitis C ahora. Para ello, necesita una prueba de seguimiento diferente.

Es posible que su médico le pida ocasionalmente que se haga otro tipo de pruebas, como una prueba de función hepática o de imagen, o una biopsia de hígado, para controlar la salud de su hígado.

Pronóstico

Al igual que el VIH, la hepatitis B es una enfermedad que dura toda la vida y que se puede controlar bien. Los medicamentos antivirales pueden suprimir el VHB y retrasar o limitar su daño hepático. Al igual que con la medicación antirretroviral para el VIH, es posible que tengas que tomar la medicación para la hepatitis B durante el resto de tu vida. De hecho, algunos medicamentos para el VIH pueden tratar el VIH y el VHB. La buena noticia es que una infección por hepatitis B a largo plazo no parece empeorar el VIH.

La hepatitis B puede prevenirse con una vacuna segura y eficaz. Es necesario recibir tres vacunas repartidas a lo largo de 6 meses para obtener una protección completa.

La hepatitis C es altamente curable. Las píldoras más nuevas para el VHC funcionan mejor que los antiguos medicamentos inyectables y tienen menos efectos secundarios. El tratamiento cura la hepatitis C en un 97% de las veces en 8-12 semanas.

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