Es posible que no note ningún problema si padece una enfermedad renal crónica en sus primeras fases, ya que la mayoría de las personas no presentan síntomas. Esto es peligroso porque el daño puede producirse sin que usted se dé cuenta.
Si su enfermedad renal crónica ya está más avanzada, puede:
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Tener vómitos o sentir a menudo que va a
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Orinar con más frecuencia de lo normal o con menos frecuencia
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Ver espuma en el pis
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Tener hinchazón, sobre todo de los tobillos, e hinchazón alrededor de los ojos
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Sentirse cansado o con falta de aire todo el tiempo
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No tener ganas de comer
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No ser capaz de saborear mucho
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Tener calambres musculares, especialmente en las piernas
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Tener la piel muy seca y con picores
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Dormir mal
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Perder peso sin una razón obvia
Un niño con enfermedad renal crónica también puede sentirse agotado y con más sueño de lo habitual, tener menos apetito de lo normal y no estar creciendo como se espera.
Cuándo acudir al médico
Pida cita si nota alguno de los síntomas mencionados anteriormente. Podría haber otras causas posibles, pero tendrá que ver a su médico para averiguar cuál es el problema y qué tratamiento necesita.
Si está en situación de riesgo (por ejemplo, si padece hipertensión o diabetes, o si en su familia hay enfermedades renales), pregunte a su médico con qué frecuencia debe hacerse las pruebas. Es muy importante hacerlo para que los riñones funcionen lo mejor posible.