Efectos secundarios a corto y largo plazo de los medicamentos para el VIH y la terapia antirretroviral

Descubre cuáles son los efectos secundarios más comunes a corto y largo plazo de la terapia antirretroviral, y obtén consejos que te ayudarán a lidiar con ellos.

Los efectos secundarios de la medicación varían de una persona a otra. Para algunos, son leves. Para otros, se interponen en la vida cotidiana.

Pregunte a su médico qué puede esperar de su tratamiento. Algunos fármacos pueden tener efectos secundarios potencialmente mortales, por lo que es fundamental que sepas a qué atenerte.

Sentirse "apagado" durante el tratamiento del VIH puede ser consecuencia de:

  • El propio VIH o los fármacos que estás tomando para tratarlo

  • Afecciones que tenías antes de contraer el VIH

  • Infecciones

  • Estrés

  • Depresión

  • Dieta

  • Envejecimiento

  • Otros medicamentos

Trabaja con tu médico para averiguar qué está causando tus síntomas y hacer que tus efectos secundarios sean menos problemáticos.

Sigue tomando tus medicamentos para el VIH, a menos que tu médico te diga que los dejes. Es peligroso cambiar la forma de tomarlos -o dejarlos de golpe- si no estás contento con cómo te sientes o cómo te afectan. Esto facilita que el VIH deje de responder a los fármacos. (Esto hace que el virus sea más difícil de tratar. El tratamiento continuado puede evitar que el VIH se convierta en sida y ayudarte a mantener un estilo de vida y una duración de vida mayormente normales.

Efectos secundarios a corto plazo

Cuando comienzas la terapia antirretroviral (TAR) o si el médico te cambia los medicamentos antirretrovirales, puedes tener efectos secundarios mientras tu cuerpo se adapta. Suelen mejorar al cabo de unas semanas. A menudo, puedes hacer o tomar algo para prevenir o aliviar los efectos secundarios.

Si tus síntomas no mejoran, o si son graves o inusuales, díselo a tu médico de inmediato. Él podrá determinar si la culpa es de la medicación o de otra cosa.

Los efectos secundarios más comunes y de corta duración se pueden controlar con cambios en el estilo de vida o en los hábitos. No fume. Coma alimentos saludables e intente hacer ejercicio todos los días. Busque apoyo si lo necesita.

El médico puede indicarte cómo tomar el medicamento para el VIH o recetarte un medicamento para disminuir los efectos secundarios. Si es necesario, el médico puede cambiarte a otros medicamentos para el VIH.

Estas medidas pueden ayudarte a controlar algunos de los efectos secundarios más comunes:

Fatiga. Intenta hacer siestas breves de 20 a 30 minutos. Si puedes, reduce tu horario de trabajo. Las comidas equilibradas aportarán energía a tu cuerpo, y el ejercicio suave puede aumentar tu energía.

Sentirse mareado y vomitar. Tienes que tomar algunos medicamentos para el VIH con comida. Asegúrate de saber cuáles son. Evita comer cosas que puedan provocar malestar estomacal. El jengibre -en forma de ginger ale, té de jengibre o galletas de jengibre- puede ayudar a calmar el estómago. Come algunas galletas por la mañana. Limítate a comidas pequeñas y a alimentos fríos. Bebe mucha agua para mantenerte hidratado. No tomes antiácidos ni otros productos de venta libre a menos que tu médico lo autorice.

Diarrea. Beba mucho líquido para no deshidratarse. Hable con su médico sobre qué productos de venta libre para la diarrea son seguros.

Dolores de cabeza. Un analgésico de venta libre puede funcionar. Descanse, beba mucho líquido y aléjese de los ruidos fuertes y la luz intensa.

Insomnio. Limite la cafeína y evite las comidas copiosas cerca de la hora de acostarse. Puede ser tentador, pero intenta no hacer siestas durante el día; mantén un horario de sueño regular. Pruebe a adoptar hábitos relajantes a la hora de acostarse, como baños calientes, leche tibia, música relajante o masajes para indicarle a su cuerpo que es hora de dormir.

