El aneurisma de aorta puede repararse quirúrgicamente. ¿Cuál es la mejor opción para usted?
Un aneurisma aórtico es una protuberancia en la aorta, el principal vaso sanguíneo que lleva la sangre del corazón al resto del cuerpo. Las arterias suelen tener paredes fuertes y gruesas. Pero a veces, ciertas enfermedades o problemas genéticos las debilitan. La fuerza de la sangre que empuja constantemente contra esas paredes debilitadas puede hacer que se hinchen. El resultado es una protuberancia en forma de globo, llamada aneurisma. Si crece demasiado y estalla, puede convertirse en una emergencia. Por eso hay que tratarlo cuanto antes.
Los médicos suelen tratar los aneurismas pequeños con medicamentos. Pero los más grandes pueden requerir cirugía.
Hay dos tipos principales de cirugía para los aneurismas aórticos:
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Reparación abdominal abierta o de tórax abierto
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Reparación endovascular
Reparación abdominal abierta o de tórax abierto
Este es el tipo de cirugía más común para reparar un aneurisma aórtico, pero es la más invasiva, lo que significa que el médico entrará en su cuerpo para hacerlo. El cirujano sustituye la sección debilitada de la aorta por un tubo o injerto de un tejido especial.
En primer lugar, le pondrán anestesia general. Esto significa que no estará despierto durante la intervención.
A continuación, el cirujano realizará un corte en el vientre o en el pecho, dependiendo de dónde se encuentre el aneurisma.
A continuación, el cirujano restringirá el flujo sanguíneo por encima y por debajo del aneurisma mediante pinzas. Si el aneurisma está situado justo encima del corazón, una máquina de circulación extracorpórea le mantendrá respirando.
A continuación, el cirujano retirará la sección de la aorta que está abultada y la sustituirá por el injerto de tela. El injerto permitirá que la sangre fluya por la aorta sin que se hinche. Por último, se retirarán las pinzas para que la sangre vuelva a fluir.
El procedimiento completo puede durar entre 2 y 6 horas y es posible que tenga que permanecer en el hospital hasta una semana para recuperarse. Debería poder volver a sus actividades normales en aproximadamente un mes.
La vida después de la reparación de tórax abierto.
Tendrá que tomar aspirina durante las primeras 6 semanas después de la operación para evitar que se formen coágulos de sangre. Es probable que el médico también te ponga unos medicamentos llamados diuréticos, para evitar la acumulación de líquidos.
Puede ducharse en cuanto llegue a casa. Las dos primeras semanas después de la operación es posible que se sienta cansado. Si es así, duerma una siesta. Su nivel de energía mejorará con el tiempo.
También puede sentir dolor en el pecho y es posible que le den un dispositivo de respiración para ayudarle a respirar más fácilmente.
En la tercera semana, debería poder conducir. Por lo general, volverá a su rutina normal en 4 a 6 semanas. Pero pueden pasar de 2 a 3 meses hasta que te sientas completamente recuperado.
Reparación endovascular
Si no desea una reparación abierta de tórax... o abdominal, su médico puede sugerirle una reparación endovascular. En este procedimiento, el cirujano inserta en la aorta un marco de alambre flexible cosido a un tubo de tela especial, llamado stent injerto, utilizando un tubo muy fino, o catéter.
La endoprótesis ayuda a sostener la pared arterial debilitada. Es posible que le apliquen o no anestesia general para esta intervención.
Después, permanecerá en el hospital entre 24 horas y 2 días. Pero no todos los aneurismas pueden repararse con este método.
La vida después de la reparación endovascular.
Puede tener menos apetito y energía de lo habitual durante las dos primeras semanas después de la cirugía. Pero luego deberían volver a la normalidad.
Tendrá que evitar levantar objetos pesados, de más de 5 kilos o más, hasta que esté completamente recuperado, lo que suele tardar entre 4 y 6 semanas.
Rehabilitación cardíaca
Independientemente del tipo de cirugía a la que te hayas sometido, deberías apuntarte a un programa de rehabilitación cardíaca. Allí aprenderá a cambiar su dieta, a dejar de fumar, a controlar el estrés y a hacer ejercicio para recuperar la fuerza. Todo ello le ayudará a mantener su corazón, y su aorta, fuertes y en forma.
Su médico debería recomendarle un programa de rehabilitación cardíaca, y es probable que su seguro lo cubra.