La lucha contra la discriminación por razón de edad en la asistencia sanitaria

Cuando más de 10.000 personas cumplen 65 años cada día, es fundamental que se ponga de manifiesto la discriminación por razón de edad y las formas de combatirla.

Dado que más de 10.000 de nosotros cumplen 65 años cada día, es fundamental que hagamos hincapié en la discriminación por motivos de edad y en las formas de combatirla. Es una forma de honrar las inestimables e insustituibles contribuciones que los adultos mayores hacen cada día para enriquecer nuestra sociedad y nuestra cultura. Y para los que trabajamos en la Fundación John A. Hartford, es fundamental para el esfuerzo más amplio de mejorar la atención a las personas mayores.

Los peligros de la discriminación por edad en nuestro sistema sanitario

La investigación... durante las dos últimas décadas ha implicado el edadismo en el tratamiento insuficiente y excesivo de los pacientes mayores, ya que demasiados médicos confunden las condiciones médicas agudas con el envejecimiento normal. Otros ignoran que el dolor, la ansiedad y la depresión son inevitables a medida que envejecemos (no lo son) o consideran inconscientemente que las personas mayores son menos dignas o menos importantes que sus homólogos más jóvenes (definitivamente no lo son).

Un ejemplo clásico es la infradetección del maltrato a los mayores, cuando, por ejemplo, los médicos atribuyen los moratones a los efectos secundarios de la medicación en lugar de esforzarse por asegurarse de que no hay violencia familiar. Otra es la suposición de que todos los adultos mayores se vuelven confusos y olvidadizos... cuando un tumor cerebral puede ser el verdadero problema.

Estas visiones negativas e inexactas de las personas mayores obstaculizan sistemáticamente nuestra capacidad para reclutar enfermeras, médicos y otros profesionales de la salud en los tipos de atención que se centran en los adultos mayores. El resultado: Nuestro personal sanitario carece a menudo de los conocimientos y la experiencia necesarios para tratar a un grupo de pacientes que representa el 35% de todas las estancias hospitalarias y el 27% de todas las consultas médicas. Y... aunque más de 4 de cada 10 personas mayores toman cinco o más medicamentos, los ensayos clínicos suelen excluir a los pacientes mayores con múltiples enfermedades crónicas, por lo que podemos juzgar mal los peligrosos efectos de los medicamentos en esta importante población de pacientes.

Los investigadores señalan que las personas con expectativas más positivas sobre el envejecimiento viven más tiempo, experimentan menos estrés y están más dispuestas a hacer ejercicio y comer mejor. Por el contrario, las percepciones negativas del envejecimiento, amplificadas por los estereotipos negativos y poco útiles de la cultura popular, pueden reforzar los comportamientos autodestructivos que nos hacen más vulnerables a la enfermedad y la discapacidad.

Desarrollar un sistema de salud amigable con la edad

A lo largo del último siglo, nuestro sistema sanitario ha demostrado constantemente una impresionante capacidad de adaptación y de encontrar soluciones innovadoras a problemas difíciles. De cara al futuro, necesitamos un esfuerzo intenso para crear un sistema de salud amigable con la edad en el que todos los adultos mayores y sus familias sientan que la atención que reciben es la que desean y que se sientan respetados en el proceso.

Necesitamos una atención sanitaria basada en la experiencia del envejecimiento, dedicada a la atención centrada en la persona y la familia y capaz de proporcionar servicios coordinados en el hospital, la clínica, el hogar y la comunidad. Esta labor no es sencilla ni fácil. Concienciar sobre la discriminación por motivos de edad y abordarla en todo el sistema sanitario y en toda la sociedad es un paso fundamental para ofrecer la atención que todos queremos y merecemos cuando envejecemos.

Para obtener más recursos sobre la atención adaptada a la edad, visite johnahartford.org/agefriendly.

(Una versión de este artículo, por Terry Fulmer, PhD, RN, FAAN, presidente de The John A. Hartford Foundation, apareció originalmente en Next Avenue).

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