médico ofrece consejos para ayudar a un bebé que regurgita.
Dado que la regurgitación es normal en los bebés, no es necesario ningún tratamiento si el niño está por lo demás sano, gana peso y alcanza los hitos adecuados. Sin embargo, algunos cambios en la técnica de alimentación pueden ayudar a reducir el número de episodios o la cantidad de regurgitaciones.
Las siguientes técnicas de alimentación pueden ayudar con la regurgitación:
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Haga eructar al bebé con frecuencia (después de cada 1-2 onzas) para evitar la acumulación de aire en el estómago.
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Alimenta más despacio o utiliza una tetina de biberón más pequeña para que el contenido del estómago tenga más tiempo para vaciarse en los intestinos.
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Tenga cuidado de no alimentar demasiado a la vez y de dejar de alimentar cuando el bebé parezca estar lleno.
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Espesar la leche con cereales también es una opción.
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Mantenga al bebé en posición vertical después de alimentarlo durante al menos 30 o 45 minutos, incluso si parece cansado o somnoliento. Esto permite que la gravedad ayude a evitar que el contenido del estómago suba.
Tratamiento médico
Si el niño se encuentra bien por lo demás, es posible que no sea necesario ningún tratamiento específico, aparte de las técnicas de alimentación mencionadas para el cuidado en casa. A medida que el niño madure, su músculo esofágico se desarrollará y la regurgitación pasará.
Ocasionalmente, en los casos más graves, la regurgitación puede ser tan frecuente que el niño no gane peso adecuadamente. Esto puede requerir pruebas específicas y un tratamiento más agresivo. Si las pruebas confirman la existencia de reflujo gastroesofágico, una afección en la que los ácidos del estómago suben al esófago, el tratamiento puede incluir medicación.