Síntomas, causas y factores de riesgo de la EAP

Esta guía visual sobre la enfermedad arterial periférica, o EAP, ofrece detalles sobre este tipo común de enfermedad cardíaca, y sus síntomas, causas, tratamientos y consejos de prevención.

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EAP significa enfermedad arterial periférica. Se produce cuando las arterias que llevan la sangre desde el corazón a otras partes del cuerpo se estrechan debido a la acumulación de placa en su interior. Esto puede ralentizar el flujo sanguíneo a las extremidades. La arteriopatía periférica suele afectar a las piernas.

Síntoma de la EAP: dolor en las piernas

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El síntoma más común es el dolor o los calambres en las piernas al caminar. Esto se llama claudicación. Las piernas pueden sentirse pesadas, entumecidas, débiles o cansadas. El dolor suele remitir cuando se descansa. Es posible que no tenga síntomas, o que éstos sean muy leves, hasta que las arterias se hayan estrechado más de la mitad por la placa.

Síntomas de la EAP avanzada

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A medida que la enfermedad empeora, puede sentir ardor o dolor en los pies incluso en reposo. La piel de los pies puede sentirse fría, tener un aspecto brillante o cambiar de color. El vello de las piernas puede dejar de crecer. Pueden aparecer llagas en los pies o en los dedos que no se curan. Los hombres con EAP pueden desarrollar una disfunción eréctil (DE).

Los síntomas de la EAP son comunes

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Los calambres en las piernas o las piernas cansadas y pesadas son fáciles de confundir con otras afecciones. Usted e incluso su médico pueden pensar que su dolor es por artritis, por dolores musculares generales o simplemente por el hecho de envejecer. La arteriopatía periférica a menudo se pasa por alto y no se diagnostica hasta que los síntomas empeoran.

¿Qué causa la arteriopatía periférica?

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La causa más común es la aterosclerosis, una acumulación de grasa en el interior de las arterias. Los depósitos de grasa pueden convertirse en una placa que estrecha las arterias. Esto dificulta el flujo de sangre hacia la parte inferior del cuerpo. La inflamación de los vasos sanguíneos, las lesiones en las extremidades o la exposición a la radiación son causas menos comunes de la EAP.

¿Cuáles son los factores de riesgo de la arteriopatía periférica?

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Algunas cosas que usted puede controlar le hacen correr un mayor riesgo de padecer arteriopatía periférica. Entre ellas se encuentran el tabaquismo, la obesidad, la hipertensión arterial, el colesterol alto y la diabetes. Otros factores de riesgo están fuera de su control. Entre ellos se encuentran ser mayor de 60 años, padecer una enfermedad renal, tener antecedentes familiares de enfermedades cardíacas y tener niveles elevados del aminoácido homocisteína. Además, los afroamericanos tienen el doble de riesgo de padecer EAP que las personas de otras razas.

¿Existen complicaciones de la arteriopatía periférica?

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Si no se trata, la arteriopatía periférica puede agravarse. Una llaga en el pie puede convertirse en gangrena y provocar la pérdida del pie o la pierna. Si padece arteriopatía periférica, es probable que también se acumule placa en otras arterias. Esto aumenta el riesgo de sufrir un infarto de miocardio, un accidente cerebrovascular, un accidente isquémico transitorio (AIT o miniaccidente cerebrovascular) o problemas renales.

Cómo se diagnostica la arteriopatía periférica?

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El diagnóstico comienza con un examen físico, análisis de sangre y la revisión de sus síntomas, como el dolor al caminar o las llagas en los pies que no cicatrizan bien. El médico puede detectar un pulso más débil en las arterias de las piernas en comparación con las de los brazos. Las ecografías pueden detectar arterias estrechas u obstruidas en las extremidades inferiores.

Otras pruebas de diagnóstico de la arteriopatía periférica

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Un índice tobillo-brazo (ABI) utiliza un manguito para comparar la presión arterial en la pierna y el brazo. La angiografía es una prueba más invasiva en la que se inyecta un colorante en las arterias a través de un catéter. A continuación, los médicos utilizan radiografías especiales o tomografías computarizadas para explorar y seguir el flujo sanguíneo.

¿Cuáles son los tratamientos de la arteriopatía periférica?

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Algunos tratamientos pueden ayudar a evitar que la EAP empeore. Su médico puede recetarle medicamentos para reducir el colesterol o la presión arterial, o para controlar el azúcar en sangre si tiene diabetes. Para prevenir la formación de coágulos y mejorar el flujo sanguíneo, puede recetarle una aspirina diaria o clopidogrel (Plavix).

Qué alivia los síntomas de la arteriopatía periférica?

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Su médico puede recetarle cilostazol (Pletal) o pentoxifilina (Pentoxil), medicamentos que alivian el dolor intermitente de las piernas causado por la arteriopatía periférica. Estos fármacos ensanchan los vasos estrechos para facilitar el flujo sanguíneo, de modo que pueda realizar más actividades.

¿Puede ayudar la cirugía en la arteriopatía periférica?

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Si los medicamentos no ayudan, su médico puede recomendar la cirugía para tratar el dolor de la arteriopatía periférica. La angioplastia consiste en la inserción de un pequeño globo que se infla para ensanchar las arterias. También puede colocarse un tubo llamado stent para mantener abiertos estos vasos. La cirugía de bypass redirige el flujo sanguíneo alrededor de las arterias bloqueadas. El médico también puede eliminar las obstrucciones o inyectar un fármaco para disolver los coágulos.

Vivir con la arteriopatía periférica

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Los hábitos de vida saludables te ayudan a controlar la arteriopatía periférica. No fume, controle su peso, mantenga una rutina de ejercicios y siga una dieta baja en grasas con muchas frutas y verduras. Para prevenir las úlceras, tendrá que cuidar mucho sus pies para asegurarse de que están limpios y secos. También deberá evitar los medicamentos de venta libre para el resfriado con pseudoefedrina, que contrae las arterias ya estrechas.

¿Puede prevenirse la arteriopatía periférica?

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Muchos de los factores de riesgo de la arteriopatía periférica son cosas que se pueden controlar. Si fuma, debe intentar dejar de hacerlo, eliminar los kilos de más y, si tiene el colesterol alto, diabetes o hipertensión arterial, asegúrese de seguir los planes de tratamiento para esas enfermedades. El ejercicio es importante. Trabaja con tu médico para elaborar un plan de ejercicios adecuado para ti.

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