Los niños son menos propensos a meterse en líos, y a menudo sacan mejores notas, cuando la familia cena junta regularmente.
Las actividades extraescolares, las jornadas de trabajo tardías, los largos desplazamientos al trabajo... no es de extrañar que pocas familias cenen juntas. Sin embargo, los estudios demuestran que la hora de la cena en familia es una parte importante de la vida sana.
Cuando las familias cenan juntas, tienden a comer más verduras y frutas, y menos alimentos fritos, refrescos y alimentos con grasas trans, según muestran las investigaciones. Cuando los niños más pequeños cenan con frecuencia con sus familias, tienen menos probabilidades de tener sobrepeso que otros niños. Esto tiende a cambiar en la adolescencia, cuando es menos probable que coman en casa.
Se trata de un problema grave, ya que las estadísticas muestran que casi uno de cada cinco niños de entre 6 y 19 años en Estados Unidos tiene sobrepeso. Esto les expone a un mayor riesgo de padecer muchos problemas de salud en el futuro, como enfermedades cardíacas, hipertensión y diabetes, además de problemas emocionales.
"Una de las formas más sencillas y eficaces de que los padres se impliquen en la vida de sus hijos adolescentes es celebrando cenas familiares frecuentes", afirma Joseph Califano Jr, presidente del Centro Nacional sobre Adicción y Abuso de Sustancias de la Universidad de Columbia (CASA).
CASA informó recientemente sobre una encuesta telefónica nacional realizada a 1.000 adolescentes y 829 padres de adolescentes. Cenar en familia ayudó a los niños de muchas maneras. Les ayudaba a sacar mejores notas y les mantenía alejados de los cigarrillos, el alcohol y la marihuana, entre otras cosas.
10 beneficios de las cenas familiares
Recogiendo todos los beneficios de las cenas familiares frecuentes:
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Todos comen más sano.
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Los niños tienen menos probabilidades de tener sobrepeso u obesidad.
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Los niños tienen más probabilidades de no fumar.
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Es menos probable que beban alcohol.
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No es probable que prueben la marihuana.
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Es menos probable que consuman drogas ilícitas.
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Es probable que los amigos no abusen de los medicamentos recetados.
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Las notas escolares serán mejores.
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Usted y sus hijos hablarán más.
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Será más probable que te enteres de un problema grave.
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Los niños sentirán que estás orgulloso de ellos.
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Habrá menos estrés y tensión en casa.
10 Consejos para organizar las cenas familiares
¡No dejes que esta misión te parezca desalentadora! Incluso las comidas más sencillas -como la pizza por encargo- pueden considerarse cenas familiares. El objetivo es que todos se sienten a la mesa y pasen un buen rato juntos, no forzar a mamá a ponerse en plan June Cleaver o Carol Brady. Estos son los consejos para lograrlo:
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Fija un objetivo. Dos veces a la semana, quizás? Construye a partir de ahí.
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Hazlo de forma sencilla. Las comidas familiares no tienen por qué ser elaboradas. Incluya ensaladas y verduras en las comidas. Céntrate en los platos favoritos, como el chili o las frittatas.
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Prepárate. Tenga a mano los ingredientes para las comidas saludables, incluyendo muchas frutas y verduras.
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Ten a mano "aperitivos" saludables. Abastece la cocina con frutas frescas, frutos secos y queso bajo en grasa, cosas que los niños puedan picar después del colegio, en lugar de patatas fritas.
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Haz que la familia participe. Deja que los niños ayuden a preparar las comidas y a poner la mesa.
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Utiliza la olla de cocción lenta. Prepara todo antes de salir al trabajo por la mañana. Llegarás a casa con el delicioso olor de una comida cocinada.
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Coge comida para llevar, pide una pizza o come fuera. Sigue contando como tiempo de calidad que pasan juntos.
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Evita la distorsión de las porciones. Mantén el tamaño de las porciones bajo control, tanto si estás en casa como si comes fuera.
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Haz que sea agradable. Deja las discusiones serias para otro momento. Las comidas familiares son para alimentarse, reconfortarse y apoyarse.
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Prepara el ambiente. Poner música relajante. Poner flores en la mesa. Enciende una vela. Crea un ambiente relajante.
Esta es otra pista: ¡no se permite ver la televisión ni contestar al teléfono! Es el momento de escucharse unos a otros, de compartir las historias del día y de alimentar la conexión familiar.