Tu médico puede recetarte este fármaco como parte de la terapia antirretroviral. Infórmate sobre cómo ayuda a controlar la cantidad de VIH en tu cuerpo.
Un tipo de terapia antirretroviral, los inhibidores de la integrasa, se ha convertido en el tratamiento estándar del VIH. Las investigaciones demuestran que funcionan bien para mantener la enfermedad bajo control. Esto es lo que debes saber.
¿Qué son los inhibidores de la integrasa?
Los inhibidores de la integrasa forman parte de una clase de medicamentos llamados antirretrovirales. La FDA aprobó el primer inhibidor de la integrasa en 2007. Hoy en día, hay cinco disponibles para las personas que viven con el VIH:
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Bictegravir (Biktarvy)
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Cabotegravir (Vocabria)
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Dolutegravir (Tivicay, Tivicay PD)
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Elvitegravir (Vitekta)
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Raltegravir (Isentress, Isentress HD)
Los inhibidores de la integrasa también forman parte de algunas combinaciones de medicamentos contra el VIH. Estas incluyen dos o más medicamentos para el VIH de una clase de fármacos o de varias clases.
Los inhibidores de la integrasa vienen en forma de píldora, que se traga o se mastica. También se presentan en forma de gránulos que se disuelven en agua. Dependiendo del medicamento específico, tomarás un inhibidor de la integrasa una o dos veces al día. El cabotegravir también está disponible en forma de inyección que se administra una vez al mes.
Por qué los médicos recetan inhibidores de la integrasa?
Los médicos recetan estos medicamentos para tratar el VIH en algunos adultos y niños que viven con la enfermedad. Puedes tomar un inhibidor de la integrasa solo o con otra medicación para el VIH. Los inhibidores de la integrasa no curan el VIH, pero reducen las probabilidades de que la enfermedad evolucione hacia el SIDA. Los inhibidores de la integrasa, junto con una rutina de sexo seguro, pueden ayudar a detener la propagación del VIH.
¿Cómo funcionan los inhibidores de la integrasa?
El VIH es un virus que ataca al sistema inmunitario del organismo, concretamente a los glóbulos blancos conocidos como células CD4 o células T. Normalmente, estas células colaboran con el sistema inmunitario para protegerlo de virus y bacterias.
Una vez que el VIH invade sus células, toma el control de las mismas fabricando integrasa, un tipo de enzima. Cuando esto ocurre, el ADN de las células T se combina con el ADN del virus, permitiendo que el VIH tome el control. El virus se propaga entonces reproduciéndose y tomando el control de otras células. Las células T pierden la capacidad de comunicarse con el sistema inmunitario para evitar la infección.
Los inhibidores de la integrasa impiden que el VIH produzca integrasa, lo que impide que el virus se copie a sí mismo y se extienda a más células.
¿Qué eficacia tienen los inhibidores de la integrasa?
Muchas personas que viven con el VIH toman inhibidores de la integrasa porque funcionan bien para tratar la enfermedad con pocos efectos secundarios. Además, estos fármacos siguen combatiendo el virus con el paso del tiempo, especialmente los inhibidores de la integrasa más nuevos, como dolutegravir, bictegravir y cabotegravir. Los inhibidores de la integrasa más antiguos, raltegravir y elvitegravir, han mostrado cierta resistencia al VIH.
Qué fármacos interactúan con los inhibidores de la integrasa?
Algunos medicamentos que tomas para otros problemas de salud pueden interactuar con los inhibidores de la integrasa. La combinación podría ser peligrosa, por lo que tendrás que dejar de tomar un determinado medicamento, cambiar a otro diferente o ajustar la dosis. Informe a su médico si toma medicamentos o suplementos (especialmente la hierba de San Juan) para controlar:
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Problemas de estómago y esófago (reflujo ácido, úlceras)
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Agrandamiento de la próstata
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Infecciones bacterianas
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Coágulos de sangre
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Convulsiones
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Depresión
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Ansiedad
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Trastornos psicóticos
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Infecciones por hongos
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Azúcar elevado en la sangre
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Asma
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Problemas del corazón
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Inflamación (corticosteroides)
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Hepatitis C
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Hormonas (anticonceptivos, terapia de afirmación de género, menopausia)
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Sistema inmunitario (inmunosupresores)
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Colesterol
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Disfunción eréctil
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Dependencia de los opioides
Quién puede tomar inhibidores de la integrasa y quién debe evitarlos?
Niños. Dependiendo de su edad y peso, los niños con VIH pueden tomar inhibidores de la integrasa. Algunos fabricantes de medicamentos sugieren dosis estándar para adultos en el caso de los niños, mientras que otros adaptan sus recomendaciones de dosificación.
Adultos mayores. Las personas de este grupo de edad suelen tener una mayor probabilidad de tener problemas hepáticos, renales y cardíacos.
Mujeres embarazadas. Los expertos en salud afirman que las mujeres embarazadas pueden tomar TAR, incluidos los inhibidores de la integrasa.
Cuáles son los posibles efectos secundarios de los inhibidores de la integrasa?
Dado que los inhibidores de la integrasa combaten el VIH en lugar de las células infectadas, este tipo de fármacos tiene menos efectos secundarios que otros medicamentos contra el VIH. Aun así, podrías tener estas reacciones no deseadas mientras tomas un inhibidor de la integrasa:
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Heces blandas y acuosas
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Una sensación de malestar en el estómago
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Cansancio extremo
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Dolor de cabeza
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Problemas para conciliar o mantener el sueño
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Problemas de concentración
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Ansiedad
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Cambios en el estado de ánimo
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Un cambio en los sueños
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Depresión
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Dolor
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Mareo
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Aumento de peso
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Niveles de creatinina más altos (un nivel demasiado alto podría significar insuficiencia renal)
Con menor frecuencia, las personas que toman inhibidores de la integrasa presentan reacciones cutáneas e inflamaciones graves.
Algunos efectos secundarios de los inhibidores de la integrasa duran unas semanas y luego desaparecen. Dígale a su médico si los efectos secundarios duran más tiempo o lo hacen sentir incómodo. Pero no dejes de tomarlo bruscamente.