¿Cuáles son las diferencias entre la enfermedad arterial periférica y la enfermedad venosa periférica? Conozca los síntomas, el diagnóstico y los tratamientos de cada una de ellas.
Los vasos sanguíneos -arterias y venas- son estructuras en forma de tubo que permiten que la sangre, el oxígeno y los residuos se desplacen por el cuerpo. Cuando las arterias no funcionan correctamente, los pies y las piernas no reciben suficiente oxígeno y otros suministros necesarios, como los nutrientes. Y cuando las venas no funcionan, puede producirse una acumulación de materiales sanguíneos, como el líquido, en las extremidades.
¿Cuál es la principal diferencia entre la arteriopatía periférica y la enfermedad venosa periférica?
Ambas enfermedades se diferencian en varios aspectos fundamentales. La arteriopatía periférica significa que usted tiene las arterias estrechadas u obstruidas, es decir, los vasos que transportan la sangre rica en oxígeno a medida que se aleja del corazón hacia otras partes del cuerpo. La EVP, en cambio, se refiere a problemas en las venas, los vasos que llevan la sangre de vuelta al corazón.
¿Cuáles son las causas de la arteriopatía periférica y de la arteriopatía venosa?
La mayoría de las veces, la arteriopatía periférica se debe a la aterosclerosis, que es cuando la placa, el colesterol y otras sustancias se acumulan en la pared de una arteria y la hacen más estrecha por dentro. Si se acumula suficiente placa, puede bloquear el flujo sanguíneo dentro de la arteria. (Los coágulos de sangre también pueden obstaculizar el flujo.) Al igual que la EVP, también parece haber un componente genético en la EAP.
Cuando la sangre se bloquea, disminuye la cantidad de oxígeno y nutrientes que llegan a las extremidades. Esto puede provocar daños duraderos en la piel, los nervios y el tejido muscular. Entre las causas menos comunes de la EVP se encuentran las lesiones en las arterias, los músculos o ligamentos de forma inusual y las infecciones.
La EVP tiene varias formas diferentes. En el caso de la insuficiencia venosa crónica, las válvulas de las venas permiten que la sangre fluya hacia atrás en la dirección equivocada. Esto puede crear una presión y una tensión que dañan los tejidos y provocan un abultamiento de las venas, especialmente si está embarazada, tiene sobrepeso o tiende a estar sentada o de pie en una misma posición durante mucho tiempo.
En el extremo más leve, esta afección puede dar lugar a arañas vasculares: vasos sanguíneos pequeños, elevados e hinchados que se retuercen y giran. A medida que el problema se agrava, puede resultar doloroso y dar lugar a las varices, que son más grandes pero no ponen en peligro la vida.
Cuáles son los síntomas de la arteriopatía periférica y la EVP?
La mitad de las personas con EAP no presentan síntomas. Los que sí los tienen suelen sentir calambres en una o ambas piernas cuando están activos, pero no cuando descansan. Esto se denomina claudicación intermitente. En la forma más grave de arteriopatía periférica, denominada isquemia crítica con peligro para las extremidades, el suministro de sangre es tan escaso que las extremidades empiezan a presentar daños visibles. Otros síntomas de la EAP pueden ser:
-
Piernas entumecidas, débiles o pesadas
-
Dolor en zonas específicas en determinados momentos (por ejemplo, por la noche)
-
Cambios en el color o la temperatura de la piel, pérdida de cabello o heridas que no se curan
-
Un pulso débil
-
Tejido muerto (gangrena)
Un síntoma temprano de la EVP puede ser la aparición de pequeñas venas dañadas en las piernas o los pies, llamadas arañas vasculares. Cuando la enfermedad es más grave, las venas pueden aparecer retorcidas y grandes (varices). Estos cambios visibles pueden ir acompañados de síntomas molestos en las piernas, como:
-
Sensación de dolor o pesadez
-
Ardor, palpitaciones o calambres musculares
-
Hinchazón
-
Dolor que empeora si está en una posición durante mucho tiempo
-
Picor alrededor de las venas
Cómo se diagnostican la EAP y la EVP?
Si tiene síntomas que le hacen sospechar que tiene EAP o EVP, programe una visita al médico y pregunte por ellos.
Las pruebas para diagnosticar la arteriopatía periférica incluyen el índice tobillo-brazo, que compara los niveles de presión arterial en los tobillos y los brazos. Las pruebas de imagen, como la ecografía y la angiografía, pueden ayudar a los médicos a ver lo que ocurre en su sistema vascular.
Para diagnosticar la EVP, los médicos utilizan la ecografía dúplex, una prueba de imagen para observar las venas de las piernas y el flujo sanguíneo.
Cuáles son los tratamientos para la EAP y la EVP?
El tratamiento de la arteriopatía periférica puede incluir medicamentos que previenen los coágulos sanguíneos, como los antiagregantes plaquetarios aspirina y clopidogrel. El médico también puede recetar otros medicamentos para controlar la tensión arterial alta y el colesterol. El entrenamiento con ejercicios y medicamentos como el cilostazol pueden mejorar la capacidad de caminar.
Los hábitos saludables, como hacer más ejercicio y dejar de fumar, también pueden ayudar.
Algunas personas necesitan un procedimiento llamado revascularización para abrir sus arterias. La revascularización puede ser una intervención quirúrgica tradicional o un procedimiento menos invasivo mediante un catéter. En el caso de la EAP muy avanzada, los médicos pueden tener que amputar toda o parte de una pierna.
El tratamiento de la EAP incluye medidas sencillas para garantizar que la sangre siga circulando correctamente:
-
Elevar los pies
-
Usar medias de compresión
-
Hacer ejercicio físico con regularidad
Otras opciones son los medicamentos para favorecer el flujo sanguíneo. El médico también puede recomendar procedimientos como la ablación por láser o radiofrecuencia, en la que el calor de un catéter cierra las venas afectadas.
Los casos más graves de EVP pueden beneficiarse de la escleroterapia, en la que una sustancia química inyectada provoca cicatrices para cerrar las venas enfermas, o de la cirugía.
Se puede prevenir la arteriopatía periférica o la EVP?
Para prevenir la arteriopatía periférica y la EVP, cuídese: haga ejercicio con regularidad, siga una dieta sana y no fume. También es importante tomar medidas para controlar otras enfermedades que pueda tener, como la hipertensión arterial, el colesterol alto y la diabetes. Pregunte a su médico sobre cualquier síntoma que tenga. Si puede detectar las enfermedades en una fase temprana, es posible evitar que las formas más leves empeoren.