Si eres seropositivo, una buena nutrición puede tener varios beneficios, entre ellos mantener tu sistema inmunitario más fuerte para ayudar a combatir la enfermedad.
Por qué la nutrición y el VIH/SIDA están relacionados
Si eres seropositivo, una buena nutrición puede tener varios beneficios. Puede:
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Mejorar su calidad de vida en general al proporcionarle los nutrientes que su cuerpo necesita.
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Mantener tu sistema inmunológico más fuerte para que puedas combatir mejor las enfermedades.
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Ayudar a controlar los síntomas y las complicaciones del VIH.
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Procesar los medicamentos y ayudar a manejar sus efectos secundarios.
Los principios básicos de la nutrición y el VIH
Los principios básicos de la alimentación saludable también te servirán si eres seropositivo. Estos principios incluyen:
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Llevar una dieta rica en verduras, frutas, cereales integrales y legumbres
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Elegir fuentes de proteínas magras y bajas en grasa
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Limitar los dulces, los refrescos y los alimentos con azúcar añadido
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Incluir proteínas, hidratos de carbono y un poco de grasa buena en todas las comidas y tentempiés
Aquí hay más información específica para comenzar con un plan de alimentación más saludable.
Calorías
son la energía de los alimentos que proporcionan combustible a tu cuerpo. Para mantener su masa corporal magra, es posible que necesite aumentar las calorías. Para obtener suficientes calorías:
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Consuma 17 calorías por cada libra de su peso corporal si ha mantenido su peso.
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Consuma 20 calorías por libra si tiene una infección oportunista.
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Consuma 25 calorías por libra si está perdiendo peso.
Proteína
ayuda a construir músculos, órganos y un sistema inmunológico fuerte. Para obtener una cantidad suficiente de los tipos adecuados de proteínas:
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Procure consumir entre 100 y 150 gramos al día, si es seropositivo.
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Procure consumir entre 80 y 100 gramos al día, si es una mujer seropositiva.
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Si tiene una enfermedad renal, no obtenga más del 15%-20% de sus calorías de las proteínas; un exceso puede suponer un estrés para sus riñones.
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Elige carne de cerdo o ternera extra magra, pechuga de pollo sin piel, pescado y productos lácteos bajos en grasa.
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Para obtener proteínas adicionales, unte mantequilla de nueces en la fruta, las verduras o las tostadas; añada queso a las salsas, sopas, patatas o verduras al vapor; añada atún en lata a las ensaladas o guisos.
Carbohidratos
te dan energía. Para obtener una cantidad suficiente de los tipos de hidratos de carbono adecuados:
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Come de cinco a seis raciones (unas 3 tazas) de frutas y verduras cada día.
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Elige productos con variedad de colores para obtener la mayor variedad de nutrientes.
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Elige legumbres y cereales integrales, como el arroz integral y la quinoa. Si no tienes sensibilidad al gluten, la harina de trigo integral, la avena y la cebada pueden estar bien. Si la tiene, elija el arroz integral, la quinoa y la patata como fuentes de almidón. Si eres diabético o prediabético o tienes resistencia a la insulina, la mayoría de tus carbohidratos deben provenir de los vegetales.
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Limite los azúcares simples, como los dulces, los pasteles, las galletas o los helados.
Grasa
proporciona energía extra. Para obtener una cantidad suficiente de los tipos de grasa adecuados:
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Obtenga el 30% de sus calorías diarias de la grasa.
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Obtenga el 10% o más de sus calorías diarias de grasas monoinsaturadas.Ejemplos: frutos secos, semillas, aguacate, pescado y aceites de canola y oliva
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Obtenga menos del 10% de sus calorías diarias de grasas poliinsaturadas.Ejemplos: pescado, nueces, linaza y aceite de maíz, girasol, soja y cártamo
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Obtenga menos del 7% de sus calorías diarias de grasas saturadas.Ejemplos: carne grasa, aves con piel, mantequilla, alimentos lácteos de leche entera y aceites de coco y palma.
Vitaminas y minerales
regulan los procesos de tu cuerpo. Las personas seropositivas necesitan vitaminas y minerales adicionales para ayudar a reparar y curar las células dañadas. Consume alimentos ricos en estas vitaminas y minerales, que pueden ayudar a reforzar tu sistema inmunitario:
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Vitamina A y betacaroteno: verduras y frutas de color verde oscuro, amarillo, naranja o rojo; hígado; huevos enteros; leche.
