La rehabilitación después de un ataque al corazón: Ejercicio, dieta, asesoramiento y más

El médico explica cómo la rehabilitación cardíaca puede ayudarle a recuperarse de un ataque cardíaco, a recuperar su fuerza y a volver al trabajo y a las actividades que le gustan.

El programa le ayuda a recuperarse del infarto y le prepara para volver al trabajo. Desarrolla su fuerza y resistencia, aumenta su confianza y le ayuda a bajar suavemente de lo que puede haber sido una montaña rusa emocional.

Su rehabilitación puede ponerse en marcha incluso antes de salir del hospital.

Fase 1: Cómo empezar

Empezarás poco a poco, en tu misma habitación del hospital. Al principio harás actividades sencillas. Puedes sentarte en la cama, caminar y subir un poco las escaleras. También te acostumbras a volver a hacer algunos cuidados personales, como lavarte los dientes o afeitarte.

Esta fase inicial ayuda a darte las herramientas y la confianza que necesitas para iniciar el camino de la recuperación.

Fase 2: Únase a un programa

Una vez que hayas salido del hospital, tu médico, enfermera o gestor de casos te remitirá a un programa de rehabilitación. Puede ocurrir en muchos lugares diferentes:

  • Programas para pacientes internos.

    En este tipo de rehabilitación, te quedas una noche, quizá durante una o dos semanas, en un ala separada del hospital o en un centro como una residencia de ancianos.

  • Programas para pacientes externos.

    Estos ocurren en una clínica o en un edificio del campus de tu hospital. Vivirás en casa y acudirás a las sesiones varias veces por semana.

  • Programas virtuales.

    Esto es la rehabilitación al estilo "internet". Enciendes tu ordenador y hablas con tus médicos y enfermeras por Skype. Es especialmente útil si vives en una zona rural alejada de la atención médica o si el transporte es un problema para ti.

Sea cual sea el tipo de programa que utilice, un equipo de profesionales de la salud le ayudará a recuperarse de su infarto, a fortalecerse y a enseñarle las nuevas habilidades que necesitará para llevar una vida sana y plena. Te guiarán médicos, enfermeras, fisioterapeutas, nutricionistas, terapeutas ocupacionales y expertos en salud mental. Su programa incluye:

  • Un examen médico.

    Tu equipo de salud tomará medidas, como los niveles de colesterol, el índice de masa corporal (IMC) y la presión arterial. Con esta información, podrán adaptar el programa a tus necesidades y hacer un seguimiento de tu progreso.

  • Un programa de ejercicios.

    Un fisioterapeuta supervisará un plan que desarrolle su fuerza y resistencia.

  • Una alimentación saludable.

    Trabajará con un nutricionista para aprender cómo los alimentos saludables para el corazón pueden reducir el riesgo de sufrir otro infarto. La dieta adecuada puede ayudarle a ser más activo y enérgico - y a sentirse mejor.

  • Entrenamiento para el trabajo y la recreación.

    Tomarás medidas para prepararte para volver a tu trabajo, así como para las actividades divertidas que solías hacer. Es posible que tengas que hacer algunos ajustes en tus antiguas rutinas, y tu terapeuta ocupacional te enseñará cómo hacerlo.

  • Ayuda para tus emociones.

    No es inusual tener depresión y ansiedad después de un ataque al corazón, y eso puede hacer más difícil su recuperación. Los profesionales de la salud mental pueden tratarte con medicación o asesoramiento.

Fase 3: Probar las cosas por tu cuenta

Ahora que has fortalecido tu corazón y has formado nuevos hábitos saludables, es el momento de sacarlos a pasear. Tu equipo te ayudará a elaborar un plan para iniciar un programa seguro de ejercicios en casa y participar en otras actividades no supervisadas.

Fase 4: Preparado para el largo plazo

Tu rehabilitación formal ha terminado, pero te ha preparado para el éxito a largo plazo. Puedes salir al mundo con confianza. Un estudio británico demuestra que las personas que participaron en la rehabilitación cardíaca tenían mejor salud 5 años después de un infarto.

Cuantas más sesiones de rehabilitación hagas, mejor estarás. Las personas que participaron en más de 36 sesiones tenían un 31% menos de riesgo de sufrir otro infarto, en comparación con las que acudieron a una sola sesión.

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