Si tienes el VIH, la nutrición es fundamental. El médico ofrece consejos para obtener las calorías que necesitas y minimizar los síntomas que dificultan la alimentación.
Perder demasiado peso puede ser grave. Sin una buena nutrición, puedes enfermar más.
"Una buena nutrición es muy importante para las personas con VIH", dice el doctor Brad Hare, director de la clínica de VIH/SIDA del Hospital General de San Francisco. Sin una dieta saludable, tu cuerpo tendrá más dificultades para recuperarse y combatir las infecciones.
Cuando el VIH te hace perder peso
La pérdida de peso no deseada relacionada con el VIH es menos frecuente que antes, pero sigue ocurriendo. El propio VIH -así como los problemas y tratamientos relacionados- puede provocarla. Es más frecuente en personas con una enfermedad no tratada o grave, una infección o una carga viral elevada, que es una alta concentración del virus en la sangre.
Cuando se tiene el VIH, las cosas que pueden hacer que se pierda peso incluyen:
El propio virus del VIH.
Los medicamentos para el VIH, que quitan el apetito, hacen que la comida sepa mal o dificultan la absorción de nutrientes por parte del organismo.
Síntomas como las náuseas y las llagas en la boca pueden hacer que comer sea desagradable.
La diarrea y otros problemas digestivos pueden dificultar la ingesta de nutrientes de los alimentos.
El agotamiento puede ralentizarte, impedirte hacer la compra y limitar tu capacidad para preparar comidas saludables.
Si tiene una enfermedad avanzada, altos niveles del virus del VIH en la sangre u otras infecciones, puede necesitar más calorías.
9 soluciones que hay que explorar
Habla con tu médico o con un nutricionista especializado en trabajar con personas que tienen VIH sobre cómo obtener los nutrientes que necesitas. Las posibles soluciones incluyen:
Más calorías.
Si tu médico decide que simplemente no estás ingiriendo suficientes calorías, auméntalas. Un dietista o nutricionista puede aconsejarte sobre las mejores formas de hacerlo; por ejemplo, bebidas con suplementos nutricionales o barritas energéticas.
Comidas más pequeñas.
Las comidas copiosas tienen más probabilidades de hacer que te sientas mal. Así que, en lugar de tres comidas al día, pruebe con más comidas pequeñas o con tentempiés frecuentes.
Alimentos más suaves.
Si las náuseas o la diarrea son un problema, cambiar a alimentos más suaves puede ayudar, dice Kimberly Dong, RD, dietista de la Escuela de Medicina de la Universidad Tufts. "Evita cualquier cosa que sea picante o ácida, como los cítricos, dice. Reduzca la cantidad de alimentos grasos, y evite el alcohol y la cafeína.
Alimentos más suaves.
Si tienes las encías o los dientes infectados, comer puede doler. "Cambia a alimentos blandos y suaves", dice Dong.
Medicación.
Los tratamientos como los medicamentos y la terapia hormonal también pueden ayudarte con el apetito y las náuseas.
Más fibra.
Si la diarrea es un problema, Dong dice que añadir fibra y beber más agua puede ayudar.
Ejercicio.
Hacer algo de ejercicio suave podría ayudar a aumentar su apetito. Utilizar pesas o ejercicios de resistencia para desarrollar los músculos puede ayudarle a mantenerse fuerte.
Buena compañía.
Hacer las comidas agradables puede ayudarte a comer más. Coma con amigos y familiares siempre que pueda.
Obtención de asistencia
. Si el agotamiento es un problema, apóyate en amigos y familiares. "Mira si puedes conseguir que la familia te ayude a cocinar y a hacer la compra", dice Dong. Pídeles que preparen platos como lasaña y guisos que sean fáciles de congelar y calentar cuando los necesites.