Más de 2 millones de niños en todo el mundo tienen el VIH. ¿En qué se diferencian las causas, los síntomas, los tratamientos y la convivencia con la enfermedad de los adultos?
Pero con la combinación adecuada de fármacos y el apoyo cariñoso, los niños con VIH pueden crecer y tener una vida larga y plena.
Causas
La mayoría de los niños que tienen el VIH lo contrajeron de sus madres cuando estaban embarazadas, durante el proceso de parto o por la lactancia. Las mujeres que se someten a la prueba y siguen el tratamiento si son positivas, reducen en gran medida la posibilidad de transmitir el virus a sus bebés. Esta es la mejor manera de prevenir el VIH en los niños.
Los niños de las comunidades afectadas por el sida que han perdido a sus padres y familiares también son más vulnerables a la infección por el VIH. Pueden carecer de cuidadores, de acceso a la escuela o de la capacidad de defender sus derechos.
Los niños pueden infectarse a través del abuso sexual o la violación. En algunos países, los matrimonios infantiles están culturalmente aceptados, y una niña podría contraer el VIH de su marido mayor, y luego transmitirlo también a sus bebés. Cuanto más joven es un niño cuando tiene sus primeras relaciones sexuales, más posibilidades tiene de contraer el VIH.
En Europa central y oriental, el consumo de drogas inyectadas propaga el VIH entre los jóvenes que viven en la calle. En un estudio realizado en Ucrania, los comportamientos de alto riesgo, como compartir agujas, eran comunes entre niños de tan solo 10 años.
Las transfusiones de sangre seropositiva o las inyecciones con agujas no esterilizadas podrían infectar a los niños de los países más pobres. Los Estados Unidos y los países de Europa Occidental cuentan con medidas de seguridad médica para prevenir este problema.
Síntomas
No todos los niños con VIH tendrán síntomas, y los que los tengan no serán exactamente los mismos. Los síntomas pueden variar según la edad.
Algunos de los más comunes son:
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El retraso en el desarrollo, que significa no ganar peso o no crecer como los médicos esperan
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No tener las habilidades o hacer las cosas que los médicos esperan que haga un niño de esa edad (no alcanzar los hitos del desarrollo)
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Problemas cerebrales o del sistema nervioso, como convulsiones, problemas para caminar o mal rendimiento escolar
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Estar enfermo a menudo con enfermedades infantiles como una infección de oído, un resfriado, un malestar estomacal o diarrea
Al igual que ocurre con los adultos, cuando la infección por el VIH avanza, los niños empiezan a desarrollar infecciones que rara vez afectan a las personas sanas, pero que pueden ser mortales para alguien cuyo sistema inmunitario no funciona bien. Estas "infecciones oportunistas" incluyen:
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Neumonía por Pneumocystis, una infección fúngica de los pulmones
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Citomegalovirus (CMV)
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Un tipo de cicatrización pulmonar denominada neumonitis intersticial linfocítica (NIL)
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Candidiasis oral o dermatitis del pañal grave por una infección por hongos
Tratamientos
Los niños reciben prácticamente el mismo tratamiento que los adultos: una combinación de medicamentos llamada TAR (terapia antirretroviral). Pero no es tan sencillo, porque algunos medicamentos contra el VIH no se presentan en forma líquida que los bebés y los niños pequeños puedan tragar. Y algunos fármacos provocan graves efectos secundarios en los niños.
Sin la terapia antirretroviral, un tercio de los bebés seropositivos de todo el mundo no llegarán a cumplir su primer año de vida, y la mitad morirá antes de cumplir los dos años. Los niños mayores que no presentan síntomas pueden tomar la terapia antirretrovírica para ayudarles a mantenerse sanos.
Con la terapia antirretroviral, las complicaciones derivadas del VIH o de las infecciones oportunistas -como la pérdida de apetito, la diarrea y la tos y los resfriados- pueden tratarse como las enfermedades típicas de la infancia.
Crecer con el VIH
Los adultos deben hablar con los niños sobre la enfermedad de una manera que se adapte a su edad para ayudar a que sea menos aterrador. Los niños deben saber que no es su culpa estar enfermos y tener que tomar medicamentos todos los días, y que no se les dejará solos. El apoyo social, económico y emocional para toda la familia es importante, especialmente en las comunidades sin muchos recursos.
Los niños con VIH y SIDA pueden ir a la escuela sin problemas. Pero pueden enfrentarse al acoso y la discriminación, a menos que los otros estudiantes y los profesores entiendan cómo se propaga el VIH. Los programas de sensibilización y educación ayudan a acabar con el estigma que rodea al VIH para que los niños puedan tener amigos y sentirse normales al crecer.