Ayuda para los cuidadores: Signos de que la necesita y dónde conseguirla

Cuidar no es un trabajo de una sola persona, y cuanto antes consiga ayuda, mejor. El médico le muestra los signos más comunes de que necesita ayuda y las opciones a las que puede recurrir.

No importa lo bien organizado que esté y lo bien que se atienda a sí mismo y a su ser querido, puede llegar a un punto en el que sólo necesite ayuda.

Cuidar no es un trabajo de una sola persona. Aunque empiece así, las cosas pueden cambiar. Un cambio en el estado de su ser querido puede suponer nuevas exigencias físicas o cuidados médicos para los que usted simplemente no tiene la fuerza o las habilidades necesarias. O bien, la carga mental y emocional puede ser demasiado.

Cuanto antes busque ayuda, mejor. Si esperas demasiado, corres el riesgo de agotarte. Por eso es útil conocer las señales que indican que ha llegado el momento de pedir ayuda y saber a dónde acudir para conseguirla.

Señales de que necesitas ayuda

Es posible que notes estas señales de advertencia temprana de que estás cerca de tu punto de inflexión y necesitas ayuda:

  • El nivel de ansiedad aumenta

  • Sentirse deprimido

  • Cada vez más, ignoras otras responsabilidades y no te tomas tiempo para ti mismo

  • Mal genio

  • Empezar a beber, fumar o comer más

  • Cansancio y sensación de agotamiento

  • Problemas para dormir

Si ignoras estas advertencias, puedes empezar a ver signos más preocupantes que significan que te estás quemando, como:

  • No puede concentrarse

  • Los cuidados se apoderan de tu vida

  • Coge resfriados todo el tiempo

  • Sentirse desesperado y como si nunca fuera a terminar

  • Dificultad para relajarse, incluso cuando se recibe ayuda

  • Poca energía, incluso después de dormir o tomar un descanso

  • Menos interés en su trabajo o carrera.

  • Dejar de ver a los amigos

Empezar con una lista de necesidades

Hacer una lista de necesidades puede garantizar que recibas el tipo de ayuda adecuado. También es útil cuando alguien pregunta qué puede hacer por ti. Sólo tienes que sacar tu lista y mostrarles en qué pueden ayudar.

Cuando pienses en las necesidades, asegúrate de cubrir áreas como:

  • Hogar: cocinar, limpiar, lavar la ropa, hacer la compra y pagar las facturas

  • Médico: gestionar los medicamentos, las citas y el seguro

  • Personal: ayudar a su ser querido a bañarse, comer, asearse e ir al baño

  • Social: alguien con quien hacer compañía a su ser querido y realizar actividades

Dónde acudir en busca de ayuda

Una vez que sepas qué tipo de ayuda necesitas, puedes centrarte en cómo conseguirla. Es posible que tengas amigos y familiares que puedan apoyarte. Si no es así, tal vez pueda contratar a alguien o encontrar voluntarios y grupos de apoyo a los cuidadores.

La familia y los amigos. La familia y los amigos pueden encargarse de las comidas, los recados, las citas con el médico, el cuidado personal y de hacer compañía a su ser querido, cualquier cosa que le dé un respiro. Intente crear un horario que incluya estos descansos en su semana.

A veces, lo más difícil es pedirlo. Recuerde que usted es el que mejor conoce sus necesidades: lo hace todos los días. Pero los demás no, así que sé sincero sobre lo que necesitas. Incluso los hermanos o amigos que viven lejos pueden ayudarte con las llamadas telefónicas, las facturas, el papeleo o las visitas para comprobar que estás bien.

Cuando pidas ayuda, tal vez quieras:

  • Elegir un buen momento en el que la persona a la que le pides ayuda no esté estresada o cansada.

  • Mantén conversaciones individuales para repasar tu lista de necesidades.

  • Señala dónde puede ayudar alguien en función de sus habilidades, como por ejemplo que tus hermanos sean unos grandes cocineros.

  • Pregúntales si quieren ayudar y en qué medida quieren participar.

  • Sé directo y específico en lo que pides: Necesito un descanso los miércoles. Puedes estar aquí de 1 a 4 de la tarde?

Servicios de la comunidad. Es posible que haya servicios justo en tu comunidad que puedan ayudarte también. Algunos pueden ser gratuitos o estar cubiertos por el seguro, como:

  • Organizaciones fraternales. Grupos como las logias Elks y Moose a veces ofrecen chequeos telefónicos, visitas y paseos a sus miembros.

  • Comunidades religiosas. Algunas tienen voluntarios que pueden hacer compañía a su ser querido.

  • Apoyo a los veteranos. Si su ser querido es un veterano, puede obtener ayuda financiera para servicios como la atención en un hogar de ancianos o el cuidado diurno de adultos.

  • Servicios de transporte. Algunas comunidades ofrecen viajes gratuitos o de bajo coste para ir a las citas con el médico, al centro de día para adultos y a otros lugares.

  • Grupos de apoyo. Pida a su médico o a la Agencia Local para el Envejecimiento información sobre grupos de apoyo. Ellos podrán indicarle grupos para cónyuges, veteranos, hijos, etc.

Servicios a domicilio. La ayuda profesional a domicilio, como los auxiliares de enfermería o los asistentes sanitarios a domicilio, es otra opción. Pueden ayudar a vestirse, bañarse, alimentarse y a prestar cuidados médicos básicos, como tomar la tensión arterial.

También puede contar con fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales, trabajadores sociales y enfermeros que le ayuden en su casa. También puede pensar en otros servicios básicos que pueden ir a su casa, como el aseo de perros, la peluquería y la entrega de alimentos.

Guardería para adultos. Esta puede ser una gran opción tanto para ti como para tu ser querido. Usted obtiene un descanso regular y algo de tranquilidad. Su ser querido obtiene un valioso tiempo social y actividades fuera de casa. Es una ventaja para todos.

Programas de respiro y residenciales. A veces, puede necesitar más que unas pocas horas. Tal vez necesite una noche o más. Los centros de acogida, los hospitales, las residencias de ancianos y otras instalaciones ofrecen a veces cuidados nocturnos, ya sea en caso de emergencia o como algo planificado.

Residencias de ancianos. En algún momento, su ser querido puede necesitar cuidados las 24 horas del día. Ese momento puede llegar antes de lo que usted piensa. No es que usted haya fallado en algo, es que la enfermedad o la discapacidad pueden llegar a un punto en el que lo mejor es dejar de cuidarlo en casa.

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