Absceso anal: Síntomas, causas y tratamientos

El médico explica qué es un absceso anal, qué lo provoca, cómo tratarlo y mucho más.

El tipo más común de absceso es el absceso perianal. Suele aparecer como una hinchazón dolorosa parecida a un forúnculo cerca del ano. Puede ser de color rojo y estar caliente al tacto. Los abscesos anales localizados en tejidos más profundos son menos comunes y pueden ser menos visibles.

La incisión quirúrgica y el drenaje es el tratamiento más común para todos los tipos de abscesos anales y suele tener éxito.

Alrededor del 50% de los pacientes con un absceso anal desarrollarán una complicación llamada fístula. Una fístula es un pequeño túnel que establece una conexión anormal entre el lugar del absceso y la piel.

En algunos casos, la fístula anal provoca un drenaje persistente. En otros casos, en los que el exterior de la abertura del túnel se cierra, el resultado puede ser la aparición de abscesos anales recurrentes. La cirugía es necesaria para curar casi todas las fístulas anales.

Causas de los abscesos anales

Un absceso anal puede tener muchas causas diferentes. Estas incluyen:

  • Una fisura anal, un desgarro en el canal anal, que se infecta

  • Infecciones de transmisión sexual

  • Obstrucción de las glándulas anales

Los factores de riesgo de los abscesos anales son:

  • Colitis

  • Enfermedad inflamatoria intestinal como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa

  • Diabetes

  • Diverticulitis

  • Enfermedad inflamatoria pélvica

  • Ser la pareja receptiva en el sexo anal

  • Uso de medicamentos como la prednisona

En el caso de los adultos, el uso de preservativos durante las relaciones sexuales, incluidas las anales, puede ayudar a prevenir los abscesos anales. Para los bebés y niños pequeños, el cambio frecuente de pañales y la limpieza adecuada durante el cambio de pañales puede ayudar a prevenir las fístulas anales y los abscesos perianales.

Síntomas de los abscesos anales

Los abscesos anales superficiales suelen estar asociados a:

  • Dolor, que suele ser constante, punzante y que empeora al sentarse

  • Irritación de la piel alrededor del ano, incluyendo hinchazón, enrojecimiento y sensibilidad

  • Secreción de pus

  • Estreñimiento o dolor asociado a las deposiciones

Los abscesos anales más profundos también pueden estar asociados a:

  • Fiebre

  • Escalofríos

  • Malestar

A veces, la fiebre es el único síntoma de los abscesos anales profundos.

Diagnóstico de los abscesos anales

Por lo general, una evaluación clínica -que incluye un examen rectal digital- es suficiente para diagnosticar un absceso anal. Pero algunos pacientes pueden requerir pruebas adicionales para detectar:

  • Infecciones de transmisión sexual

  • Enfermedad inflamatoria del intestino

  • Enfermedad diverticular

  • Cáncer de recto

En casos raros, se puede realizar un examen bajo anestesia. El médico también puede pedir una ecografía, una tomografía computarizada o una resonancia magnética.

Tratamiento de los abscesos anales

Es importante el drenaje quirúrgico rápido, preferiblemente antes de que el absceso erupcione. Los abscesos anales superficiales pueden drenarse en la consulta del médico con anestesia local. Los abscesos anales grandes o más profundos pueden requerir hospitalización y la asistencia de un anestesista.

Después del procedimiento, a la mayoría de las personas se les recetan medicamentos para aliviar el dolor. En el caso de personas por lo demás sanas, no suelen ser necesarios los antibióticos. Sin embargo, puede ser necesario administrar antibióticos a algunas personas, incluidas las que tienen diabetes o una inmunidad reducida.

A veces, la cirugía de la fístula puede realizarse al mismo tiempo que la cirugía del absceso. Sin embargo, las fístulas suelen aparecer entre cuatro y seis semanas después de drenar un absceso. A veces, la fístula puede no aparecer hasta meses o incluso años después. Por ello, la cirugía de la fístula suele ser un procedimiento independiente que puede realizarse de forma ambulatoria o con una breve estancia en el hospital.

Tras la cirugía de absceso o fístula, las molestias suelen ser leves y pueden controlarse con analgésicos. La pérdida de tiempo en el trabajo o la escuela es mínima.

Se suele aconsejar a los pacientes que sumerjan la zona afectada en un baño de agua caliente (sitz) tres o cuatro veces al día. Se pueden recomendar ablandadores de heces para aliviar las molestias de las deposiciones. A algunas personas se les puede aconsejar que lleven una gasa o una minipantalla para evitar que el drenaje ensucie su ropa.

Las complicaciones después de la cirugía pueden ser:

  • Infección

  • Fisura anal

  • Un absceso que regresa

  • La cicatrización

Después de que un absceso o fístula anal se haya curado correctamente, es poco probable que el problema vuelva a aparecer. Sin embargo, para evitar que lo haga, es importante seguir los consejos de tu médico o cirujano de colon y recto.

Hot