Enfermedades del corazón: El coste de las facturas médicas y la incapacidad

Las enfermedades del corazón no sólo afectan a su salud. Puede acabar con la economía de su familia y limitar su capacidad de trabajo. Un resumen de los costes médicos de las enfermedades del corazón y consejos para protegerse.

Las enfermedades del corazón pueden afectar a algo más que a su salud. También puede afectar a sus finanzas.

He aquí un resumen de los costes de las enfermedades del corazón, y algunos consejos sobre cómo puede proteger su cartera.

El alto coste de las enfermedades del corazón

En 2010, el coste de las enfermedades cardiovasculares en Estados Unidos fue de unos 444.000 millones de dólares. Eso incluye los costes del tratamiento de:

  • Afecciones cardíacas

  • Accidente cerebrovascular

  • Enfermedad arterial periférica

  • Hipertensión arterial

El tratamiento de estas enfermedades supone 1 de cada 6 dólares que se gastan en sanidad en Estados Unidos.

Costes médicos directos.

Tras un infarto, hay gastos inmediatos, como:

  • Ambulancia

  • Pruebas de diagnóstico

  • Gastos de hospitalización

  • Posible cirugía

El mantenimiento a largo plazo de las enfermedades del corazón también es caro. Los costes incluyen:

  • Medicamentos

  • Pruebas

  • Citas con el cardiólogo

Costes indirectos.

Los mayores costes indirectos son la pérdida de productividad y de ingresos, aunque muchas personas pueden volver a trabajar unos meses después de sufrir un infarto.

Cómo protegerse de los costes médicos de las enfermedades del corazón

Esto es lo que puede hacer para protegerse a sí mismo y a su familia de los costes financieros de las enfermedades del corazón:

Busque medicamentos más baratos.

Pregunte a su médico o farmacéutico si hay sustitutos genéricos que puedan funcionar igual de bien pero que cuesten menos. Muchas compañías farmacéuticas también ofrecen programas de asistencia que le permitirán obtener medicamentos con descuento.

Consulta tu póliza de seguro médico.

"Lo más importante que puedes hacer para protegerte es asegurarte de que tienes un seguro médico adecuado", dice el cardiólogo Paul A. Heidenreich, MD, profesor asociado de medicina en la Universidad de Stanford. Conozca exactamente lo que cubre su póliza.

La ley de reforma sanitaria impedirá que las aseguradoras rechacen la cobertura por enfermedades cardíacas u otras afecciones preexistentes. Esto se aplicará a partir de 2014.

Considere la posibilidad de un seguro de invalidez.

Si estás sano ahora, contratar un seguro de incapacidad podría ser una idea inteligente. Reemplazará parte de tus ingresos perdidos si alguna vez quedas discapacitado por una enfermedad cardíaca u otra condición y no puedes trabajar... Encuentra más información sobre las condiciones cardíacas que califican para la discapacidad.

Si ya ha sufrido un infarto o le han diagnosticado una enfermedad cardíaca, conseguir un seguro de incapacidad será más difícil y costará más. Algunas pólizas podrían seguir estando disponibles, pero podrían excluir cualquier problema de salud relacionado con una enfermedad cardíaca.

Cómo prevenir y tratar las enfermedades del corazón

Puede ayudar a reducir el riesgo de padecer una enfermedad cardíaca -y los costes médicos que conlleva- realizando cambios en su estilo de vida. Incluso si ya ha desarrollado una enfermedad cardíaca, no es demasiado tarde. Los cambios en el estilo de vida aún pueden tener un gran impacto, dice Heidenreich.

Prueba estos consejos:

Haz más actividad física.

El ejercicio regular puede ayudarte:

  • Reducir la presión arterial

  • Mejorar los niveles de colesterol

  • Controlar el peso

  • Disminuir el riesgo de enfermedades del corazón

La Asociación Americana del Corazón recomienda al menos 150 minutos de actividad física moderada cada semana. Eso podría ser 30 minutos de ejercicio moderado a vigoroso -como caminar a paso ligero o andar en bicicleta- cinco días a la semana.

Mejora tu dieta.

Come más alimentos de origen vegetal y menos de origen animal. Es una forma sencilla de reducir las grasas poco saludables de tu dieta.

Practica también la moderación. "No se trata sólo de lo que comes, sino de la cantidad", dice Heidenreich. Por muy saludable que sea un alimento, comer demasiado te hará ganar peso.

Come menos sal.

El sodio contribuye directamente a la hipertensión arterial, que a su vez provoca enfermedades cardiovasculares. Un estudio de 2010 estima que si todos los habitantes de Estados Unidos redujeran la cantidad de sal que consumen cada día en 1/2 cucharadita se evitarían entre 54.000 y 99.000 infartos al año.

Reducir la sal no es fácil. Empieza por reducir gradualmente la cantidad que añades a los alimentos, dice Heidenreich. Presta también atención al sodio en las etiquetas nutricionales. Los alimentos envasados o procesados representan entre el 75% y el 80% de la sal que ingerimos.

Estresarse menos.

Los investigadores no están seguros de cómo el estrés crónico contribuye a las enfermedades cardíacas, pero ambas están relacionadas. Haz lo que puedas para limitar la tensión en tu vida. Pruebe técnicas de reducción del estrés como:

  • Ejercicios de respiración

  • Meditación

  • Yoga

Controlar otros factores de riesgo.

Si tiene factores de riesgo de enfermedad cardíaca, como presión arterial alta, colesterol alto o diabetes, trabaje con su médico para controlarlos. Si fuma, debe dejar de hacerlo.

"Dejar de fumar es la forma más importante de reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular", afirma Heidenreich.

Por supuesto, muchos de nosotros ya hemos visto -e ignorado- las sugerencias de cambios en el estilo de vida para las enfermedades cardíacas. Sin embargo, realmente pueden marcar la diferencia. Heidenreich calcula que si todo el mundo hiciera algunos cambios sensatos en su estilo de vida, el número de infartos de miocardio en EE.UU. se reduciría en un 63% en los próximos 30 años.

Para proteger su salud -y proteger sus finanzas-, puede ser una buena idea hacer cambios en su forma de vida. La cuota mensual de un gimnasio puede parecer un poco cara para su presupuesto. Pero comparado con el millón de dólares que podría costar un tratamiento de por vida para la enfermedad coronaria, es un buen negocio.

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