Un especialista describe los últimos tratamientos para la insuficiencia cardíaca y qué nuevas terapias se están preparando.
Avances en insuficiencia cardíaca: ¿Qué hay en el horizonte?
Por el doctor Abbas Bitar, en declaraciones a Stephanie Watson
Nuestra comprensión de la insuficiencia cardíaca ha evolucionado enormemente en las dos últimas décadas. En el pasado, tratábamos la insuficiencia cardíaca sólo con medicamentos, y estábamos limitados en lo que podíamos hacer por las personas con esta enfermedad. Ahora podemos ofrecer a los pacientes terapias más avanzadas que les ayudan a vivir más tiempo con una mejor calidad de vida.
Nuevos medicamentos para la insuficiencia cardíaca
Una de las principales formas de tratar la insuficiencia cardíaca es con medicamentos, que incluyen fármacos que reducen la presión arterial, mejoran la capacidad del corazón para bombear sangre, reducen la frecuencia cardíaca y evitan la cicatrización de los músculos cardíacos.
En los últimos años se han aprobado dos nuevos medicamentos: ivabradina (Corlanor) y sacubitril/valsartán (Entresto). Creo que la mayor adición a nuestros recursos es Entresto, que los estudios han demostrado que reduce las visitas al hospital y las muertes por insuficiencia cardíaca.
Hay otros fármacos en preparación. El omecamtiv mecarbil ayuda al corazón a bombear la sangre con mayor eficacia. Un estudio ha demostrado que reduce el riesgo de muerte de las personas con insuficiencia cardíaca con fracción de eyección reducida, lo que significa que el lado izquierdo del corazón no bombea la sangre tan bien como debería. En mayo de 2020, la FDA aceleró la aprobación de este fármaco.
La FDA también está dando prioridad a la revisión de otro nuevo fármaco, el vericiguat. Forma parte de una clase de fármacos para la insuficiencia cardíaca llamados inhibidores de la guanilato ciclasa soluble (sGC). En los estudios, el vericiguat redujo el riesgo de ser hospitalizado o morir por insuficiencia cardíaca.
Un grupo de fármacos denominados inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa-2 (SGLT2) también resulta prometedor. Estos medicamentos, que se desarrollaron por primera vez para tratar la diabetes, parecen reducir el riesgo de morir o tener que ir al hospital por insuficiencia cardíaca. Son una opción para personas con o sin diabetes.
Tratamientos no farmacológicos
Cuando alguien viene a mi consulta con insuficiencia cardíaca, primero ajusto sus medicamentos para intentar mejorar sus síntomas. Intento aumentar su dosis todo lo que puedo. Si a la persona le va bien, le mantengo la medicación. Pero a algunas personas no les va bien, o empeoran hasta el punto de que la insuficiencia cardíaca limita seriamente su actividad o empieza a afectar a otros órganos. Cuando eso ocurre, los evaluamos para ver si son buenos candidatos para un trasplante de corazón o un dispositivo de asistencia ventricular izquierda (DAVI).
Los dispositivos de asistencia ventricular izquierda ayudan a la cámara de bombeo principal del corazón a impulsar la sangre hacia el cuerpo. El trasplante de corazón sustituye el corazón dañado por uno sano procedente de un donante. La tecnología de estos procedimientos ha mejorado y los médicos se han vuelto más hábiles en su realización. A corto plazo, los resultados de una bomba o un trasplante son bastante similares. Pero a largo plazo, el trasplante de corazón ayuda a vivir más tiempo.
Continuación
Desafíos y lo que sigue para el tratamiento
Creo que el mayor reto al que nos enfrentamos en nuestra práctica diaria es saber quién va a mejorar con la medicina y quién no. Sabemos que hay ciertos medicamentos que pueden reducir el riesgo de morir de insuficiencia cardíaca o de ir al hospital por ella. Así que ponemos a la gente en esos medicamentos y los seguimos de cerca.
Creo que el futuro del tratamiento es la medicina personalizada, en la que prescribimos el medicamento que sabemos que funcionará mejor para cada persona. Probablemente pasarán muchos años antes de que lo consigamos.
La tecnología del DAVI ha avanzado mucho. La bomba cardíaca es ahora mucho más fiable y las posibilidades de hemorragias, derrames cerebrales y otros problemas derivados de la utilización del dispositivo son menores. Sin embargo, la colocación de un dispositivo sigue requiriendo el riesgo de una operación a corazón abierto. Además, el dispositivo necesita energía del exterior del cuerpo, por lo que un cable debe salir a través de la piel, lo que es una fuente común de infección. En el futuro, la idea es tener una bomba cardíaca totalmente implantable en la que no salga nada a través de la piel. La gente podrá nadar y hacer prácticamente todo lo que quiera, lo que mejorará su calidad de vida.
Para las personas que reciben trasplantes de corazón, ahora tenemos mejores medicamentos para evitar que el sistema inmunitario ataque al nuevo órgano. También podemos vigilar de cerca los signos de rechazo y la vasculopatía del aloinjerto cardíaco, una enfermedad en la que las arterias que irrigan el corazón trasplantado se estrechan con relativa rapidez. Esto ha permitido aumentar la esperanza de vida y reducir el riesgo de complicaciones tras el trasplante. También sabemos ahora que los trasplantes de corazón de donantes con hepatitis C son una opción segura para las personas que necesitan un nuevo corazón, lo que ayudará a aliviar la escasez de órganos en todo el país.
Mientras tanto, la clave para controlar la insuficiencia cardíaca es diagnosticarla y empezar el tratamiento a tiempo. Esto le permitirá tomar decisiones informadas sobre su tratamiento antes de que la insuficiencia cardíaca sea demasiado grave.