Consejos para el cuidador de una persona que ha sufrido un ictus

Su ser querido ha sufrido un ictus. Estos consejos para el cuidador pueden ayudarle a recorrer el camino.

En 2005, después de que su marido, Don, sufriera un ictus, Kathi Koll recibió un curso intensivo de cuidados. Había cuidado de sus padres en el pasado, pero esto era diferente.

"Nuestras vidas cambiaron por completo de la noche a la mañana", dice. Don no podía moverse, respirar sin un respirador, hablar o comer.

Koll, que ahora dirige una organización que da apoyo a los cuidadores, se encontró rápidamente con que tenía que tomar decisiones médicas, buscar apoyo y encontrar atención a domicilio. "Se convirtió en un constante ajetreo de actividades y necesidades", recuerda.

"Lo que me ayudó fue frenar y respirar, mantener la mente clara y simplificar las cosas", dice.

Si estás cuidando a alguien que ha sufrido un ictus, aprende a recibir el apoyo que necesitas mientras le ayudas a... progresar.

Esté informado

Averigüe todo lo que pueda sobre el estado de su ser querido. Haga preguntas en el hospital y en la consulta del médico. Familiarícese con su plan de tratamiento y sus medicamentos. Tome notas.

En casa, organice sus necesidades médicas diarias. Haz una lista de medicamentos y llévala a todas las citas. Los pastilleros diarios y semanales pueden ayudarte a llevar un control, o consulta aplicaciones que te ayuden a mantenerte organizado.

Crea un equipo

"Mantenga una estrecha relación con su médico de cabecera y con cualquier coordinador", dice Heather Duggan, enfermera titulada, coordinadora de accidentes cerebrovasculares del Centro de Accidentes Cerebrovasculares Certificado de Primaria del Hospital Danbury/New Milford de Connecticut.

Su ser querido, sus médicos y usted son socios en su cuidado. Hable de lo que va a ocurrir a continuación. Tome las decisiones en equipo. Mantenga a la familia y a los amigos cercanos informados.

Esté preparado para una emergencia

Conozca los síntomas de un ictus, como una cara que se cae, un brazo que se desplaza hacia abajo o un habla arrastrada o extraña. Busque ayuda médica de inmediato si nota alguno de ellos.

Pida a los trabajadores de emergencias que lleven a su ser querido a un centro de ictus designado. "Es una verdadera virtud el traslado rápido a un hospital experto en accidentes cerebrovasculares", dice el doctor Stephen Hoffmann, de Framingham, MA. Los paramédicos pueden llamar a Urgencias con antelación para que estén preparados para su llegada.

Vigilar la depresión

"Es un momento vulnerable para los pacientes cuando salen del hospital", dice Duggan. Es posible que necesiten tiempo para aceptar lo ocurrido y adaptarse a la vida actual.

Si notas signos de que se sienten deprimidos, habla con su médico. "La depresión es común y puede dificultar la recuperación", dice.

Esté atento a síntomas como estos en su ser querido:

  • Estado de ánimo deprimido o ansiedad

  • Se siente desesperado o culpable

  • Pérdida de interés por las actividades

  • Fatiga o cambios en el sueño

  • Menos interés por la higiene o el sexo

  • Problemas de concentración

  • Cambios en el apetito

  • Se pone inquieto o irritable

  • Tiene pensamientos de muerte

Agudiza tus habilidades de comunicación

Después de un ictus, es posible que su ser querido no pueda hablar como lo hacía antes. Es posible que piense y oiga con claridad, pero que tenga problemas para comunicarse.

Cuando hable, sea claro y específico. No tiene que hablar más alto, pero hablar más despacio puede ayudar. Sé siempre directo y sincero.

Escuche bien. Intenta ser paciente. Si no funciona, tómate un descanso y vuelve a intentarlo más tarde.

Modifica tu casa

Después de un ictus, el hogar suele ser el mejor lugar para estar. Eso es porque es familiar y cómodo, dice Duggan.

Haz cambios para que tu casa sea más segura y fácil de recorrer. Prepara un dormitorio en la planta baja. Retire las alfombras de la zona. Prepara el camino para que se levanten, enciendan una luz y lleguen al baño con seguridad. Considera la posibilidad de adquirir una rampa para sillas de ruedas, un salvaescaleras o un sillón o cama ajustable.

Anímale a moverse

El movimiento fortalece y evita la rigidez. Además, enseña al cerebro a aprender nuevas vías?

"Es como el viejo dicho: Si no lo mueves, lo pierdes", dice Duggan.

Organiza tu día

Koll llevaba un calendario de las actividades diarias de su marido que incluía cosas como la hora del baño, la fisioterapia y las visitas de los amigos.

"Si tuviera que volver a hacerlo, bloquearía tiempo todos los días para mí", dice. "El cuidador también tiene que estar en el horario".

Para sacar tiempo para uno mismo, considere la posibilidad de recurrir a una guardería para adultos, a programas de comidas, a ayudantes de salud en el hogar, a asistencia de ama de casa o a cuidados de relevo a corto plazo.

Ponga sus patos en fila

Haz una lista de comprobación que cubra la logística. ¿Tienes transporte? Qué cubre el seguro? Hay asuntos legales, financieros y de negocios en los que debes trabajar? Necesitas ayuda con las tareas domésticas y los cuidados?

Muchas familias se sorprenden de la carga financiera. Si necesita ayuda, hable con un abogado especializado en el cuidado de personas mayores. Ellos pueden ayudarle a entender cuestiones sobre los pagos por discapacidad y la seguridad social.

Espere altibajos

Es normal que su ser querido tenga una gama de emociones. Puede estar animado y feliz un minuto, y al siguiente triste o retraído.

Koll recuerda los momentos de mayor carga emocional. "Retroceder y tomarnos un tiempo a solas siempre nos ayudó a volver, disculparnos y seguir adelante", dice.

Conéctate

Busca un grupo de apoyo para pacientes con ictus y sus familias. Conectarse puede ayudarle a sentirse menos aislado, a manejarse mejor y a aprender de las experiencias de los demás.

El médico, el hospital o el centro religioso de su ser querido pueden indicarle la dirección correcta. También puede encontrar apoyo en Internet.

Con el tiempo, Koll aprendió el valor de recibir apoyo de los demás. Ahora, con el grupo de apoyo a cuidadores que creó, la Fundación Kathi Koll, se dedica a dar. Ayuda a las personas que no siempre tienen sus propias necesidades como prioridad: los cuidadores.

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