¿Te muerdes las uñas? Descubre cuál puede ser la causa de este mal hábito y cómo acabar con él.
También puede ser culpa de tus padres: Los científicos no están seguros de que morderse las uñas sea algo genético, pero los niños cuyos padres se muerden las uñas son más propensos a mordérselas también. Los estudios demuestran que esto ocurre incluso si los padres dejan de hacerlo antes de que nazca su hijo.
A veces, morderse las uñas puede ser un signo de estrés emocional o mental. Suele aparecer en personas nerviosas, ansiosas o deprimidas. Es una forma de hacer frente a estos sentimientos.
También es posible que lo hagas cuando estás aburrido, tienes hambre o te sientes inseguro. La mayoría de las veces, morderse las uñas es algo automático: lo haces sin pensar.
Razones para dejar de hacerlo
Morderse las uñas no suele causar daños permanentes. Pero definitivamente tiene sus desventajas:
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Puede hacer que tus uñas crezcan de forma extraña. Si se daña el tejido que rodea las uñas, éstas pueden dejar de crecer como deberían. Esto hace que tengas unas uñas de aspecto anormal.
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Puede estropear tu sonrisa. Puedes astillarte, agrietarte o romperte los dientes cuando te muerdes las uñas. Con el tiempo, morderse las uñas puede incluso causar problemas de mandíbula.
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Puede hacer que enfermes. Las manos son un caldo de cultivo para los gérmenes, y las uñas son su escondite perfecto. Si te metes los dedos en la boca varias veces al día, aumentan las posibilidades de enfermar. Además, el daño en la piel que puedes causar al morderte las uñas crea una forma fácil de que los gérmenes entren.
Prevención
Puede que no veas un cambio de la noche a la mañana, pero con un poco de tiempo y esfuerzo, puedes acabar con el hábito de morderte las uñas.
Prueba estos consejos:
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Acórtalas. Si no hay suficiente uña para agarrar con los dientes, no se sentirá tan satisfactorio cuando lo intente.
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Recubrirlas con un mal sabor. Hay esmaltes especiales con un sabor amargo que puedes pintar en tus uñas. El terrible sabor hará que te lo pienses dos veces antes de masticar.
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Derrocha en manicura. Gastar dinero y tiempo en un salón de manicura te dará tanto unas uñas bonitas como una razón para mantenerlas así.
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Usa guantes. Puede parecer una tontería, pero si no puedes llegar a las uñas, no puedes morderlas. Si los guantes no te sirven para tu día a día, puedes buscar pegatinas hechas para cubrir las uñas, que pueden tener el mismo efecto.
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Encuentra tus desencadenantes. Fíjate en cómo te sientes o qué haces cuando te muerdes las uñas. Una vez que sepas qué es lo que te impulsa a morderte las uñas, puedes intentar encontrar otras formas de afrontarlo.
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Mantén las manos o la boca ocupadas. Busca algo con lo que juguetear: una bola de estrés, una piedra de la preocupación o incluso un bolígrafo para hacer clic. Mastica chicle para que tu boca tenga trabajo. Dale a tu energía de morderte las uñas otro lugar al que ir.
Si tienes problemas con el enfoque del "mono", hazlo poco a poco. Márcate pequeños objetivos. Intenta dejar de morderte las uñas de la mano derecha durante una semana. O empieza por algo más pequeño: Elige una uña para no morderla, como el pulgar. Una vez que lo hayas hecho durante un tiempo, pon otra uña en la zona de no morder. Sigue así hasta que todos los dedos estén prohibidos.
Si sigues teniendo problemas después de probar varios métodos, habla con tu médico para saber si la terapia es una buena opción para ayudarte a llegar al fondo del problema y eliminar el hábito de morderte las uñas.