Las terapias complementarias pueden hacerte sentir mejor cuando vives con el VIH.
Robert Casanta es un verdadero creyente en el poder de las terapias cuerpo-mente.
Incluso antes de saber que tenía el VIH en 1987, este hombre de 69 años de Revere, MA, utilizaba prácticas como la meditación y la autohipnosis para sentirse mejor. Tras su diagnóstico, las técnicas para aliviar el estrés y el dolor cobraron aún más importancia.
Añadió muchas terapias a su rutina, como el masaje y la acupuntura. Se sintió bien y no tuvo síntomas durante años...
Pero a finales de 1996, el VIH le alcanzó. Las pruebas mostraron que el virus estaba fuera de control y que su sistema inmunitario estaba destrozado. Se le diagnosticó SIDA.
Meses después, empezó a tomar un medicamento contra el VIH llamado terapia antirretroviral (TAR), que sigue tomando hoy en día. Esta terapia reconstruyó su sistema inmunitario y redujo el virus a niveles indetectables.
La terapia antirretroviral salvó la vida de Casantas. Pero dice que la acupuntura, la meditación y otras terapias complementarias hacen que vivir con el VIH sea más fácil?
El poder de la terapia complementaria
Los científicos estiman que más de la mitad de las personas que viven con el VIH utilizan algún tipo de terapia no farmacológica para aliviar los síntomas del virus, los efectos secundarios del tratamiento o para ayudar a mejorar su estado de ánimo.
El doctor Gary Sinclair, especialista en VIH/SIDA de Dallas, afirma que las personas a las que trata suelen recurrir a la acupuntura, el yoga, los masajes y la meditación.
Estas terapias complementarias pueden aliviar el dolor y otros síntomas sin necesidad de fármacos. Esto es importante, ya que algunos medicamentos que se pueden tomar para tratar esos problemas pueden impedir que los medicamentos para el VIH funcionen.
Otro beneficio: las personas que utilizan terapias de cuerpo y mente tienden a seguir tomando su medicación como es debido, dice la doctora Elizabeth Sommers, experta en acupuntura para personas con VIH/SIDA en el Centro Médico de Boston.
Eso también es importante: saltarse incluso una dosis puede aumentar las posibilidades de que el medicamento pierda su capacidad de mantener el virus bajo control.
Acupuntura: Agujas pequeñas, grandes beneficios
En esta terapia de 3.000 años de antigüedad, un profesional coloca agujas del tamaño de un cabello en puntos específicos del cuerpo.
Estos puntos son como interruptores de luz, explica Sommers. Cuando se encienden, envían mensajes al cerebro, que libera unas sustancias químicas que nos hacen sentir bien, llamadas endorfinas.
En las personas con VIH, la acupuntura puede ayudar a:
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Dolor
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Problemas para dormir
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Depresión, ansiedad y estrés
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Períodos menstruales irregulares o dolorosos
Puede ayudar con las náuseas, un efecto secundario de la medicación contra el VIH, añade Sinclair. Eso puede hacer que sea más fácil seguir tomando la medicación.
Casanta es un gran fan de la acupuntura. La utiliza regularmente para el estrés y el dolor de la artritis. Me pinchan siempre en las rodillas y siempre salgo con un poco de ánimo, dice.
Si falta a una cita, su cuerpo se lo hace saber. En realidad, le apetecen esas agujas, dice.
Si pruebas la acupuntura, acude a un acupunturista autorizado. Para encontrar uno en tu zona, ve al sitio web de la Comisión Nacional de Certificación de Acupuntura y Medicina Oriental.
Meditación: Pon tu mente a trabajar
Hay varios tipos de meditación, pero la mayoría utilizan la respiración profunda para aquietar la mente y ayudar a relajarse.
La meditación de atención plena puede aliviar especialmente el estrés de las personas con VIH. Te enseña a vivir el presente y a no pensar en el pasado ni preocuparte por el futuro.
Un estudio sobre personas seropositivas estresadas demostró que 8 semanas de entrenamiento de atención plena pueden ralentizar la enfermedad. Los investigadores descubrieron que la meditación parecía proteger importantes células del sistema inmunitario de los efectos dañinos del estrés y del VIH.
Yoga: Haz una pose
El yoga es un conjunto de ejercicios que pueden aliviar el estrés y mejorar tu forma física y flexibilidad.
Utiliza ejercicios de respiración, posturas y estiramientos, y meditación. Es posible que después te sientas más relajado y tranquilo. También puede ayudar con el dolor de espalda.
Si quieres probar el yoga, busca un practicante capacitado y obtén el visto bueno de tu médico antes de empezar.
Masaje para eliminar el estrés y el dolor
Un buen masaje realizado por un terapeuta capacitado se siente bien. Puede aliviar el dolor muscular y de espalda, los dolores de cabeza y estimular el flujo sanguíneo. También está demostrado que puede mejorar el sistema inmunitario.
Pregunta a tu médico por los nombres de buenos masajistas en tu zona.
Otras cosas en las que pensar
Dale tiempo para que funcione. No esperes que una terapia complementaria haga magia después de una sola sesión. En el caso de la acupuntura, por ejemplo, pueden ser necesarias varias citas antes de empezar a notar un cambio, dice Casanta.
Mezcla y combina. Piensa en utilizar más de un método a la vez, como combinar el masaje con la meditación.
Ten cuidado con los suplementos dietéticos. Antes de tomarlos, pregúntale a tu médico si son adecuados. Algunos, como la hierba de San Juan, pueden reducir los niveles del medicamento para el VIH en la sangre o causar otros problemas.
Tu médico puede utilizar un programa informático especial para detectar un problema entre los medicamentos que tomas y un suplemento que quieres probar. A menudo los encuentro, dice Sinclair.
Sé escéptico. No te creas los tratamientos que dicen ser pociones milagrosas que curan el VIH/SIDA. Lo único que se acerca a eso es la terapia antirretroviral, que ha convertido el VIH en una enfermedad tratable de por vida en muchas personas.
Visita el sitio web del Centro Nacional de Salud Complementaria e Integrativa para conocer datos fiables sobre diferentes terapias y suplementos.
Recuerda que los tratamientos complementarios están pensados para trabajar junto a tu tratamiento médico, no para sustituirlo.
Todo funciona en conjunto para crear equilibrio y buena salud, dice Sommers.