Qué hacer y qué no hacer con la hidratación de la piel

Todos queremos una piel suave y brillante. Averigua qué hacer -y qué no hacer- para mantener tu piel hidratada para que luzca y se sienta lo mejor posible.

La hidratación se refiere al agua. La piel necesita agua para darle fuerza y elasticidad, es decir, para que se vea y se sienta saludable.

Por suerte, tiene una barrera integrada para retener el agua. La capa más externa de la piel, llamada estrato córneo, está formada por células cutáneas muertas, llamadas corneocitos, apiladas como ladrillos. Las grasas, llamadas lípidos, actúan como un mortero. Esta "pared de ladrillos" celular ayuda a mantener la humedad dentro de las células.

El problema es que el sistema de bloqueo de la humedad no siempre funciona tan bien como debería.

"La barrera lipídica de algunas personas es más propensa a secarse", dice el Dr. Michael Cameron, profesor adjunto de dermatología de la Escuela de Medicina Mount Sinai Icahn. Cuando se seca, la piel puede acabar escamándose o descamándose.

La piel puede deshidratarse si las células que están debajo de la barrera pierden demasiada agua. "Cuando el contenido de agua en el interior de las células disminuye, éstas se arrugan", dice. Como resultado, "la piel puede tener un aspecto apagado, perder su brillo y las arrugas finas pueden ser más notables".

La sequedad no sólo afecta al aspecto de la piel. También puede dejarla con picores y grietas, lo que hace que sea incómodo vivir con ella.

Por qué la piel pierde hidratación?

La pérdida de los lípidos que normalmente sellan la humedad puede provocar sequedad en la piel. La dermatitis atópica, también llamada eczema, es una condición común en la que la barrera de la piel es más propensa a perder su integridad.

A veces, las cosas que haces -o que no haces- agotan el contenido de agua de tu piel, incluyendo:

  • Pasar tiempo en el frío o el calor

  • Utilizar jabones, detergentes y productos químicos fuertes

  • Utilizar esponjas ásperas, paños o productos exfoliantes

  • Tomar duchas o baños largos y calientes

  • No beber suficiente agua

Estos problemas son bastante fáciles de solucionar. Por ejemplo, puedes beber unos cuantos vasos más de agua cada día, mantener tus duchas cortas y tibias, o minimizar el uso de jabón, que elimina los aceites naturales de tu piel.

Algunas afecciones médicas también provocan sequedad en la piel, como:

  • Enfermedad de la tiroides

  • Menopausia

  • Diabetes

  • Síndrome de Sjögren

  • Mala nutrición

Si tiene una de estas condiciones, su médico puede ayudarle a encontrar el tratamiento adecuado.

Humectación vs. Hidratación: ¿Cuál es la diferencia?

Los términos humectar e hidratar se utilizan a menudo indistintamente. Pero, ¿son lo mismo?

"La hidratación se centra realmente en la propia barrera cutánea", dice Cameron. "Estos productos trabajan para sellar el agua dentro de la célula".

Estos productos contienen tres tipos básicos de ingredientes:

Los humectantes como la glicerina, el ácido hialurónico y la urea atraen el agua tanto del aire como de las capas más profundas de la piel hacia el estrato córneo para añadir humedad.

Los oclusivos, como la cera de abeja, el aceite de soja y la lanolina, forman una barrera que impide la evaporación del agua.

Los emolientes como el aceite de coco, la manteca de karité y la avena coloidal añaden suavidad a la piel.

La última generación de hidratantes también añade ceramidas u otros ingredientes para reparar la barrera lipídica y evitar la pérdida de agua.

La hidratación va por debajo de la barrera de la piel. Infunde agua en las células para "rellenarlas", dice Cameron. A veces puede ser difícil distinguir la diferencia porque muchos productos incorporan ingredientes que humectan e hidratan a la vez.

Cómo mantener la piel hidratada

Para mejorar el aspecto y el tacto de tu piel, quieres atraer la humedad al interior y mantenerla allí. Aquí tienes algunas formas de hacerlo:

  • Limita tus duchas a 5 o 10 minutos con agua tibia.

  • Utilice jabones, detergentes para la ropa y cosméticos suaves.

  • Encienda un humidificador durante el invierno.

  • Bebe más agua a lo largo del día.

Si tu piel sigue pareciendo seca y escamosa, aplica una crema hidratante o una mascarilla hidratante. Sin embargo, antes de comprar cualquier producto para el cuidado de la piel, conoce tu tipo de piel: grasa o seca. "Debes evitar los productos que puedan obstruir tus poros", dice Cameron. "Eso puede provocar acné, y los productos que luego tenemos que usar para tratarlo a veces pueden resecarte aún más".

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