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Vitaminas B: carne, pescado, pollo, cereales, frutos secos, judías blancas, aguacates, brócoli y verduras de hoja verde
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Vitamina C: los cítricos
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Vitamina E: verduras de hoja verde, cacahuetes y aceites vegetales
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Selenio: cereales integrales, frutos secos, aves, pescado, huevos y mantequilla de cacahuete
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Zinc: carne, aves, pescado, judías, cacahuetes y leche y otros productos lácteos
Dado que es difícil obtener una cantidad suficiente de todos los nutrientes que necesitas a través de los alimentos, es posible que tu médico te recomiende un comprimido multivitamínico/mineral (sin hierro adicional). Compruebe la etiqueta para asegurarse de que aporta el 100% de la cantidad diaria recomendada (CDR). Comente con su médico lo que está tomando: más no siempre es mejor. Si no toma al menos tres raciones de alimentos con alto contenido en calcio (verduras de hoja verde o productos lácteos) al día, es posible que deba añadir un suplemento de calcio a su dieta. Sin embargo, esto se está convirtiendo en algo controvertido y se está investigando más sobre este tema.
Nutrición y VIH: Cómo afrontar los problemas especiales
Su cuerpo puede tener una variedad de respuestas al VIH y también puede experimentar los efectos secundarios de los medicamentos. Aquí hay consejos para lidiar con algunos de los problemas más comunes.
Náuseas y vómitos
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Prueba con alimentos suaves y bajos en grasa, como la pasta normal, la fruta enlatada o el caldo normal
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Coma comidas más pequeñas cada una o dos horas.
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Evite los alimentos grasos o picantes, o con olores fuertes.
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Bebe té de jengibre o ginger ale.
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Coma más alimentos fríos y menos calientes.
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Descanse entre comidas, pero no se acueste.
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Pregunte a su médico sobre los medicamentos para las náuseas.
Diarrea
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Bebe más líquidos de lo habitual. Prueba con zumos diluidos o Gatorade.
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Limite la leche y las bebidas azucaradas o con cafeína.
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Coma despacio y con más frecuencia.
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Evite los alimentos grasos.
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Prueba la dieta B.R.A.T. (plátanos, arroz, puré de manzana y tostadas) durante un breve periodo de tiempo.
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En lugar de productos frescos, prueba con verduras bien cocidas o enlatadas.
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Prueba con suplementos de carbonato de calcio o con suplementos de fibra como las obleas Metamucil.
Falta de apetito
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Hacer ejercicio para ayudar a estimular el apetito.
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No beba demasiado justo antes de las comidas.
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Coma en familia o con amigos, haciendo las comidas lo más atractivas posible.
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Pruebe a hacer comidas más pequeñas y frecuentes.
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Incluya una variedad de texturas, formas y colores.
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Pregunte a su médico sobre los medicamentos que estimulan el apetito.
Demasiada pérdida de peso
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Incluye más proteínas, carbohidratos y grasas en tu dieta.
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Utiliza nata o mitad y mitad en los cereales. Añade helado a los postres.
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Coma frutos secos para merendar.
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Hable con su médico para añadir un suplemento nutricional, como Boost, Ensure o Carnation Instant Breakfast.
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Pregunte a su médico sobre los medicamentos que estimulan el apetito y tratan las náuseas.
Problemas en la boca y en la deglución
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Consume alimentos blandos como el yogur o el puré de patatas.
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Evite las verduras crudas; cocínelas en su lugar.
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Elija frutas más blandas, como plátanos o peras.
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Aléjate de los alimentos ácidos, como las naranjas, los limones y los tomates.
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Acuda a su médico para asegurarse de que no tiene una infección oportunista o de que necesita más pruebas de diagnóstico.
Lipodistrofia (síndrome de redistribución de la grasa)
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Limitar las grasas, especialmente las saturadas y las trans.
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Elija grasas insaturadas y fuentes de ácidos grasos omega-3, como el salmón y el atún.
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Limita el alcohol, y los azúcares refinados.
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Prevenir la resistencia a la insulina limitando los alimentos que elevan los niveles de glucosa e insulina: principalmente los hidratos de carbono.
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Coma más cereales integrales ricos en fibra, frutas y verduras.
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Hacer ejercicio.