Si su recién nacido tiene vómitos en proyectil, podría ser un signo de estenosis pilórica. Conozca las causas de esta afección y por qué debe tratarse de inmediato.
Afecta a unos tres de cada 1.000 bebés nacidos en Estados Unidos.
Síntomas
Los signos de estenosis pilórica suelen aparecer cuando el bebé tiene entre 3 y 5 semanas de vida. Los bebés que la padecen no parecen enfermos, pero vomitan mucho. A veces vomitan en forma de proyectil, lo que significa que puede salir varios metros por el aire. También puede oler mal porque proviene del estómago del bebé, donde se ha mezclado con los ácidos estomacales.
Con el tiempo, tu bebé puede vomitar cada vez más a menudo. Algunos bebés con esta afección no pueden retener ningún alimento.
Sin embargo, no afecta al apetito de los bebés: suelen volver a tener hambre poco después de vomitar.
Otros síntomas son:
-
Signos de deshidratación (el cuerpo del bebé no tiene suficiente agua): menos pañales mojados de lo habitual, pocas o ninguna lágrima, un punto blando hundido en la cabeza y ojos hundidos
-
Menos pañales sucios de lo habitual
-
Pérdida de peso o no aumento de peso
-
Ondulaciones a través del estómago del bebé: señal de que los músculos del estómago están trabajando duro para mover la comida hacia los intestinos
-
Bultos en el abdomen
-
Más inquietud
Llame a su pediatra si su bebé tiene síntomas como estos: la estenosis pilórica debe ser tratada de inmediato.
Cómo se produce
El píloro es una válvula que se sitúa entre el estómago y el intestino delgado. Permanece cerrada para retener los alimentos en el estómago, y luego se abre para que los alimentos pasen al intestino, donde se digieren.
En los bebés con estenosis pilórica, el píloro se hace más grueso y los alimentos pasan al intestino delgado más lentamente. Cuando la comida no puede pasar del estómago al intestino, el bebé la vomita.
Los médicos no saben exactamente por qué se agranda el píloro, pero podría estar causado en parte por cambios en un gen. A menudo se transmite de padres a hijos. Si uno o ambos progenitores tienen estenosis pilórica, su bebé tiene hasta un 20% más de posibilidades de padecerla.
Otras cosas que pueden hacer que un bebé tenga más probabilidades de padecerla son:
-
El sexo: Los niños tienen más probabilidades de padecer estenosis pilórica que las niñas.
-
Nacimiento prematuro: Los bebés que nacen antes de la semana 37 de embarazo tienen más posibilidades de padecerla.
-
Fumar durante el embarazo: Los bebés de madres fumadoras tienen más del doble de probabilidades de padecer estenosis pilórica.
-
Ciertos antibióticos: Las probabilidades de un bebé pueden ser mayores si la mamá tomó eritromicina o azitromicina al final de su embarazo, o durante la lactancia, o si el bebé los tomó en las primeras semanas de vida.
?
Diagnóstico
El pediatra te hará preguntas sobre los síntomas de tu bebé. Dígale al médico con qué frecuencia vomita y qué aspecto tiene el vómito. El médico también comprobará el peso y el crecimiento de tu hijo. Luego palpará el vientre del bebé para ver si hay algún bulto: Un píloro agrandado se siente como una aceituna.
Es posible que el médico de tu bebé quiera ver más de cerca con uno de estos:
-
Ecografía: Utiliza ondas sonoras para obtener imágenes del interior del estómago de tu bebé.
-
Trago de bario con serie gastrointestinal superior: Tu bebé bebe un líquido especial que contiene el elemento químico bario, y luego se toman radiografías especiales del estómago. El bario hace que el estómago y el intestino se vean más claramente.
También es posible que tu bebé necesite análisis de sangre para comprobar los niveles de cosas como el sodio y el potasio. Si tu bebé vomita a menudo, puede perder demasiados de estos importantes minerales.
Tratamiento
En primer lugar, el bebé recibirá líquidos y nutrientes por vía intravenosa para tratar la deshidratación: se le administrarán por goteo a través de una aguja que va directamente a una vena. Después se realizará una intervención quirúrgica (llamada piloromiotomía) para abrir la obstrucción.
El bebé recibirá un medicamento para dormirlo, de modo que la operación no le duela. El cirujano corta el músculo del píloro engrosado para crear un pasaje más amplio para que los alimentos pasen al intestino. A veces, esto puede hacerse con instrumentos diminutos a través de cortes muy pequeños en el vientre del bebé. Esto se llama laparoscopia.
La operación dura entre 15 minutos y una hora.
El bebé debería poder volver a casa uno o dos días después. Los bebés suelen volver a comer con normalidad enseguida, pero algunos pueden vomitar durante unos días.