Erupciones. Evita las duchas o baños largos y calientes, y los productos para la piel con alcohol o sustancias químicas fuertes. Utiliza protección solar y lociones hidratantes o vaselina en las zonas secas y con picores.

Reacciones cutáneas a las inyecciones. Si tienes que ponerte inyecciones, consulta a tu médico para asegurarte de que tu técnica es buena. Cambia de sitio para dar a tu piel y tejidos la oportunidad de curarse. Calienta el medicamento en tus manos antes de inyectarlo y aplica una compresa fría en la zona después.

Dolor, hormigueo o entumecimiento en los pies o las manos. Masajéelos suavemente. Use zapatos o joyas sueltas. Los analgésicos de venta libre, como el ibuprofeno o el naproxeno, pueden ayudar.

Sequedad de boca. Chupe caramelos o pastillas sin azúcar, o mastique chicle sin azúcar. Beba mucho líquido. Evita los alimentos azucarados o pegajosos y la cafeína.

Recuerda que todo esto también puede ser signo de un problema de salud que no está relacionado con tu tratamiento del VIH. Llama siempre a tu médico si estás pensando en dejar de tomar un medicamento debido a sus efectos secundarios. Si tienes síntomas graves, estén o no relacionados con tus medicamentos, llama al médico. Si son muy graves, llame al 911.

Efectos secundarios a largo plazo

Algunos efectos secundarios pueden no desaparecer o pueden causar problemas graves. Pero a menudo hay una forma de controlarlos para que no afecten a su vida:

Redistribución de la grasa. Su cuerpo puede cambiar la forma en que produce, utiliza y almacena la grasa. El médico lo llamará lipodistrofia. Es posible que pierda grasa en la cara y las piernas y que la gane en el vientre y la nuca. Cambiar de medicación puede evitar que los síntomas empeoren, pero hay pocas opciones más para tratar este problema.

Niveles elevados de colesterol o triglicéridos. Estos niveles pueden aumentar el riesgo de sufrir problemas como las enfermedades cardíacas. La dieta y otros cambios en el estilo de vida son un primer paso. Es posible que el médico también quiera que tome medicamentos como estatinas o fibratos.

Niveles altos de azúcar en sangre. El ejercicio regular, el control del peso y otros cambios en el estilo de vida son un buen punto de partida. El médico también puede sugerir medicamentos para ayudar a controlar el azúcar en la sangre.

Daño hepático (hepatotoxicidad). Esto es más probable si tiene hepatitis B o hepatitis C, consume alcohol, toma otros medicamentos que pueden dañar el hígado o ya tiene problemas hepáticos. Los síntomas incluyen erupción cutánea, dolor de estómago, fatiga, ictericia, pérdida de apetito, orina oscura y deposiciones de color claro. Tu médico te vigilará para ver si hay daños en el hígado una vez que empieces el tratamiento contra el VIH, y podría cambiar tus medicamentos si presentas síntomas.

Pérdida de densidad ósea. Podrías ser más propenso a sufrir roturas de huesos, especialmente a medida que envejeces. Intenta hacer ejercicios con peso, como caminar o levantar pesas. Consulte a su médico sobre la posibilidad de tomar suplementos de calcio y vitamina D. Puede necesitar medicamentos para tratar o prevenir la osteoporosis.

Aumento de peso. Esto se ha relacionado con la nueva clase de medicamentos contra el VIH (inhibidores de la integrasa), pero la relación no está clara. Esta es la clase preferida de medicamentos para el VIH, por lo que no está claro qué hacer con el aumento de peso en este contexto.

Problemas con las mitocondrias (toxicidad mitocondrial). Las mitocondrias son las partes de las células que son clave para la producción de energía. Algunos medicamentos para el VIH pueden afectar a su funcionamiento, causando problemas en todo el cuerpo, incluso en el corazón, el páncreas, los músculos o los nervios. Si muestras signos de estas condiciones, tu médico probablemente cambiará tus medicamentos.

Acumulación de un producto de desecho celular (acidosis láctica). Es poco frecuente, pero puede causar una amplia gama de problemas, desde dolores musculares hasta insuficiencia hepática. El daño a las mitocondrias podría estar detrás. Es posible que tenga que cambiar de medicamento.

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