Es posible que tenga la tentación de probar remedios alternativos o naturales para su hepatitis C. Esto es lo que puede ayudar, y lo que debe evitar.
Eso puede llevarle a buscar terapias más naturales. Algunos enfoques complementarios y alternativos pueden aliviar los síntomas o hacer más llevadero el tratamiento. Otros no funcionan o pueden ser perjudiciales.
Lo que puede ayudar
Dieta
Comer bien ayuda a que el hígado funcione mejor y disminuye la posibilidad de padecer cirrosis, una cicatrización que puede conducir a la insuficiencia hepática. La buena salud también refuerza el sistema inmunitario para combatir las infecciones. No necesitas una dieta especial. Consume cereales integrales, frutas y verduras, así como proteínas magras como el pollo, los huevos y el pescado. Si tiene cirrosis, reduzca la sal, ya que su cuerpo tiende a retener los líquidos.
Terapia de masajes
Un masajista acaricia, amasa y frota los músculos y otros tejidos blandos. No tratará la hepatitis C, pero puede ayudar a aliviar el estrés y a superar el cansancio. Pida a su médico que le recomiende un terapeuta o busque un terapeuta capacitado en la Asociación Americana de Terapia de Masaje.
Meditación
Vivir con hepatitis C puede hacer que te sientas abrumado y ansioso. La meditación es una forma de concentrarse y dejar que tanto el cerebro como el cuerpo se relajen. Puede meditar mientras camina, se sienta o se acuesta. Respira profundamente y centra tu mente en el momento presente. Puede pedirle a su médico más información o encontrar una clase en su hospital local, centro comunitario o centro de fitness.
Zinc
La hepatitis C reduce los niveles de este mineral, que necesitas para mantener el hígado y el sistema inmunitario sanos. Algunas investigaciones sugieren que el zinc puede aliviar los síntomas y hacer que los tratamientos funcionen mejor. Un estudio japonés descubrió que las personas con hepatitis C que tomaron suplementos de zinc durante 7 años redujeron en gran medida sus posibilidades de padecer cáncer de hígado en comparación con las que no lo tomaron. Puede ser seguro probarlo, pero habla primero con tu médico. Limite su dosis diaria a no más de 40 miligramos, ya sea en alimentos o en suplementos.
Vitamina D
Ayuda a que los músculos, los nervios y el sistema inmunitario funcionen correctamente. Las personas con hepatitis C son más propensas a tener un nivel bajo de vitamina D, que solemos obtener de la luz solar. Si sus niveles en sangre son inferiores a 30 ng/mL, las investigaciones sugieren que los suplementos de vitamina D pueden ayudar a prevenir mayores daños en el hígado causados por la hepatitis C... Pero si sus niveles son normales, no hay pruebas de que la vitamina D adicional ayude. Si cree que puede necesitar más, su médico le hará un análisis de sangre para comprobar si la necesita y en qué cantidad.
Yoga
Este antiguo ejercicio combina respiración profunda, estiramientos, posturas y meditación. Puede aliviar el estrés y, a su vez, ayudarte a controlar mejor cualquier dolor o efecto secundario del tratamiento. Consulta primero a tu médico e informa a tu profesor de yoga de que tienes hepatitis C. Aunque el yoga es muy seguro, algunas posturas pueden ser peligrosas si tu hígado está inflamado.
Lo que podría no servir
Cardo mariano
Esta hierba se utiliza ampliamente para los trastornos hepáticos, incluida la hepatitis B. Se cree que su ingrediente activo, la silimarina, reduce la inflamación y estimula el crecimiento de nuevas células hepáticas. Pero las pruebas son contradictorias en cuanto a la eficacia del cardo mariano. Los efectos secundarios pueden ser náuseas, hinchazón y diarrea.
Acupuntura
Este tratamiento se ha utilizado durante mucho tiempo para el dolor continuo. Puede ser útil para el dolor y la fatiga relacionados con la hepatitis C. Pero varios estudios han descubierto que las agujas de acupuntura pueden contaminarse con el virus de la hepatitis y transmitirlo a otras personas. Asegúrate de que tu acupuntor utiliza agujas desechables. Y comprueba que tiene licencia estatal y está certificado por la Comisión Nacional de Certificación de Acupuntura y Medicina Oriental.
Aceite de cannabidiol (CBD)
Este compuesto procede de la planta de la marihuana o de su pariente, el cáñamo. El CBD es legal en algunos estados tanto para usos recreativos como médicos, y la mayoría de los demás estados lo permiten con receta médica. Pero a pesar de su popularidad para todo tipo de dolencias, no se ha hecho mucha investigación para demostrar que el CBD ayuda con la hepatitis C o si es seguro.
Plata coloidal
Este producto contiene diminutas partículas de plata que, según algunas personas, pueden ayudar a curar heridas e infecciones. Pero no es seguro si tienes hepatitis C y puede ser perjudicial. Puede causar argiria, que es una decoloración permanente de la piel. La FDA advirtió a los consumidores de que no lo tomaran en 1999.
Glicirricina
Este extracto de raíz de regaliz se ha estudiado en algunas personas con hepatitis C. Pero no está claro que ayude. La glicirricina también puede ser peligrosa si se tienen antecedentes de presión arterial alta, insuficiencia renal, diabetes o enfermedades cardíacas.
Probióticos
Estas bacterias y levaduras pueden ser buenas para el intestino, la piel y otras partes del cuerpo. No hay pruebas de que puedan beneficiar a las personas con hepatitis C. Los probióticos también conllevan una pequeña pero real posibilidad de infección. Dado que la hepatitis C puede debilitar su sistema inmunológico, es posible que desee mantenerlos alejados.