La fragilidad es una consecuencia del envejecimiento, pero no todas las personas mayores son o serán frágiles. Averigüe qué puede esperar y cuándo debe acudir a su médico.
La fragilidad es algo más que volverse más lento y débil. Un adulto mayor puede ser considerado frágil si ocurre una combinación de estas dos cosas:
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La persona se siente muy débil, cansada y como si no tuviera energía.
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La persona ha estado experimentando una pérdida de peso sin cambios en la dieta o el ejercicio.
Cuanto más se vive, mayor es la probabilidad de que aparezca la fragilidad. Las mujeres tienen una mayor incidencia que los hombres. Esto se debe posiblemente a que las mujeres tienden a vivir más tiempo, lo que aumenta la probabilidad de que se vuelvan frágiles?
La fragilidad en los adultos mayores: ¿Cuáles son los signos?
Las personas frágiles pueden tener dificultades para realizar las tareas cotidianas. Estas pueden incluir meterse o salir de la cama, vestirse, ir al baño o moverse por la casa. Pueden sentirse desequilibrados, débiles y preocupados por las caídas.
Si experimenta tres o más de los siguientes síntomas, puede tener fragilidad:
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Ha perdido involuntariamente 10 o más libras en el último año
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Se siente débil y tiene problemas para estar de pie sin ayuda de otra persona
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Experimentan una reducción de la fuerza de agarre
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Sentirse agotado, donde todo lo que hace le supone un gran esfuerzo, o le cuesta ponerse en movimiento durante 3 o más días a la semana
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Es menos activo y no se mueve tanto por la casa ni hace ejercicio como antes
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Camina despacio, en lo que tarda más de 6 o 7 segundos en recorrer 15 pies
Qué causa la fragilidad en los adultos mayores
La edad. A medida que envejece, el funcionamiento de su cuerpo cambia. Es posible que se ralentice, que sienta dolores y molestias, o que tarde más en hacer las cosas. Algunos adultos mayores, pero no todos, pueden experimentar estas cosas y volverse frágiles también.
Enfermedad. Los adultos con otras condiciones de salud, como la demencia o la diabetes, pueden ser más propensos a volverse frágiles o a volverse frágiles más rápidamente.
Enfermedades crónicas. La causa de la fragilidad en los adultos mayores suele estar relacionada con la inflamación crónica o la activación del sistema inmunitario. Este es el proceso del cuerpo para luchar contra las cosas que lo dañan, como las infecciones, las lesiones y las toxinas, en un intento de curarse a sí mismo.
En una persona frágil, esta inflamación se produce más de lo normal y crea una tensión continua en el cuerpo. Reduce la función muscular y provoca trastornos como la anemia. Esto ocurre cuando se carece de suficientes glóbulos rojos sanos para transportar el oxígeno adecuado a los tejidos del cuerpo. Esta inflamación también puede reducir la capacidad del corazón para funcionar bien.
Sarcopenia. Los adultos mayores con fragilidad también experimentan una pérdida de masa y fuerza muscular, conocida como sarcopenia. Perder músculo y tener menos fuerza es un signo distintivo de la fragilidad. Si un individuo experimenta una disminución de los niveles de hormonas como el estrógeno o la testosterona, esto puede hacer que la fragilidad sea más grave.
Cómo cuidar a un adulto mayor frágil
Puede cuidar de sí mismo o de su ser querido que experimenta fragilidad adoptando hábitos de estilo de vida que mantendrán un cuerpo frágil en condiciones relativamente buenas.
Coma bien. Los alimentos aportan calorías, que pueden ayudar a detener la pérdida de peso y proporcionar energía. Puede ser útil hablar con un médico sobre nutrición. Consumir calorías puede ser más importante que evitar las grasas.
Coma más proteínas. Si es necesario, puede añadir proteínas en polvo a los platos. Tener más proteínas en la dieta puede ayudar a mantener los músculos fuertes.
Consumir más vitamina D. Esta vitamina puede ayudar a mantener los huesos fuertes y a que los músculos funcionen.
Sustitutos líquidos de las comidas. Incorporar a la dieta comidas líquidas como batidos, licuados y leche puede ayudar a prevenir la pérdida de peso no deseada. También puede ayudar consumir varias comidas más pequeñas que se disfruten a lo largo del día en lugar de tres grandes comidas principales.
Mantenerse activo. Un médico puede ayudarle a usted o a su ser querido a encontrar actividades que le ayuden a desarrollar el equilibrio y la fuerza. Esto podría incluir:
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Ejercicios de resistencia, como sentarse en una silla y levantar las piernas o empujar contra una pared
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Caminar tanto o tan a menudo como le recomiende su médico
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Practicar Tai Chi, donde moverse de forma rítmica y lenta ayuda al equilibrio y al tono muscular
Mantenerse conectado. Si usted o su ser querido se sienten a menudo cansados, puede ser difícil tener ganas de salir o ver a la gente. Pero es importante mantenerse positivo y conectar con los demás.
Mantener la mente activa. Puede divertirse y ayudar a estimular la mente jugando a juegos de mesa o de cartas o completando crucigramas o rompecabezas numéricos. Considere la posibilidad de tomar clases que le animen a usted o a su ser querido a aprender algo nuevo.
Planificar el tiempo extra. Cuando un adulto mayor experimenta fragilidad, puede hacer que se mueva un poco más lento de lo normal. Intente ser paciente, planificar con antelación y saber que probablemente necesitará un poco más de tiempo.
A medida que los adultos envejecen, pueden ayudar a prevenir y tratar la fragilidad manteniendo un estilo de vida saludable, haciendo ejercicio, comiendo una dieta saludable y recibiendo una buena atención médica.