Consejos para mantener sano a su ser querido: Nutrición, seguridad de los medicamentos y ejercicio

El médico tiene consejos para los cuidadores que les ayudarán a mantener sano a su ser querido.

Atención médica. Asegúrese de que su ser querido acuda a todas sus citas médicas. Acompáñelo a algunas de ellas para que pueda estar al tanto del tratamiento y ser su defensor.

Elabore una lista de preguntas y preocupaciones para discutir con el médico de antemano. ¿Ha notado algún síntoma nuevo? ¿Hay algún medicamento que cause efectos secundarios? Es posible que notes cosas que tu ser querido no se da cuenta o se olvida de preguntar.

Seguridad de los medicamentos. Muchas personas mayores toman muchos medicamentos. Es fácil confundirse, saltarse una dosis de un medicamento y tomar una dosis doble de otro. Puedes simplificar el proceso.

Consigue un pastillero semanal grande y fácil de leer y ayúdales a organizarlo. Utiliza temporizadores o alarmas para recordar a tu ser querido que debe tomar la medicación. Y si su horario de medicación es demasiado complicado, pregunta a su médico si puede simplificarlo utilizando diferentes fármacos o dosis.

Actividad física. Anima a tu familiar a mantenerse activo. El ejercicio puede mejorar su salud, su fuerza, su sueño y su estado de ánimo, y puede reducir el riesgo de caídas.

Pruebe a dar pequeños paseos por el vecindario o a nadar en la piscina comunitaria. Si eso no les atrae, anime a realizar una actividad como la jardinería. Por supuesto, siempre es una buena idea consultar con el médico de su ser querido antes de iniciar cualquier tipo de programa formal de ejercicios.

Salud mental. Esté atento a los signos de depresión y ansiedad, y no asuma que los problemas mejorarán por sí solos. Es posible que notes cambios en sus emociones. Sus sentimientos pueden pasar de estar muy tristes un día, a estar alegres al siguiente y a estar enfadados después. Estos cambios son menos frecuentes y se suavizan con el tiempo, pero pueden durar años.

Debes respetar su situación y animarles a que se cuiden.

Puedes hacerlo:

  • Ocuparte de sus necesidades físicas.

  • Asegúrate de que se alimentan bien, duermen lo suficiente y hacen ejercicio, y toman cualquier medicamento.

  • Anímelos a ver a sus amigos.

  • Fomente el asesoramiento, ya sea con un terapeuta, un clérigo (si la persona es religiosa) o un trabajador social.

Puedes hablar con el médico de tu ser querido para que te ayude un terapeuta.

Buena alimentación. Anime a su ser querido a llevar una dieta saludable. Cuando haga la compra, elija alimentos nutritivos y fáciles de preparar.

Tú y otros cuidadores podéis llevar comidas congeladas que hayáis preparado para recalentar en el microondas o en el horno. Sólo asegúrate de que estén claramente etiquetados y fechados. También deberías echar un vistazo a la nevera y a los armarios para asegurarte de que tu ser querido no corre el riesgo de comer alimentos que se hayan estropeado.

Joyas de identificación médica. Consiga a su ser querido una pulsera o colgante de alerta que incluya su nombre y la información médica clave en caso de emergencia.

También puedes considerar la posibilidad de contratar un servicio que proporcione joyas médicas con una alarma que pueda llamar a la ayuda de emergencia.

Dispositivos útiles. Comprueba si tu ser querido tiene problemas para realizar tareas básicas, como usar un abrelatas o abrir el grifo. Unas herramientas sencillas y a menudo poco costosas pueden ser una solución fácil. Los extensores de alcance permiten a las personas coger cosas en alto sin tener que subirse a una silla y arriesgarse a una caída. Los utensilios de cocina especiales con asas grandes son mucho más fáciles de usar para las personas con artritis.

Seguridad. Examina detenidamente el espacio vital de tu ser querido para detectar cualquier riesgo. Asegúrate de que no haya peligros de tropiezo, como alfombras sueltas o montones de papeles.

Sustituye las bombillas fundidas y mantén las habitaciones bien iluminadas. Si tiene Alzheimer, es posible que tengas que hacer cambios más importantes, como poner cerraduras en algunos armarios y quitar los pomos de la cocina.

Ayuda para el transporte. Si no estás seguro de que tu ser querido esté bien para conducir, puedes pedirle al médico que te haga una evaluación de seguridad al volante y pruebas de visión, pensamiento o memoria.

Puede ser difícil para alguien entregar las llaves del coche, incluso si está claro que ya no puede conducir. En realidad, no se trata de conducir. Es la pérdida de independencia. Para muchos, conducir les mantiene activos e involucrados en sus comunidades. No poder desplazarse por sí mismos lo cambia todo.

Si el médico cree que su familiar puede conducir pero usted sigue preocupado, puede sugerirle algunas cosas que pueden aliviar su estrés.

  • Acuerde que su ser querido conduzca sólo durante el día.

  • Asegúrate de que el coche está en buen estado.

  • Haz que los viajes al supermercado sean algo que hagáis juntos cada semana.

  • Ofrézcase a llevar a su ser querido para que se someta a exámenes periódicos de la vista y de la salud.

  • Pedir a su médico que revise sus medicamentos, tanto los de venta libre como los recetados, para reducir los efectos secundarios.

  • Planifica las rutas con antelación.

  • Busque una clase de seguridad al conducir para adultos mayores, y anime a su ser querido a tomar una.

  • Mantén la radio baja o apagada, e insiste en que no se use el móvil ni se coma mientras se conduce.

Si has decidido que estarían más seguros sin ponerse al volante, habla con ellos sinceramente sobre los motivos por los que deberían dejar de conducir. Sugiéreles formas de desplazarse en su lugar, para que sigan siendo lo más independientes posible. Algunas iglesias ofrecen a las personas mayores transporte de ida y vuelta a los servicios. Averigua si hay transporte público o un servicio de autobús para personas mayores que puedan utilizar. En muchas ciudades también hay servicios de transporte compartido.

Mejoras en el hogar. Unos sencillos cambios en la casa de tu ser querido pueden permitirle vivir de forma independiente durante más tiempo. Algunos arreglos son relativamente baratos, como añadir pasamanos al baño o sustituir los pomos de las puertas por pomos más fáciles de abrir. También hay mejoras más caras y complejas que puedes considerar, como la instalación de un salvaescaleras.

En algunos casos, la casa en la que han vivido y amado durante años podría no funcionar tan bien para ellos ahora.

Por ejemplo, tu madre puede necesitar un dormitorio y un baño en la primera planta para no tener que subir escaleras. Puede que necesite un poco de ayuda y se sienta preparada para mudarse contigo o con otros familiares. Si con el tiempo necesita más cuidados médicos o personales de los que puede proporcionarle tu familia, podrías hablar de un espacio de vida asistida o de una residencia de ancianos especializada.

Habla con su médico o con un trabajador social sobre los cambios a realizar.

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